
Tiré una roca a la laguna para ver su onda y oír el chasquido al tocar su espejo cristalino, quizá para saber que toca el fondo al hundirse, aunque no lo sepamos del todo.
01 colgarán mis tenis
cuelgan mis tenis de un hilo
triunfará la nada sobre el todo
porque todo ni siquiera es todo
nunca me acostumbraré a no ser
Volátiles parvadas de fuego alucinantes
Perra no mates mi vibra
Meto mi lengua entre los huecos
de los dientes que se han caído
soy un cadáver parlante y mudo
puñado de sueños incompletos
Welcome to stupid land, densidad demográfica: 1.
Tiré la leche para formar la vía láctea…
Estaba la selva intacta, la rompí con el poder de una avellana
Imagínate el poder de una avellana
El destino de todas las cosas en fuga caída
Es mi laberinto y saldrán cuando yo lo deseé
Probablemente no vuelvan a salir, no lo sé
I’m a fucking psycho
Solo necesito el temperamento suficiente para amaestrar dos changos, y lo demás será pan comido
esos dos changos entrenarán dos changos más y así sucesivamente al infinito
¿por qué siempre parece como si uno escribiera poesía de forma inmerecida, como si uno estuviera robándole brillo a la nada?
¿cómo si hubiese que sobornar a los ángeles o a los demonios o caerle bien a las ninfas o seducir a las musas, etc, pagar la renta de la poesía?
¿Qué acaso no hay un lugar para mí en el vagón atestado de indocumentados de la poesía?
Maté dos patos para la cena y me siento miserable, hasta que los veo servidos y me digo no no no no, sí valió la pena su vida sus muertes ah y este maldito sazón
Cada que paso revista por mi alma el silencio reina soberano
Ya te saqué de tu jaulita cupido, así que a trabajar y a entregar cuentas desgraciado
Me vengaré de la realidad, escúchenlo bien, un día a la vez
Eres hermosa sí, pero no sé el porqué, me imagino que tienes los calzones sucios
¿no te maravilla el silencio?

02 tensión
la tensión universal de la eternidad
en mis genes está alguien en la prehistoria corriendo, huye, se esconde, teme, azorado mira la luna
se ha perdido el lenguaje en un callejón, ya no se dice marica
todos queremos un pedacito de gloria, aunque tengamos que tragar un trocito del centro de la poesía,
que, como todos sabemos, está hecho de caca
siempre vienen a repetirme de que la poesía no cotiza en la bolsa,
los convoqué, para decirles que de todos modos, es mi juego y lo vamos a jugar a mi antojo, a mi ritmo, con mis reglas, que son tantas
que olvidé traerlas al arte
(Soy un hijo de puta), sembré una trampa enorme en mi existencia
del tamaño de dios haciendo horas extra
(Soy un ojete); ese pinche demonio vestido de espíritu, ¿sabes qué hago con esos engendros? los decapito sin piedad alguna.
¿tolerar mi frustración? ¿qué? ¿tengo cara de pendejo, o qué?
no, sí, claro, es mi culpa, jajajhahahahahajjajaja
es evidente que es mi culpa, jajajajjajajja
tanto va el cántaro al agua que termina en guijarro
sólo recuerda, que aquello que no uses, se pudre
realmente me gusta vivir en el presente, porque, no se lo digas a nadie: es peor.

03 tentación
Un planeta con menos dolor no sé dónde queda, vayan a buscarlo, me envían una misiva en la que me confirmen que todo es de algodón de azúcar
¡Qué locura! Imagínate que mi paleta de color la tuviera asignada por mi filiación política…
tu pasaporte diplomático para creer que todo puedes decir y hacer, y después hacer como que no dijiste nada y no hiciste nada, me lo pasó por el arco del triunfo (claro, como todo, absolutamente todo se trata sólo de ti. puta, qué güeva!)
lo masculino es eso de quedarse a medio camino de ningún lado varados con el celular en la mano y un hilillo de baba escurriendo como un estorbo categórico
Francamente he llegado a una edad, en la que estoy buscando alguien con quien pastar los domingos
¿creíste que yo era un simp, no?
Que se queden lívidos los otros. ¿yo qué?
¿Por qué el arte es una anomalía desviada del curso de los asuntos comunes y corrientes?
¿Por qué es una tentación sin nombre?
Siempre hay otros verbos aparte de los que nos están próximos
No todo tiene que ser así

04 juego
Ustedes no saben que yo sé que ustedes saben
Aunque podría ser que saben que yo sé que saben
Yo finjo no saber que saben
Ahora bien
¿Van a jugar a que no saben que yo sé que saben?
Es una guerra sin cuartel
¿Quieres que te lo diga? El orden es solo una ilusión creada por tu psique…
El orden es una representación creada en conjunto para convenir en el menor roce posible
no espero que se entienda a la primera de cambios, no creo ni en la comunicación
lo que no se puede calcular, el deseo de muerte, la pulsión de muerte
el deseo erótico, la pulsión erótica
si acaso, solo puedes ver u oír como se van de hocico
no hay sistema de prevención para el odio o el amor
el arte no sirve para nada
que sirvan tus sirvientes
¿qué quieren que diga? uh que maravilla las tandas, casi no se pierde el tiempo llevando y trayendo dinero, uh manosear dinero, ¡qué maravilla! un morbo más para la colección.
me gustan los zapatos, tengo una fijación con los zapatos, un fetiche, porque me gusta caminar. que no es poca cosa
hoy en día se dice, ten un perro, escribe un blog, siembra intriga.
yo percibía pensaba creía que sólo mi familia estaba rellena de tontos, pero he salido y descubierto, con desgracia y con pesar, que por todos lados, todas las familias están repletas de estúpid@s.
Cuando vayamos a la guerra yo quiero operar un lanzallamas. Y si no, que me fusilen por desertor. Si no es con mis caprichos, yo no quiero nada.
y sí, ¿qué te puedo decir? era más fácil sacar una cita en hacienda que salir con esa mujer…
me desespero, me harto y le prendo fuego a todo, veo todo arder hasta reducirse a nada. como la niñita que sonríe de espaldas al desastre.
Agua estancada.

05 Luego pasa
Sé que no volveré
que caí por suerte
que erro erré erraré
Imagínate las sentencias
de saber todo sobre los otros
de saber todo sobre la vida
sobre la muerte el amor
las sentencias
no estoy de acuerdo, pero ya tú sabes que siempre he respetado la manera en la que cada cual se desee engañar
Todo estará perdido para siempre, ¡qué maravilla! estoy ansioso de que suceda.
haces mal, el sexo es la sal de la vida
el que por su gusto muere, hasta la muerte le sabe
creer que creer es saber, a las puertas de la mansión del delirio están las antorchas encendidas
está la cuerda de la filosofía, y está la cuerda de la literatura, con ello, hay que hacer un trenzado, hacer una atadillo a un buen yunque para halarlo por todo el pueblo como un réprobo, hasta que den de sí, hasta hacerlas estallar en mil hilos, romperlas con todo el placer del dolor de la sangre y el sudor
resultados, G entrega los resultados, satisfactorios resultados, WOW, ni de loco
en mi mente, todos tienen apodos, por ejemplo, tú, pinche pelón, chingas a tu madre
no te voy a mentir, sinceramente, rompiste récord en caerme gorda, tú y tus reclamos pueden irse a chingar a su reputísima madre
me quedan cinco minutos de vida como para desperdiciarlos escuchando QUEJAS QUEJAS, QUEJAS QUEJAS
me acaba de llegar el mensaje, de que justo por estas líneas, me acaba de ser negado y vedado para siempre el premio novel de literatura (vaya, y con ello, toda esa gente que habla sobre el premio novel de literatura, vaya)
¿madurar? La mayoría del tiempo tengo 8 años, a veces logro cumplir los 12, pero siempre regreso a tener 8 años. madurar, vaya fiasco.
que el poema es esconder el hueso… dicen… esconder el hueco… dicen… esconder el huevo… dicen…
¿el pendejo que escribió la nota difamatoria sobre los corridos tumbados, hoy cenó calientito? qué bueno… me tenía con el pendiente…
Yo soy alguien que no necesita de títulos sobre nada, me da pereza nombrarme sobre lo que sea. Es demasiada responsabilidad, después hay que representar la estúpida fantasía sobre lo que sea, para mantener la credulidad de los otros, sobre lo que sea, y sostenerlo. Puta pereza we.
¿Me extrañaste, perra?
Luego pasa que ya no fifa la pichancha…
sin tetas no hay paraíso.
Wombat, wombat wombat, wombat. Wombat.
dicen, dicen, que siguen esperando la venida del señor, eso dicen…

06 A mi nadie me hace un favor
A mí nadie me hace un favor, ¿por qué yo tendría que hacerle un favor a un fulano que ni conozco (y que me vale tres hectáreas de verga) para hacerle la vida más cómoda? Que pague el precio de su estupidez.
Ustedes se largaron. Tú, simplemente desapareciste. ¿Por qué, y sobre todo, para que querrían volver a entrar en mi vida? No los quiero ver, ni saber nada de nada. No quiero que ocupen mi tiempo y mi pensamiento. ¿Qué se creen, que soy de barro y que pueden regresar a mi vida como si nada? Jaja. No. Ustedes pusieron tiempo y distancia de por medio, muy bien. Tengo derecho a poner el punto final.
preguntar es tener una, una, consideración por la elección del otro. Yo podría inclusive no querer. te lo voy a decir sólo una vez: donde no hay pregunta, hay violación. Es perpetrar al otro, no lo pienso repetir, a la otra contestó en directo que NO. Brinca, salta, patalea, haz dengue, lloriquea , chantajea, coerciona, amaga, amenaza, (qué irigote, qué ridículo), en fin, todo lo que saben muy bien hacer, que es el amplia gama de modos que les enseñó su madre; NO.
Siempre que se sufre por un gran amor, hay que caer en la cuenta de que no es tan grande. Como se dice en la ventolera de estos tiempos, es un momento migajero. Yo diría… es la predilección por el placentero masoquismo. Porque no hay masoquismo hecho a la medida, siempre se desea un poquito más de ese maltrato.
…de hace dos años o poco más, entreno. Como al principio de lo que fuere, no sabía bien a bien el porqué, como en todo lo que se hace, sobreviene el impulso y es hasta después que se va dilucidando de qué se trata. La angustia propia y la angustia de los otros traslapada. La de mi cuerpo envejeciendo y el cuerpo de los otros a su vez en declive. Entrenarme es prepararme para enfrentar mi salud, sus accidentes y problemas, para confrontar como un samurai, mi ocaso. Aprender a renunciar, hasta la última batalla, de la que nadie se salva. Yo lo tengo claro para mí, para mí es guerra.
A lo mejor tienes razón en querer gestionar el podersillo de tus bienes por los que empeñaste toda tu vida y te sacrificaste. (Cosa que yo no haré). El tamaño del odio, por supuesto que me retiro de cualquier intento de sobrepasar ese bendito odio. Odio que te ocupó, que ocupas para consagrarlo en la tarea caritativa con la que te ganarás las llaves de san pedro por todas tus tareas de farol público. Cuando podrías beneficiarnos y no complicarnos, prefieres disque ayudar algún incauto extraño. Y que dios te bendiga. Sublímate. Lo interesante viene después, en el descuartizamiento «de los bienes». Tampoco voy a dejar que me digan cómo debería vivir. Nací ayer. (Viridiana).
No me agrada la repetidera de los merolicos, siento profunda aversión por los pericos. Una repugnancia indecible. Detesto el organillo. Lo deploro. Extirparía de la faz de la tierra todo acontecimiento que se dedicara a repetirse por desquiciante, por ser un taladro de la consciencia.
Lo perverso de la caridad cristiana consiste en dar para luego, por mil y un artimañas cobrarse. Es un ejercicio de dominio y sumisión, disfrazado de altruismo y buenas intenciones. Nada es de a gratis en esta vida, todo tiene un costo. Y yo me chupo el dedo.
Dar sin esperar nada a cambio es una tontería y una mentira, esperamos que mínimo nos quieran. Mínimo. Aunque como todos sabemos narciso no se sacia con nada. Esperamos que un día se nos reconozca o retribuya. Mínimo. No hay dar desinteresado, es un ejercicio sádico.
Aquel que dice que eso ya se ha hecho, poco o nada sabe del arte. El arte en gran medida trata del arte de robar, robar sin ser visto, robar sin que nadie se percate de los referentes, esconder las procedencias, que el signo aparezca como una innovación invención sortilegio original panacea de tierra descubierta y prometida, es el arte mágico de hacer aparecer en un truco a la liebre de marzo. Es el arte del encantador de serpientes. El arte es derivación y contestación, no se puede estar fuera ni de la tradición ni de los esquemas preconcebidos, no hay salida. Para nadie nunca la hubo, su tiempo lo marcó a sangre. O se hace una franca deflagración imitativa, pero todos sabemos, que cuando viene el nuevo a decirnos que trajo de la nada algo nuevo, ya todos nos miramos con cara de… sí claro, el charlatán reciente ya viene a hablarnos del hilo negro bajo el sol. A veces, la ingenuidad del novato, lo hace confundirse en toda la ingenua encarnación de lo leído. Que si le rascara a su poemita.

07 Por instantes
A veces, por instantes, soy estúpidamente feliz, como cualquier hijo de vecino.
Como una haz de luz que cruza de cabo a rabo el infinito de la oscuridad espacial, para mí el chamán contemporáneo es un rapero negro fraseando este minúsculo instante. Frente al fuego incandescente de las pantallas remotas de rostros alumbrados. Aparece esta mímica rítmica cuya voz nos anonada, y moviliza a la liturgia. Como si no todo estuviera perdido nos perdemos en la tonada del llamado al origen. El llamado de la sangre, del corazón y sus caudales. Volteamos al cielo sin respuesta, catárticos nos exorcizamos con esas músicas negras.
Para mí el museo es justo lo contrario: una colección de desprecio por la CULTURA. La cultura que está en el aire. Lo que ofrece y ha ofrecido el museo es la muerte de la cultura. La burocratización con B de bueno ya ni modo. Es una institución burguesa al servicio de la legitimación jerárquica social. Con la muerte moderna de los dioses y la prosecución de su delirio, los monolitos que se detentan ahí se quedaron sin fuerza, apenas irradian sus tristezas, lucen desangelados, como alimento descongelado sudando su podredumbre.
Yo nunca fui niño. La analogía inmediata que mi consciencia mimetizó del entorno fue tan exacta, que en cuanto pude, comencé a trabajar, a ser un adulto pequeño. De niño yo era el gestor de mi propio universo. Con arena edificaba castillos de un día, con agua alegre hacía brotar las flores, con un catalejo entablaba comunicación con las nubes o los astros. Remoto y solitario, desde que fui capaz, me escondí para observar la lejanía.
Como a un gallo que le pican la cresta. Como una ola cuya cima se encrespa. Como el pico de un montaña despoblada, con un nido de águila. Así el instante.
La basura de unos, es el tesoro de otros.
Me agrada hacer estos libros esquizoides, que van del tingo al tango. (Me producen placer). Nunca me agradó el rigor neurótico de la novela. Que es un género que va en franca picada, lo veremos desaparecer para fortuna nuestra. Tic toc le ha puesto fecha de expiración.

08 Muñeco budú
Como en la dermatología, toda superficialidad es manifestación y síntoma proveniente al interior del huésped.
¿Por qué casi todos los padres, es muy raro ver una excepción, condenan a sus hijos? ¿Y por qué casi todos los hijos, al igual, una golondrina no hace un verano, de una u otra manera obedecen? Hasta el que cree que no obedece, obedece. La vida es excesivamente rápida, siquiera para observar esto que digo, nadie la habilidad o es tan ágil, astuto para saltar este monumento al obstáculo.
Me gradué en chismologías aplicadas, rumorotecnias avanzadas, secretonomías a voces expandidas. En publicidades de viva voz en voz. Hice un reguero en estambul, en bombai amaestré todos los pájaros de los árboles para que cantaran mi tonada, en tokio sólo el viento traía el suspiro de mis pensamientos. Si el río suena es porque agua lleva.
¿A quién no se le ha metido el demonio de la hierbas provenzales?
Pasaré a la historia como un niño muñeco budú.
Trato de no molestar a nadie, si no lo logro, es un logro. Para mí, no es ninguna molestia.
Sobre lo que no podemos saber, podemos imaginar. Sobre los misterios, las posibilidades de ser lo que sea se amplían y agudiza la consciencia pasajera del ser… La reencarnación, darle vueltas y vueltas. A cada momento mueren millones de trillones de seres y universos, las supuestas almas rebotan en fuga perpetua a cada instante en un ciclo torbellino, sin principio ni fin. Mi abuela me dice, hoy se cumplen 8 años de la muerte de tu abuelo, de inmediato, lo único que sobreviene en relámpago es: hoy cumple 8 años ese niño. No siento ninguna pena por su muerte. Esa pena en la que insisten los cristianos, esa aflicción de los pobres de mundos interiores.
Siempre al que escribe le cuesta más tiempo que a él que lee. Y eso se agradece.
¿Qué realizó entre otros asuntos, la religión cristiana? La clausura de los placeres. La prohibición de la carne. A fin de cuentas, por lo que la humanidad se mueve y encuentra deseos vitales. Siglos de hogueras, castigos, penitencias y culpas. La proliferación de cuerpos decadentes en pos del supuesto espíritu. Impune ha quedado el poder de una institución de muerte, que prodiga y expide sentencias de muerte. Que hoy día ya no puede sentirse ni cómoda ni considerarse tutora de absolutamente nada. Así que recuerden, que si nos vamos a ir al infierno, nos vamos a ir juntos, ni crean que se salvan. Esos enemigos que creíste haber vencido, hoy gozan de cabal salud. Nunca podremos sopesar la magnitud del daño que ciertos supuestos saberes le han causado a la humanidad.
No les pasa luego que se dicen de tal persona que se suicidó, la puta que lo parió; me las he visto negras, me esfuerzo como un verdadero asno, pongo todas mis canicas en la apuesta alta de la vida, y este cabrón hijueputa, se vino a desgraciar… a lo que quiero decir, es, no creo que para nadie sea fácil. Claro, cuando me anunciaron la noticia de que te diste muerte, no me pude levantar de la cama en una semana, me atravesó como un viejo conjuro, una leyenda que pasa cada vez que veo tus ojos tristes desde siempre. No acudí ni a tu velorio ni funeral, no pude, me mataste, o lo que era de ti en mí. Lo poco que fuiste, que te dejaste ser. Total, ¿por qué no se te pudo resbalar que nunca le importamos casi nada a nadie? Que en este acelere de supervivencia nadie está al pendiente de nada ni de nadie.

09 Esperando a Godot
La situación de la casa en la que vivo es la de una réplica exacta e idéntica a una obra teatral de Samuel Becket, en tiempo real. Esperando a Godot, día y noche. Demencia total. Esperando a Godot, día y noche.
Nadie nunca sabe la situación real por la que atraviesa el otro. Todo se reduce a meras especulaciones, a proyecciones psicotraumáticas subjetivas, a un juego de reflejos aparentes que se comunican en la atrofia de la ilusión desproporcionada. Al desconocimiento profundo, a la ignorancia de creer que se sabe algo, a la falta de elementos constitutivos de una certeza, a la pobreza narrativa, relacional, imaginaria, deductiva. A la urgencia de vivir atestados de respuestas.
En la casa del árabe todo está contado, hasta el menor ápice, se trata de no perder, perder lo menos posible. En casa del judío se trata de nunca gastar en lo absoluto (o creer que eso es posible) y cada vez que se pueda, estirar la mano para ganar. Es una lucha antigua, una rivalidad de dos nociones económicas, de organizar y administrar una casa, es la dialéctica del sedentario y el nómada, en la intemperancia del árido desierto. El sol y el agua, la canícula y el oasis. Hospitalidad y codicia, avaricia y generosidad, todo confundido, revuelto en miserias encimadas de las que prevalece el inconsciente erigido en monarca? Viven en un sueño sin interpretar, de forma compulsiva.
Soy el maquinista de este tren llamado vida.
¿Qué son las palabras aparte del transporte de nuestras mentiras cotidianas, nimias y pasajeras?
Alicia en el país de los viejos lagartones. (Me incluyo).
Nos robaste la vista a la fronda del paisaje, ¡exijo la devolución de mis boletos!
La enajenación de lo familiar: siempre creer que lo propio es lo real, lo verdadero.
Sí es cierto, el chisme como actividad comun-icativa, que crea comunidad. Pero no hay que olvidar que así como es herramienta de aglutine, también en sus engranajes se halla el factor de exclusión, de separación, de aprobaciones y clausuras, de censuras, de mantenimiento y ejercicio del poder.
Si a » ti te violan tus amigos», o eso que quisiste decir, al decir que me habían cogido, por hacerme esa transa en la que me defraudaron, es tu problema. ahora, por otro lado decir que me defraudaron es simplemente un decir, yo quise, pésele a quien le pese. a mí, los que se dicen o se han dicho ser mis amigos, no me cogen al transarme, solo me han decepcionado. pero si todo lo anterior te sirve para sostener tu machito, adelante, date. porque en realidad lo que está debajo de todo esa mierda, es otra cosa y ahí sí, yo no me voy a dejar coger por ti y eso es lo que te encabrona. que si lo sabré de sobra. jsjsjjsjsjsjjj$jsj$
triste tu caso, mi vida es otra.
la locura de la coherencia.
Con el tiempo, lo único que he conseguido, es que sea muy difícil que me saquen de mi frecuencia.
¿Por qué el neo-liberalismo es una falsa libertad? Eso de que cada cual puede hacer lo que quiera con su dinero, es una verdad a medias. Pongamos que, el dinero, como divisa maravillosa capaz de traducir mis deseos en la estúpida materialidad que se les ocurra, fuese real. Pero, y hay un gran pero, al decir que esto no es verdad. Es cierto, que los mismos 2000 pesos en mis manos, no son los mismos 2000 pesos en manos de ese obrero a las 7 de la noche en esa esquina esperando su transporte. El neo-liberalismo es abusivo con aquel que no está en igualdad de condiciones materiales, intelectuales (educación y conocimientos), saberes, sujeción económica, etc. Ese obrero irá a dar comida a su familia con esos 2000 pesos, nada reprochable acerca de que otro pudiese hacer su santo con esos «mismos» dos mil pesos. Sin embargo, en el neo-liberalismo, casi todos somos ese obrero, sujeto a sus necesidades, sujetos a nuestros nimios deseos, condicionados a nuestras ideas demarcadas por un sector social, unas aspiraciones de clase, prejuicios morales de estrato, en general sujetos a los límites del código postal. Se pensara que digo, hay que destruir el capitalismo. No, eso es en exceso abstracto y descomunal. A lo que contesto, lo que hay que destruir es al sujeto.
A buen árbol te arrimas.
A todo animal parlante se le sale la borra al hablar.
si yo fuera un poco más culero, no le estaría resolviendo la incógnita a medio mundo. que es, mi siguiente tirada. ser más culero.
vivimos en una fantasía, eso es lo factible.
estorbar no es un privilegio, es un don.
a veces cuando se escribe, en realidad no encargamos de esconder el hueso. como los animales. para perderlo de vista y con suerte, olvidarlo.
No puedo estar al pendiente de sus neurosis, yo tengo la mía.
Eso es la poesía, una apuesta perdida.
vendí mis libros, a donde voy no hay nada. eran míos, todos míos, y hoja por hoja los arrojé al río.
me quedé frío en lo caliente.
me crucifiqué.
Tienes que pajarear (diría mi bisabuelita), ¡deja de ver el celular!!! jsjsjsj$jsjsjsj$ no es cierto, haz tu chingada gana.
Yo no sé ustedes, pero a mí en primavera se me hace una cara de conejo, i rre sis tiiii ble.

10 El chiste
¿estarás de acuerdo en que, como en el chiste, me puse a nadar en la alberca de cocodrilos, tiburones, pirañas, leones, el papado con su férrea santa inquisición, los guardias de seguridad de todos los corporativos celos de cuidar lo ajeno, la federal, el fbi, la cia, la kgb, la interpol, la mafia china la rusa, la peligrosísima italiana de nueva yol y la judía inmisericorde, la de Cincinnati repleta de matones, la de san juan el alto con sus fieros compadritos y la de san juan el de abajo repleta de adustos gamberros duros tahures y hermosas prostitutas? por ti, sólo por ti… jsjsjsjajjajaja. no es cierto, solo estoy jugando…
se hizo la damisela en peligro, fingí ser el valeroso caballero. nada del otro mundo, por dios. (es casada). jsjsjjsjsjs
how can you believe me? i’m just a fuck’n bloody bastard.
Estoy jugando como en diez tableros a la vez… ¿y todos los días, quieren que entregue cuentas? se colma el buzón de quejas. el burócrata que hay en mí, enérgico azotó la puerta al salir y nunca volvió. Dejó un letrerito en la ventanilla que dice «en seguida vuelvo». Adentro todo agarró polvo a madres.
La cultura del shock. bang bang.
¿qué quieres? el paisaje tiene sus frutos, sus colores, sus rincones, sus hermosas puestas de sol. acostado con las manos en la nuca, sobre la hierba que crece en desorden, miró el azul, azul. no tengo la culpa de la belleza de méxico y sus paisajes.
Ejecutaré el suicidio simbólico. Cada cierto tiempo, sin aviso, como un hado que se acerca por los aires, acaso una borrasca, acaece el cambio de piel. En la mudanza esencial de mi huesos, cuelgo el traje del fantasma de esa temporada, lo doblo suavemente, lo meto en su cajita y le otorgo el eterno reposo.
Una herida abierta.
se han contado desde la antigüedad cuantiosos variados y falsos sueños acerca de la sirenas. A diferencia de Ulises, que solicitó que lo amarraran al mástil para oír el seductor canto y resistir el deseo de lanzarse al mar; Butes se arroja del alto mástil, para hundirse con ellas en la fuerza brutal del mar a su lado, abismático, azulado.
Tú bien sabes, aunque lo trates de rehuir la respuesta, que la convicción solo sirve y ha servido para justificar atrocidades. Pero por mí, tú sigue convencido de tus mamadas sean éstas u estas otras. Tú bien sabes que me valen verga ese tipo de bagatelas. los nazis estaban convencidos de su tarea.
el problema de tener certezas consiste en que mientras más certezas tengas, menos dudas menos cuestionamiento y menos búsqueda curiosidad y un largo etc. eso es, aceptación y sumisión. es decir, no tengo tiempo para tanto. son la muerte, ahora y en la hora que sea. ¿y sabes qué? al cliente lo que pida.
¿a qué me refiero con psycho? en este mundo al nivel de la realidad compuesta de apariencias tú podrías verme muy normal. un sujeto x. un agradable sujeto, a veces hasta hago esa estúpida sonrisa boba de los sujetos normales. yo por dentro me desmorono en carcajadas, sin que nadie pueda ni notarlo. es fuerte y ruidoso. un estruendo al infinito. no necesito actuar. fucki’n pocker face.
Puedes decir de tal que es un rapero negro o blanco, amarillo o rojo. si está gordo es alto apuesto o lo que sea. creció en el barrio en el suburbio o entre la opulencia. a eso me refiero con la destrucción del sujeto. no importa quién sino el qué. lo que no me interesa es la sujeción, religión, edad, género, etc. esa sujeción es la que insiste el poder resguarden y acatan de lo lindo. la destrucción del sujeto que avala y da significado sentido «tela de donde cortar» delirio a su vida a partir de x. he llegado al punto de mi vida, cansado eh realmente agotado, en que renuncio a que sea algo que vayas a entender, eso por fin lo tengo claro, llevo toda mi vida insistiendo al respecto y no has oído una sola puta letra. llevo años con ello y vienes a decirme tus pendejadas que del rapero blanco y no sé qué, me tiene harto. me entero que eres igual de tonto que tus amigos y nada que hacer. el error y la culpa es mía, te sobreestimé. han peleado para que el pasaporte tenga un género más específico, yo les digo no, ni siquiera tendríamos por qué identificarnos y que chingaran a su puta madre.
he estado meditando un breve análisis sobre los deportes hegemónicos televisados con sus hordas de fanáticos. No es coincidencia que sean juegos provenientes de la isla anglosajona, finalmente en un territorio tan pequeño, feo e insípido, en el que no hay nada que hacer, mas que inventar juegos. (o sean derivados de juegos ingleses). football, basketball, béisbol, tenis, finalmente juegos del imperio expansivo, conquistador, vejador etc. son juegos distintos al atletismo, porque el dichoso atletismo son deportes de resistencia, fuerza, habilidad, virtud, que se desarrollan, cultivan, son de ornato, etc. en cambio los otros que menciono son juegos de táctica y estrategia, encima de lo mencionado. son juegos que como la guerra se componen para dominar a otro en el campo de juego. no es trivial que los gringos hagan todos esos trucos, tácticas, de subterfugio por todo el planeta.
puedes gruñir lo que quieras. también sabes que soy bueno con los animales y te acariciaré para que te calmes.
por ocio y por tedio.
¿internarme en el sueño de los hombres? ni loco. mil años me llevó cuidarme de cuando dónde y por qué, como para en unos segundos pulverizar mil años. me costó las de dios.
con los audífonos puestos, vivo en un mundo de mimos. mímica, vivo en un mundo de gestos, sin palabras. vivo en un musical. una película muda musicalizada. jsjajjajajja
La cuestión siempre es, ¿de qué podríamos hablar? yo disfruto el silencio en compañía. la mayoría lo considera raro o incómodo. una de mis familias, se divide en dos, por un lado están los loros y por el otro las águilas. nada mal con los loros, solo que preferimos contemplar y disfrutar el aire. apacentarnos en la lejanía. en cuanto a los loros, los queremos pero los evitamos, no saben ni lo que dicen. la otra son lechuzas y tecolotes, asustan.
a veces salgo con un amigo o una amiga. al llegar a casa cuelgo mi sombrero, cuelgo el cinturón con la cartuchera de mi pistola, y caigo rendido. me termino diciendo… qué pinche maldito tino tan certero tienen para matarme de güeba.
al parecer mi problema siempre ha sido ir con bajo perfil.

11 con suerte
…y yo ni sé nadar.
noooooo, nooOoOOOooo, nooooOooOooo, la poletzía… noooooOOOooo, nooooo….
si a la mayoría le parece que está mal lo que haces, si les molesta, si quisieran, en una sola palabra, erradicarte del mapa, es porque vas por buen camino. si a alguien le fascina, comienza a dudar, haz las maletas, toma un avión, cámbiate de ciudad, inicia una nueva vida donde nadie sepa quién eres. no olvides olvidar.
Había un caballo, que presumía a cada momento que se estaba acostumbrando a no comer. Día a día, se jactaba de que casi no comía, que cada día comía menos, menos y menos. Oh sí sí sí sí sí sí… Por poco y se acostumbra a no comer nada, pero se murió cuando casi lo logra.
Hasta lo que no se comen les hace daño.
Recuérdenme escribir el tratado para la fiscalización de un limón o un huevo y sus consecuencias en el medio.
Lo que están exigiendo, con tanta especificidad identitaria, es que la celda carcelaria sea más estrecha. Hasta dónde vamos a llegar adjetivando el
miedo??? que alguien me lo diga… no.
…y con suerte un día me perderás el asco. no sé, piénsalo. o no.
¿contenido? el escusado está repleto de contenido y eso no quiere decir absolutamente nada. es una categoría snob que usan los snob, para pararse de culo.
Si tú revives muertos para hacerlos hablar con la ayuda de tu hierbajo asqueroso, es tu boleto, no el mío.
¿Qué es algo maravilloso del juego? Que no está escrito. Como el destino, se descuajeringa en imprevistos y accidentes, en fortuitas líneas de fuga. «no hay sistema que termine por asegurarnos nada». el interés en el juego se desvanece cuando sabemos que está de una forma u otra amañado. no es difícil deducir cuando la coreografía de un juego está arreglada de antemano. A veces resuena en mí, en eso que se les da por llamar consciencia, algo en el paisaje. Era la crónica de un fraude anunciado. En los juegos aquello que no está escrito o dicho, es lo que lo vuelve atractivo, su carácter de impredecible. Cuando hay un plan o se deduce que está previamente concertado el resultado, se esfuma la ilusión, la esperanza, expectativa, etc, de que se pudiese ganar o lo que sea. A fin de cuentas obtener el rédito. La alegría por el rédito. Se necesita ser poco perspicaz para no sospechar que un juego tiene un fin escrito, cuando los escritores de la historia están decidiendo el fin del juego. Por eso se cree y confía en dios, porque se cree que la suerte no intervendrá en esa última tirada de dados. Se suele decir los tiempos de dios, que son perfectos, nada se interpondrá entre el principio y el fin. Lo dudo.
en realidad dijo… los poetas pasarán, como pasaron las otras pestes.
la jerga de lo original es la jerga modernista, deseaban ser los primeros y los últimos en todo. lo importante de este tipo de megalomanías absurdas es imaginar el tamaño de la empresa napoleónica frente a la nada. la soberbia de levantar el polvo. la audacia de engañar a los crédulos atónitos frente al monolito.
por otro lado, no creo en eso de ir diciéndole a cada cual «sus verdades». ¿quién soy yo? cada cual, de vez en cuando no puede evadirse, sabe. sabe lo que hace, lo que hizo, de lo que se trata. de vez en cuando al borde de sus camas no pueden retirar la mirada, llegan a saber.
lo más seguro es que estemos soñando en nuestras vaguedades y queramos ordenarlas, darles sentido, otorgarles carácter forma y palabra. llamarlas religión, mística, ciencia, patrimonio, futuro.
¿serán las secuelas de mi primera locura adolescente por las que veo a todos como en una caricatura, con sus esquemas, sus nociones preestablecidas, digamos, su programa bien establecido como una estructura inamovible? Siempre que miro me suena a un ensayo mil veces repasado, el libreto aprendido. No, deben ser los calores de mayo, son los calores de mayo que me hacen alucinar. Los tonos de voz, los gestos, la mirada, toda una caricatura. Una de esas caricaturas en las que se espera el diálogo estereotipado, repasado hasta el cansancio por la costumbre del teatro de la vida.
Pintor en el mundo de las apariencias, las ilusiones, los espectros. Soy fuerte, y aún así me disolveré en el tiempo, como cualquier vanidad de vanidades.
Como todos sabemos, la misma palabra, no resuena y hace eco, del mismo modo en los pasillos de cada alma.
si tu maestra, te pregunta, ¿qué es la poesía? es apretar los botones adecuados en el momento justo, bitch. le contestas.

12 against
Against every and each order.
Yo fui de la idea de asesinar al modernismo. Había que cremarlo y no sé a quién se le ocurrió dejarlo pudrirse en la sala de estar. Esa madre apesta a madres.
Es una generación muy extraña. Se quedan detenidos en donde sea, atónitos mirando el celular. Yo no tengo problema con que su pasión sea convertirse en un poste de luz, a cada cual, dios le dio su infiernillo discreto y privado. Lo que sí, escojan mejor los sitios para sus perplejidades, se quedan por doquier, como hongos esparcidos estropeando el paso. Habría que hacerles arrecifes para que vayan ahí a flotar encallados.
La reedición de las putas de hollywood, contra los putos de wallstreet. (hablando de la serie mundial de baseball 2024, en 2025).
Siempre se me olvida que esto se trataba de medirse la verga con los otros machos de la tribu, ¡dios!!!, ¿dónde tenía la cabeza yo puesta?
Eran tan tacaños en esa aldea escondida y olvidada de la mano de dios, que ladraban en la noche, para no comprar perro.
con las maravillosas putas del internet, las de la deliciosa pornografía, después de tanto «oh my god», nos asalta la duda, repentina, inmisericorde, ¿será que existe dios??
Ese santo perro culazo debe tantas vidas, tantos infartos al miocardio.
Al final, todos los hombres son pasivos. Hasta el más activo, en su momento de flaqueza, que bien podría ser su última agonía, se vuelve pasivo.
¿un mundo sin críticas? ¿eres pendejo o qué? es de las pocas cuestiones que te hacen crecer, y las quieres anular.
yo no creo en la historia, la humanidad es un proyecto muy reciente, e ínfimo. irrelevante. los eruditos ni pisan a la calle.

13 hablar con bloques de granito
es como hablar con bloques de granito.
por principio, todo lo que pronuncies, escribas, se vuelve presente y convierte en una realidad a pie de calle.
Hay algo que no soporto. Los retratos de los escritores. Sin la fotografía todo quedaba en su lugar. Ahora no sé qué hacer con ese semblante con aires de elocuencia, con esas sonrisas bobaliconas, con esas miradas de becerro adormilado. No soporto sus trajecitos, sus suetercitos. Es sabido que me gusta leerlos, jamás conversar con ellos. Preferiría jamás haberlos visto, vaya repugnancia.
me subo al elevador, estoy encabritado; mi bisabuelo tenía razón, son como vacas, bueyes, burros…
Entonces estoy yo ahí en medio de todo, regresando de la guerra de los 10 años, y te digo: ya vine por mis deliciosas migajas de amor.
Algo pasa, pocos lo saben de cierto, el arte es exuberancia. Hasta el minimal o el conceptual son un derroche, un exceso. El arte es ese excedente inútil y maravillado. Es la extravía. El arte lo que sabe es que todo es para nada, que es pérdida total. Mientras tanto, en esta carrera precipitada hacia ningún lado los paseantes miran atónitos la escena que pasa.
Pasé frente a la fábrica de al lado de mi casa. Tienen una puerta abierta por el calor de los cazos hirviendo los dulces. Me regresé al no creer lo que vi, una mesa de futbolito para los obreros ahí, cerca de la puerta donde da la brisa, me hizo el día esa visión. Me acordé de la mesa en el psiquiátrico, en medio de la sala de estar. Pedías una bola en la enfermería e ibas a jugar, los enfermeros abusaban y nos ponían una putiza barbara. En medio de la sala la tele colgaba. Estaba la película de José José en la que es un alcohólico irredento. Me paré en medio de la sala a observar hacia arriba, como un loco en la sala de un hospital. De pronto, en la cinta, José José ebrio y cocaíno, se voltea a toda velocidad con su carro sobre la carretera. El coche vuelca de cabeza, el baja como puede, se para frente a la cámara, mira de frente como una víctima de sí mismo y un héroe que se logró salvar de sí mismo, la carretera en perspectiva en línea de fuga, su rostro, suelta una lágrima y declara: hoy voy a cambiar. Y comienza a cantar… hoy voy a cambiar.
Existe, en mi especulación, el prospecto de lo que llamo la trampa mortal. Los espectadores del juego siempre creen. Por sobre lo que sea creen, si no el juego no sería posible. Sin su depósito de fe el juego pierde «su magia». Con las apuestas es muy difícil que no se cometan triquiñuelas. Cuando hay una prenda en juego es muy difícil que no surja la tentación de truquear el juego a favor o en contra. Muy por el contrario de lo que la tradición dicta, yo no creo que el juez no sea un jugador, él también juega. De hecho, juega por voluntad o por error en las decisiones del juego. No creo en esa herencia del juez divino que por un orden extrasensorial, tiene el poder de ser inmaculado y dotado de toda verdad irrefutable. De hecho, con las apuestas, se juega tanto dinero que no observamos, que, como es natural, los que no pueden perder son las casas de apuestas, y son estas a fin de cuentas las que determinan los desenlaces. Con una infraestructura en la que bien podrían estar matemáticos, haciendo lógica probabilidad estadística balances, etcétera para hacer oscilar el juego, y hacer suceder en determinado momento algún factor que cambie los resultados. Es toda una puesta en escena, un malabarismo, coreografía, teatralidad, en la que la credulidad de la gente es lo más irrisorio de todo el plan maquiavélico. De lo que se trata es de un negocio, y los dueños saben que a veces les podría convenir vender un partido por la paga que recibirían, ya sea vía prestanombres apostando en contra de su propio equipo, ya sea vía el contrincante comprador. En el año llevo viendo partidos de toda índole, y siempre me arrebata la duda, la sospecha, de estar mirando un mecanismo «perfectamente» ensamblado. Claro que no es perfecto, se le notan a leguas las costuras. Yo no creo que las tal equipo haya comprado la final, tal otro equipo la vendió (lo cual implica ganar por detrás del telón). Así como en ese otro deporte no compraron la final, el equipo favorito vendió, (lo cual termina siendo que ganan tras bambalinas). Es todo un show de poder dinero y negocio.

14 Goethe
Goethe se fue a blancos. Yo me iré a negros. Lo sé de sobra. Goethe prefería la injusticia que el desorden, era lo que se suele llamar, un blandengue.
Es muy difícil ser bueno. Y es fácil ser malo.
Si dios existe, ni él es perfecto. Sólo basta mirar la discapacitada realidad.
Los que hablan no escuchan a los otros y es casi imposible que se escuchen a sí mismos diciendo lo que dicen. Poco o nada entienden. Solo entienden su monólogo y aturden el ambiente con su perorata sin sentido, o con sentido, que suelen ser todavía peores. A veces odio que no me dejen ni pensar tranquilo, invadiendo el ambiente con su ruido. Yo viviría a mis anchas en un sótano desprovisto de luz y sonido.
No me extraña que prohíban los juegos, los juegos sólo son para gente inteligente. Por lo regular se vincula el juego al vicio, a las sustancias enervantes lícitas e ilícitas, al ocio, a la despreocupación del crimen, a las apuestas, las riñas, a la disputa e inclusive a la muerte. Pero no es culpa del juego sino de las personas que no se pueden divertir desprovistos de esa cruenta lista de actos, cuyos cargos de consciencia se le han imputado. Suelen tener más prestigio los juegos que solo son racionales, o que solo implican decisiones, como el ajedrez. Juegos cerrados cuya reputación parece provenir de un extremo control en el juego, sin lugar para el azar. En lo personal, yo prefiero los juegos que combinan azar y decisión, juegos abiertos al accidente. Suerte, la suerte que no es divina, sino incluso se rebela y revela como algo al margen de ese mundo sagrado ordenado por los seres humanos. Una tirada de dados jamás abolirá el azar. Me provocan vértigo, emoción y pasión desmedida, los que son de estrategia, destreza y suerte. La adrenalina del juego en el riesgo del juego. De por sí, el juego ya tiene una carga sustancial, como para abonarle una prenda extra (como las apuestas). Por ello la muerte, porque en el juego se te puede ir la vida. Si de antemano sabemos que perdemos aunque ganemos, se aligera esa carga. Porque el que abona la carga extra, cuando pierde no solo pierde, de antemano ya había empeñado el juego. Ganar en el juego es emocionante, aunque no haya premio, y el juego hace ligera la existencia, porque sabes que aunque ganes esa partida, después vendrá otra. Se disfruta y se evapora porque vive de instantes. Le preguntaron a un beisbolista, sobre que le parecía haber perdido de manera tan ominosa y humillante, contestó: el béisbol es un misterio, hoy pierdes de este modo y mañana ganas la serie, mañana será otro día, todo puede cambiar. Mañana te despiertas y hay que dar vuelta a la página.
De hecho los juegos podrían ser el campo práctico para el fomento de una nueva otra ética. Cosa por la que ya acostumbrado, me tirarán de a loco. Los jueces juegan.
Nunca celebro el día del padre, nunca celebro el día de la madre, nunca celebro el día de la poesía, nunca celebro el día de los ocho pitos y la vulva desnuda. Usted pase y pregunte. Siempre es día del padre, siempre es día de la madre, siempre es día de la poesía. Eso lo hicieron para los pendejos que creen que sólo es un día al año.
Yo sé que he criticado el futbol, que es el deporte del proletariado, por creerlo excesivamente simple: meterla en el hoyito. Lo cierto es que esas piernas que semejan a las de un caballo pura sangre, de crianza, están más cerca del arte circense con sus malabares y destrezas, que del deporte. ¿Por qué nunca me atrajo tanto el futbol? Quizá por ser un juego de extrema fuerza y condición física, de contacto. Y a mí me da pereza la fiereza. De que ahora se hace un futbol de laboratorio, de eso ya no hay duda.
William S. Burroughs decía que el único que sabe que está pasando en la realidad es el paranoico. ¿será porque sospecha y porque sospecha, indaga? De lo que me he dado cuenta es de que la esquizofrenia quizá sea ese poner el yo en todos lados. Ser carente de objetividad, creer que tu mundo es todo el mundo, es decir, no trazar el límite del yo con respecto a lo otro. Esa confusión. Por supuesto que si la psicosis es esa fantasía que se cree realidad, y la esquizofrenia es ese yo proyectado en todos lados, en estos casos hay una especie de velo o barrera que impide ver lo otro. Por supuesto, nadie está compuesto de una sola locura, sino de una combinación, y por supuesto hecho de episodios, momentos cumbre, instantes recoveco. No creo que haya ser tan constante como lo designa la psicología o la psiquiatría. El ser completo no existe, es justo eso, una fantasía. Lo que a mí me pasa con eso de «identificar» es que se me hace un recurso que la humanidad emplea para apresar lo que no comprende, lo que no está dispuesto a entender, porque además no se puede. Y así, tratar de capturarlo para dominarlo dentro de su sistema operatorio de control. Deja de haber interrogación para dar paso a la afirmación absoluta y a la condena.
Cuando veo tu culo, digo, dios hizo esto. Dios se detuvo y dijo, bueno esto me toca a mí. El resto del mundo que es imperfecto, se lo dejó a los ángeles, que bien podría ser la obra maestra de unos niños mocosos de preescolar jugando a la creación. Párvulos, imberbes.
No le busques más, esa es la real y verdadera herencia, decir algo para hacer otra cosa. En el derecho se llama no tener palabra, no poder sostener tu palabra, ser deshonesto. Esa la maravillosa herencia, la bendición confusa de una esquizofrenia disimulada. Como creen que pueden hacer todo… y que no pasará nada. Ya no le busques, esa es tu maravillosa herencia y la de tu familia. No la mía. Abdico. Puedo decir… que estoy aprendiendo qué es la esquizofrenia.
Es curioso porque para los pueblos mesoamericanos la palabra era más valiosa que el oro. Si no tenías palabra, si defraudabas lo que decías, eras considerado alguien pobre, del que no se puede nadie fiar, alguien que perdía realidad.
El celular, el teléfono móvil, es una prótesis. Es el jaque mate que esperábamos todos.
Esos mensajes que pone la gente para hablar del muerto. En donde quiera que estés, ahora que ya estás allá, que tu viaje sea no sé qué. Amiguitos míos, dejó de existir, no mutó o pasó a otro plano de nada ni nada. Dejó este mundo material y tangible. Ya no es. Es nada, eterna nada. Al menos hasta hoy, a no sea que se presente una de las tantas charlatanerías habidas y por haber, sigue sin haber rastro alguno de ningún paradero. ¿cruel? La manera en que viven, eso es cruel. Sin saber que esto nunca más será. Eso es crueldad. Cero. Nada.

15 el agua
Como si me hubiera arrastrado el agua río abajo. Aún está turbio y no se percibe ninguna visión, solo el ruido, la tormenta, los relámpagos. Agua dentro y fuera de mí, cayendo desde el cielo, escurriendo por todas partes, en cada ser moviéndose, el agua. Una explosión de esa molécula. Mentado planeta y cada una de las casualidades causales a través del tiempo en las que se «logró» el conjunto. Para que uno esté en este reguero botado y esparcido, frente al espejo en el baño mirándose a la cara, alucinado, como en un sueño.
¿Se preguntarán alguna vez algo?
*Estoy revisando mi outfit para el fin del mundo.*
Es lo que los que se hacen llamar sabios llaman, el espíritu de la época. O lo que los poetas dicen, flota en el aire. Lo cierto es que es la «filosofía» que atraviesa los tiempos del capitalismo rampante. Un tiempo que aprecia y premia la eficiencia, la precisión implacable del ENTER. (la realidad es que todos sabemos que es un chasco redomado). El béisbol era un «deporte» de gordos relajados. Yo era un niño gordo y nalgón, al que una señora le gritaba desde las gradas: osito. ¡Vamos osito! Y yo le zumbaba a la pelota como un osito en acción. Jugué 6 años cuando niño, siempre de catcher. El béisbol se disfrutaba como una relajante tensión. Un juego de temperamento y nervios, de sangre fría. Ahora lo quieren convertir en este marasmo de atletismo revolcado con resultadismo. Ahora más que nunca reina la estadística computacional, el cálculo por la probabilidad del hecho, la medida de lo posible en lo imposible. No estoy tan de acuerdo, tampoco me molesta tanto, porque bendito sea el señor, falla. Allá ellos y su matemática de lo erótico, su cifra del encantamiento. Las nuevas reglas consisten en que los juegos no sean tan tardados, cronometran al lanzador para que no se demore al tirar. El lanzador descansaba, lidiaba con sus tripas, se armaba de agallas, creaba un suspenso, había un juego de miradas, pausas y movimientos. Nada que ver con esta compulsión mecánica del tiro inmediato. Le han subido partidos a la temporada. La pelota es más ligera para que haya más jonrones, más estrellas, más hordas de fanáticos. Ahora atrae más bobos admirados al ver la pelota surcar el aire, es un negocio, poco importa. Un poco menos de estrategia o distinta, más espectáculo. Necesitamos vender más maíz inflado, necesitamos inflar más a la población. El resultado es que han cambiado las dinámicas. Se lesionan más los lanzadores, por la urgencia de tirar y porque son más partidos. Menos descanso, ajetreo, viajes, vida de mula, vida de perros, vida de chinches, etc. Se lesionan más todos, porque no son atletas. En cada tirada había un sueño de por medio, en cada pinchada se decidía el universo y se abría la otra posibilidad. Al principio del siglo pasado fumaban puro al ir a la caja de bateo, hay videos de los años 70’s 80’s donde están fumando cigarrillos en el dogout, mascarón tabaco hasta el inicio de este siglo. Eran gordos y nalgones, ¿ya lo dije? Lo único que ha perdurado son las nalgas, continúan siendo de campeonato.
Por sobre todo, el oído. Adoro ver, no hay duda. A algunos el olfato, cuando están ahí, duro que dale, los perfumes, o las esencias de la secreciones, esos hálitos, esas pequeñas nubes que se desprenden del pecado. No es lo más, no me agradan tanto los dulces. Por sobre todo, el oído. Podría sucumbir con sólo oír, todo ese ritmo, la musicalidad, el bam bam del tambor que late en el corazón. Toda esa melodía encarnada en el gemido. Las flores del sonido.
La danza del amor o la danza de la muerte. Es poca la diferencia, sin embargo abismal.
Solo yo podía detenerme, acabar conmigo, y ni yo lo logré.
El tamaño de tus enemigos imaginarios, el tamaño de tu deseo. El amor es pequeño, de ornato.
Aburrídisimo. La gente bosteza en las gradas. Hará 20 años que la selección mexicana de balompié no se divierte, no disfruta jugar, no es una alegría, ni siquiera gozan el privilegio de cobrar las cantidades que cobran. Sufren, padecen los partidos. Tienen un palo en el culo clavado y no se lo sacan. Los jugadores se la pasan haciendo anuncios para marcas de ropa, ni se sabe a qué hora entrenan, parece que los eligen por ser modelos y no deportistas. Cero imaginación y/o atrevimiento para realizar una jugada. Miré medio tiempo y lamenté perder 45 minutos de mi valiosa existencia. Me fui. Fiasco total. Pobre audiencia en todos los sentidos. ¿Cómo no renuncian? Al mexicano le pican en la cresta de su orgullo y empeño, entonces es incapaz de renunciar, prefiere someterse a la mediocridad promedio, del humano promedio, con sus humildes problemitas de buró. No tienen coraje.
Convenimos en que una semana laboral de tres días efectivos sería suficiente. Habría trabajo para todos, mismo salario de la semana de 5 o 6 días. Dos días para convivir con la familia, descansar, y dos días para tocar el órgano, plantar árboles en la comunidad, hacer jardinería, cocinar, tal vez mirar el cielo para escribir el poema. Tal vez no hacer nada, ver pasar su mente como un auto a toda velocidad o un río que suena, que va.
Mi último y más reciente proyecto, enterrarlos a todos, poco a poco, hay tiempo. Espérenlo. Vayan apartando lugar en el más allá, yo me demoraré lo necesario.
Para mí, la conferencia es un arte que debe estar más cerca de la ópera que del tratado, sin renunciar a éste. Más cerca de los precipicios del histrionismo, que de las mesetas del pensamiento, sin renunciar al verdor del valle, a sus esporádicos arcoíris.
Allá y su mala cabeza.
Es como si Marcel hubiese expandido los márgenes de lo establecido unos cuantos kilómetros más allá. Se dijo, sólo para que vean, que sí puedo.
Como no saben pagar, no saben cobrar.

16 El espasmo
La vida, nuestra vida, es este espasmo momentáneo. jajaja, y quieren estipular algo, jajajaj. cof cof… cof cof cof cof cof… hawk tuah…
Ya metí mis papeles, estoy pagando el karma equivocado, es un error burocrático de dimensiones cósmicas. A ver si ya me resuelven estos hijos de la chingada.
…los mamadores se venden por separado.
Los mundanos problemas en el planeta de los simios, que si esta mujer es tuya, que si esta tierra es tuya, los changos y sus posesiones, esto es mío es mío, mío mío mío y sólo mío.
Ni con unos ni con otros. La identidad (nacional) o la pertenencia a una cierta comunidad es ese amor al origen, a los padres, las raíces, etc. Lo mío lo mío lo mío por sobre lo de los otros. No sé, nací alienado en un capitalismo descarado y funesto. Ni con los villanos neoliberales sin vergüenzas, ni con las víctimas traumadas de la nostalgia rancia de conquistado. Toda esa incondicionalidad a los padres, cuando solo son unos mortales más, como cualquier otro, infestados de errores, como el resto. No creo ni que lo que pretendan sea mejor que lo de otros. Toda esa rivalidad, todo ese odio hacia lo ajeno. Toda esa parafernalia puesta en escena hecha para prevalecer. No solo nací en el destierro y en el exilio de mí, sino cuando la farsa ya había dado de sí. La que sea. Toda esa cuestión de la identidad, que en realidad es uno de los motivos del reclutamiento. Es obvio que en algún momento en alguna actitud, en alguna costumbre aprendida surge ese viaje al origen del ancestro y ya, se esfuma, como toda voluta en transición. Considero por contrario, que somos más este pasaje transitorio, que alguna estaticidad permanente y dada. La vida, con su calidad de perecedera es más este olvido que la supuesta realidad eterna de nada. El recuerdo es esa mentira vuelta a contar, y quién tendrá toda esa omnipotencia para decir que sí fue así como sucedió, válganme los plenipotenciarios capaces de verdad y sentido. La historia es ese cuento para niños al que si le rascas se le cae la pintura al inventario. ¿Por qué no me funciona ese enorme aparato ideológico de la identidad, la que sea? La mayoría erige a sus padres como si fueran dioses, innegables, perfectos, sempiternos, sus palabras incuestionables, la ley. Cuando alguien me habla de sus padres me produce asco, ¿cree que los adoraría como él o ella? Sacos de papas que ruedan en el tiempo cuesta abajo. Como si el acto de amor implicado en que el padre engendre y la madre conciba fuese un acto divino, como si esa escena constara para hacer de la existencia una cuestión eterna e inmaculada. Era un chiquero, y arremetieron en su placer, te aterrizo. Cuando en realidad es un azar que se encontrarán, que se conocieran, que se hablaran, que se atrajeran, que en la pasión del instinto se compenetrarán y en el deseo se colmarán. La existencia de cualquier ser humano no es más que un accidente más de la suerte, un caso particular y fortuito. Incluso no hay predisposición para que una célula fecunde a otra, es un hecho accidental. Que ese espermatozoide específico se inserte en ese óvulo específico, y se creé esa información genética específica, es un volado. En ese momento justo y no en otro, bajo unas condiciones dadas en ese instante y no otras. Nadie eligió venir a la vida. Por eso la dimensión onírica en la que nos inserta de repente ser, como si todo estuviese dado, como si el destino estuviese escrito de antemano. Ni la religión, ni la raza, ni la preferencia sexual (aquí quizá obra el deseo más que en otra configuración), ni el género, ni haber nacido en tal lugar, ni nada de nada me constituye como ser, esos atributos incluso son azarosos. Yo no elegí nacer en tal clase social, no elegí el código postal, ni mi raza, ni la idiosincrasia en la que pudiese ser educado, ni las creencias que me pudiesen haber inculcado, para colmo ni mi forma corporal. La supuesta identidad no me cuadra. Veo el documental, de esa serie de beisbol que jugaron en el 2004. Toda el aura que le crean al mito del equipo de Boston, frente al equipo de los Yankees, toda esa leyenda es justo para crear la dimensión de la identidad. El relato crea la noción de identidad. Que si el hotdog es mejor en Boston que en Ny, etc, todas esas tarugadas que al público le interesan para configurar mejor su odio hacia el rival, hacia el otro, para armarse mejor, en esa guerra que es el juego, en esa cacería que es el juego, en ese asesinato que es vencer al otro. La metáfora que subyace es la de matar. Por eso produce tanto placer el sadismo del triunfo, de vencer. Debajo del juego está toda esa metáfora, la de fagocitar al otro, en ese canibalismo descarnado. Las tribunas con sus hordas de odio gritando al campo. Los jugadores no son ni de la región. Pero ahí está todo ese teatro armado bajo la ilusión de una carga identitaria. Ahí están los oponentes reunidos en su antagonismo para pelear a muerte. Lo que sorprende es con que poco está armado y cuán efectivo es. Por eso, por eso a los jóvenes es a los que reclutan para ir a luchar por su patria, porque no saben, porque son inconscientes, porque es más fácil engañarlos para que sirvan de carne de cañón. Un niño de 9 años le grita a un jugador: muérete fulano de tal, púdrete bastardo. Las personas, en su más primario código de entendimiento se identifican con los actores. En el teatro, en el cine, en el estadio, se identifican con los actores. Se identifican con el héroe de la novela, con el héroe del partido. Repudian al otro. El sentido identitario de la sangre en su búsqueda de origen es el argumento del fascismo más brutal, es el llamado de la sangre, en todos sus sentidos.
¿Usted no alucina de vez en cuando? Por ejemplo, que su mujer lo ama. Alucinar es más común de lo que usted cree.

17 Evolución
La evolución es una gota fina y constante, mínima, que atraviesa el tiempo infinito, disolviéndose y reuniéndose. Ahora, sin duda le ocurren exabruptos, hechos que son la punta de la cresta de la ola, los cambios repentinos que aplastan en un vértigo lo construido. A diferencia que de lo común se especula, siento que una de las primeras emociones que sirvieron a ese «despertar» de la especie, fue el susto. Un horror instantáneo, que lo sacó de la «vida inconsciente» animal. Se espantó de ver-se. Un escalofrío lo recorrió y perturbó de tal modo, que no pudo hallar el camino de retorno al paraíso.
¿Por qué de pronto, como un asunto sin remedio, la mujer se vuelve una diana (para los hombres) en la oscuridad?
Por otro lado, no es la única identificación que opera en el juego. No sólo se trata de derribar al oponente, al que se odia a muerte. Sino también está esa otra identificación erótica, por debajo, inconsciente, la de cogerse al otro, la de amarlo con odio inaudito. La de perpetrarlo, someterlo en un goce sádico erótico. Se trata de una sexualidad debajo de demasiadas capas. Esto es, la humanidad necesitó de todos estos velos para soportarlo. Engañarse bajo la ilusión, porque en realidad su deseo es el deseo de cogerse con el rival, someterlo y/o que lo sometan. Por decir, siempre está la vida, la muerte y el amor en juego. Las sociedades modernas son incapaces de ver, han inventado y sofisticado los ámbitos de lo social, para evitar ver, para no atreverse a pensar lo que sucede. Para no tener nada que ver ni implicarse, no se diga comprometerse. Por sí mismos se inventan juegos por doquier. Para rehuir a su verdadero deseo de muerte y deseo sexual (de vida). Por supuesto que la manera en que funciona siempre es, como no te vas a dejar coger, te tendré que matar o te amenazaré con la idea de matarte cuando en realidad lo que deseo es cogerte. Y después por supuesto, no se desenvuelve así, sino que el rival o se dejará coger en el encantamiento de ser una presa o volteará a decir, soy yo el que te va a coger a ti, ¿qué esperabas, que me entregara sin anteponer mi poder?
Me miro al espejo, tengo cara de árabe (un rostro mediterráneo, mezclado con maya). Hablo español y vivo en mEjico máxico. Claro que siempre voy a estar a favor de la libertad de tránsito de la humanidad, deja de decir pendejadas, mi carnal.
Los anuncios publicitarios les dicen: el mundo es tuyo. Que no te digan pendejadas, el mundo no es tuyo pendejito.
Todos somos suicidas, sobre todo, cuando ya no podemos ser asesinos.
El juego de la seducción. No hay una ley de la mirada. Una ley de los dimes y diretes, no hay una predisposición al arrojo o al encantamiento. No existe la fórmula del hechizo certero e infalible. Afortunadamente aún obra el sortilegio improvisado. Aún el instante es el arma de la audacia, la acrobacia del valor. Aún existe la locura descabellada para desbordarse en las artes de la seducción.
Siempre que viene alguien y me dice que es artista y me comienza a enseñar su obra y tal, no sé cómo decirle que no me interesa en lo absoluto, no sé huir de inmediato. No sé ser descortés y cortar con eso. El arte que me interesa, primero veo la obra y ya después quizá, no siempre me interesará la persona. Realmente me interesa un pito la persona, la mayoría son unos cretinos. No tengo ese romántico amor a la humanidad, mucho menos hacia los artistas. Desconfío en exceso del gremio. Toda su gimnasia verbal no hace mas que revolverme el estómago y darme náuseas. (Voy a tener que escuchar una misa no solicitada, me digo). Soy frágil, no lo soporto. Veo sus caritas esperando que les diga algo sobre lo que hago, no voy a decirte absolutamente nada. Nunca hablo de eso. De manera excepcional a algún amigo le contaré dos pistas, por supuesto cada cual hará y hace en efecto lo que le venga en gana. De ahí en fuera, no me interesa hablar del arte. ¿qué soy, un payaso de feria? ¿Vengo a divertirte? ¿Eso quieres, que te divierta?
Otro gringo más con problemas de identidad «(con su síndrome de culpabilidad)». De lo mucho y nada que dijo, lo que me gustó fue oír la palabra Saigón. Vive en Saigón. Solo escuchar esa palabra me interesó, por lo peculiar y rara. Me quedé repitiendo Saigón para mis adentros, como un pajarillo extraviado. Después continuó… con que recoge basura y que con eso hace sus esculturas, y dijo: la idea es que la basura no existe. ¿qué??? no lo deje decir más. me paré y me fui, ¿cómo? Pensé, ahorita le lleno dos bolsas de mi basura a este fulano para que vea que sí existe la basura, ahhh este gringo traumado. A ver qué hace con eso…???!!
Anoche me dormí pensando entre sueños: todos estos cuadros, solo son las flores de mi tumba, serena y eterna.
En otras latitudes me harían la guerra contratando abogados, traerían a la mamá de Tarzán. Estaría silencioso escuchando mi sentencia en la corte de los changos. Aquí, como diría Efraín Huerta en sus poemínimos: hablando se enciende la gente.
Me agria el día mi generación. Quieren salvarlo todo, y lo único que hacen es decir que quieren salvarlo todo. Por mí que se pudra todo y burbujee en el infierno resplandeciente bajo la luz incandescente de una hoguera profunda. Ellos ahí, por favor, te lo pido dios, condénalos por habladores. jajsjsjsjs.

18 Por supuesto
Que voy a estar en desacuerdo con ese pensamiento que cree que porque no lo ve, no existe; el problema, el caos, la crueldad, la insidia, la vejación, el genocidio, la humillación, etc. Pero tampoco, en ese otro extremo creeré que porque lo vea y sepa que existe y sucede, automáticamente estoy haciendo algo. Es un dilema que cada cual resuelve. Una de las cuestiones es creer que por ignorar que existe, me salvo; y la otra es creer que porque se es «consciente» de ello, me salvo. No, ambos son partícipes. Colaboran, me atrevería a decir, hacen nada, gruñen, lloriquean, regañan a los otros, patalean, nos culpan, nos recriminan, dicen que hacen y no hacen nada de nada. Naderías con buena reputación. La pregunta es, qué haces con eso, no qué piensas. El pensador es una roca. Bellísima, pero, es una roca.
De niño, mientras jugaba, pedí un deseo con una idea súbita que me maravilló, quería una máquina teletransportadora, viajar a la velocidad de la luz. Nadie lo sabe, se me concedió.
El problema siempre será querer hacer de un problema particular, una solución universal. Eso sí que no existe. Eso sí que es un absurdo y una prepotencia. El tiempo se encarga. Y es que nadie tiene tiempo de eso, hay que trabajar como asnos, producir la respectiva basura como marranos, morir decentemente como troncos bien moldeados, como muebles impertérritos afrontando el destino de un lugar seguro dentro de un cuarto, ¿quién va a tener tiempo para resolver de forma particular un caso? Mejor buscar el automatismo de todo. Retacarnos como máquinas parlantes con respuestas dadas, prefabricadas, discursos masticados, dogmas tatuados hasta la médula. ¿quién va a tener tiempo para preguntarse algo?
En la novela, nadie acude al sanitario y se hace la descripción subsecuente. Ordinaria y repugnante. Nadie se queda pensando ni se dice qué piensa sentado a la taza mientras defeca. Nadie formula el método maniático con el que obra en el escusado. Nadie siente el tedio de ponerse las calcetas otro día más, nadie está harto de alcanzarse a poner el zapato y tener que empujar el pie mientras se bufa en un resoplo, y luego la tarea agobiante de amarrarse las agujetas (en otros lados: atarse los cordones), en cuclillas, arrodillado, dócil. Nadie, nadie, nadie, en la novela nadie aparece de espaldas.
También en el planeta de los simios: esta tierra no es tuya, es mía es mía es mía.
+ o – a la edad de 30 años decidí no reproducir música, eso me duró 7 u 8 años. Al principio me maravilló el silencio, claro, como primera impresión, porque el silencio no existe. Dejé de flotar en la ensoñación, en el aura onírica que representa la música y caí de plomo sobre la realidad material, sintiendo su pesantez. Por supuesto, eso no duró, porque la realidad misma está inmersa en el sonido, en el ruido, que incluso a veces es armónico. Los movimientos del cuerpo tienen un ritmo, el pensamiento sigue un compás, casi toda la realidad, incluso el inconsciente actúa y responde con música, su música y la que proviene del exterior. Se interactúa en una melodía compartida. No hay forma de escapar a la música. En el campo, los sonidos de los insectos y los pájaros, el viento que mece las ramas, sus silbidos. En la ciudad la lluvia que cae con los autos pasando son el mar, las olas y la tempestad. Una gotera, un aullido, un grito lejano, unos cristales que se rompen, y la lluvia vuelve a crepitar afuera. Los pequeños sonidos provenientes de todos lados, rodeándonos, acuartelándonos.
Sí sí, ok, siempre han vestido de esa forma ridícula de un siglo que no existe ya. Lo cierto es que si van intensificar el circo en el béisbol para incrementar las audiencias, los dividendos, tienen que aumentar la plantilla. Una manada más extensa, más lanzadores y más suplentes, relevos, emergentes, etc. Hacerlo crecer, subir y crear más jugadores a las grandes ligas. Si no, se seguirán sufriendo las consecuencias experimentadas hasta ahora por el incremento del calendario y las lesiones, esto será un suplicio de sobrevivencia. Una agonía. Tres jugadores ganan lo que podría ser de un plantel mayor.
A mí sí me gusta comer de vez en cuando en la calle. Hay que probar lo que los otros hacen. Se aprende de los otros. El sabor es el saber. Elegir es la piedra filosofal de aventurarse en la calle. Alta cocina, cocina humilde, me importa un bledo, acepto recomendaciones, voy con cautela… y me puedo equivocar. Soy capaz de errar.
Toda mujer en algún punto de su vida, ve al hombre dormir, y sonríe con milicia.
La filosofía son una bola de pitos flácidos en busca de discípulos.
A veces juego a las escondidillas con mi café, lo dejo por cualquier lado sin poner atención, y después cuando lo quiero tomar, empiezo a gritar, ¿dónde estás desgraciado, dónde te metiste?

19 No sé si vuelve
o ya lo he escrito. Me pierdo en el laberinto de mis pensamientos, que son como flores, me pierdo en el tiempo. Eso de que el juego es un trance, una hipnosis, una especie de embriaguez o sueño lúcido, en el que se sumerge tanto el jugador, como el espectador. Como niños, se identifican en el juego a tal intensidad, que se olvidan de todo lo demás, todo lo demás queda atrás, aparte. Es una concentración estática, es la experiencia del éxtasis, del júbilo, y la pasión extrema, se pierde por un momento la noción grave y cansina de la razón. Es el recreo, y en realidad la parte que sustenta todo lo otro, lo agobiante de la existencia, su angustia se disipa en el juego, porque qué más da que se pierda o gane, ya se está jugando y esa alegría es irremplazable, esa risa interna mientras se comete la jugada, esa danza onírica y feliz. Sin el juego la vida humana sería insoportable, la vida del trabajo, la vida de la muerte. Que el juego trate de un fin, poco importa, es el tránsito el que nos suspende, flotamos sin cesar, apenas el juego acaba, todos vuelven a tocar el suelo con los pies. El mundo que reconocemos vuelve a su lugar.
Cuando ve que todos lo devoran, el deseo del padre es que todos se mueran, obviamente esto suena escandaloso. Pero, antes de que acaben con él, en el subterfugio del deseo, hiere a la madre, ésta a los hijos, entre la rabia y el rencor, entre los hijos y la madre siembra la insidia, para que se maten entre sí. De todos modos, se arrastrará herido de muerte, hasta perecer en su última agonía decapitado frente a las puertas del infierno. Mientras las ruinas arden en una hoguera que lo alumbra y calienta todo.
Esto que se ha intentado instaurar en lo social, a lo mejor por accidente propiciado por contagio, la supuesta sapiensa del lenguaje de la psique. Ese uso insulso de la nomenclatura clínica como acusación, infamia, calumnia o simple y llana denigración. Este repartir cuchillos, (y digo cuchillos porque como todos sabemos, un cuchillo es una herramienta, que también puede ser un arma), entre los legos, para utilizarlos a diestra y siniestra en el terreno cotidiano del juego de las relaciones. A éste le llamarán psicótico casi de manera gratuita sin conocer ni saber nada de nada, a aquel le dirán a sus espaldas paranoico, en secreto los murmullos de la gente hablarán de tal neurótico, a tal otro sin saber de qué se trata le temerán por un supuesto diagnóstico de esquizofrenia, tal otro será segregado por estigmas de perversión, etc. Lo que ha instaurado la psicología es un sistema de vigilancia social, una policía que actúa y opera en la ignorancia absoluta y es eficiente como arma de exclusión cotidiana, discriminación rutinaria y desprestigio común. A tontas y a locas, las palabras incriminatorias lo único que han ocasionado es un ambiente de la validación de la censura, de la calificación reprobatoria, de la examinación, del expediente sentencioso, del dato sin fundamento, y a fin de cuentas la autorización de los legos a dominarse unos a otros con estás herramientas prejudiciales, estas denominaciones al borde de lo penal y estas medidas punitivas. Por supuesto, en el total desconocimiento de nada, en la gratuidad absoluta, con el descaro de siempre.
Todos convenimos en que vender es un arte, quizá no reconocido. En el capitalismo el inversionista «realiza una apuesta» para multiplicar su dinero. Es un jugador. Vender ocasiona una sensación suprema de satisfacción, vender es una droga una adicción, es un vicio moderado y una ambición constante, un acicate. Un látigo a veces impuesto hasta para el operador. He visto vendedores como arañas que envuelven a sus víctimas en una melaza de labia y los devoran frente a todos los espectadores atónitos, engullen a sus clientes sin tentarse. Cada vendedor hará uso de sus propias artimañas patentes o plagiadas, cada vendedor despliega una serie de trucos, modestos o soberanos para hacer valer su producto, jacta su dignidad. He visto a los mejores vendedores no sólo vender humo, vender chatarra, vender lo invisible, vender lo inmaterial, he presenciado la destreza y virtud de aquellos en vender lo que no existe. Claro está, que en la venta y entre vendedores, se celan y envidian, se hacen la guerra, justa o desleal. He oído historias en las que, por ejemplo, aquel vendedor de la concesionaria que vendía tres rábanos en lo que los otros uno, era denunciado so cualquier pretexto, no porque fuera mejor sino porque los hacía ver como unos holgazanes, parásitos, zánganos o pendejos. He oído sobre las trampas comerciales de tal gremio que denuncian a la secretaría de salud a tal negocio para que les clausuraren, por el simple hecho de que acaparan el mercado local. Siempre está puesto el velo de que eso no pasa, el sabotaje, de que todo son sonrisas y algarabía. Lo cierto es que la humanidad no soporta el fracaso personal, no tanto que al otro le vaya mejor. Es la derrota narcisista lo que le molesta a la humanidad, no tanto que el otro triunfe o sea mejor de la manera que sea. Lo que está en juego es la debacle subjetiva, personal, la anodina miseria de ser nada y nadie. Además, por lo regular los otros no conocen o saben la otra cara de ese supuesto triunfo, es decir, lo que costó en realidad, que bien pudo haber sido sacrificios familiares y/o de amistades, esfuerzos desmedidos, pérdidas constantes del tipo que se imaginen, lo que se quieran ustedes imaginar, claro que porque ustedes tienen mejor imaginación que yo, sabrán mejor y a detalle de qué se trata.
¿Qué es lo que puede realizar la humanidad frente a la devastadora, inequitativa, ignominiosa, aberrante, vergonzosa, brutal, abusiva, aplastante, cruel, absurda, estúpida, infame, guerra? Huir. Migrar, migrar para donde sea, como sea. No quedarse, no mirar atrás. Migrar a toda costa. No aferrarse, estorbar en otro lugar.
Afortunadamente pudimos huir por el escondrijo de la literatura, donde no nos pudo seguir ni la filosofía ni el cine.

20 ORO
Sigo mi camino porque el tiempo es oro.
La mayoría de la gente no quiere ver, no los culpo, pero sí los culpo.
Ustedes creen que me tengo que quedar callado. ahhhhajajjajajjajajajjajajaj. Qué graciosos.
Quien no puede perder, no sabe disfrutar del juego.
Nunca he podido ser un solido y tenaz aficionado, nunca me he podido enrolar en el carrete narrativo del juego en su totalidad, soy un mal seguidor. No me logro apasionar, ni prendar, estoy frío, como se suele decir, no gano ni pierdo nada, ni nadie me paga porque gane o pierda el equipo de mi preferencia. No sé qué pasa, que me separo del objeto, me es indiferente. La realidad es que inmediatamente me salta a la vista el set, la utilería armada, la fachada pintada para la ocasión, el público de cartón. A veces me acerco a la caja luminosa como una noctuides extraviada, sin propósito excepto el trance y pronto caigo en la cuenta de la impostura, del falso astro. Hará unos años me paré frente a una final del futbol mejikanno, esa gloriosa muestra del fraude nacional cometido contra la clase trabajadora. Era el partido de cierre, el rebaño sagrado se había ido a los vestidores con el marcador en la bolsa, 2 a 0. Al terminar el partido, muy al final, ya más allá de todo, comprendí lo que había pasado en el medio tiempo. Imaginé la acuciosa llamada telefónica, obvio mediante presta nombres, de uno de los mejikannnnos más ricos de meccico, dueño de la chiva loca, al otro de los hombres más ricos de nexico, propietario de las poderosísimas águilas del américa, para negociar la voltereta. Por evidente que sea, pidió una suma de dinero y acordó que apostarían en contra de lo más improbable dado el marcador, contra las chivas. Y obvio, repartirse el botín, además de que con ese campeonato el águila se volvería bicampeón y por consiguiente llenaría las arcas con las chucherías que venden. Un negocio, lo que se dice redondo. Todos aquellos apostadores que ya se hacían ganadores, amanecieron en la banca rota del parque. Ja. Todo se llevo en una de las mayores cordialidades del balón pie.
⁃ El licenciado Bregman quiere verlo.- ⁃ ¿Otra vez por el asunto de la presa que se desbordó?Ya le dije Gutierrez que ese… Dígale que yo no estoy jugando.- ⁃ No, no, se trata de otra cosa. Algo relacionado con usted ya sabe qué. Así lo dijo.- ⁃ Muy bien, si Bregman desea verme, así lo haré. Comuníqueselo, por favor.-
Era el siglo XX, por supuesto todo allá se trataba con mucho más «respeto».
Realmente el único culpable de la corrupción en el juego es el aficionado. Aquí, en los 70 años de la dictadura blanda y perfecta, hasta había una metáfora contra el pueblo que votaba una y otra vez por el yugo de su verdugo. Decían, es como la esposa que pasa por alto la última golpiza y cree que el fulano va a cambiar, que ahora sí le prometió de rodillas que cambiaría. Dado el caso, tuvimos lo que tuvimos. La afición del balón pie es la más sufriente y gozosa de su mal, me atrevería a decir que son tontos, pero no, es más seguro que sea esa gozosa y perversa victimización, una filia entrañable al drama.
Los apaches no dejaban un alma viva en los asentamientos que arrasaban. Temían al fantasma de la venganza alojado en la semilla, en el brote. Mataban hasta a los niños, eran inmisericordes. He visto a los mejores pitchers abrir la puerta de la compasión, tocarse el corazón, es un fenómeno extraño. Cuando al otro lo está cargando la desgracia, los he visto abrir la posibilidad y he visto como entra un torrente que de pronto, ya no pueden detener.

21 oficio
Para mí el oficio de escritor no existe, esa es una mera formalidad que la humanidad usa para identificar una dudosa y nebulosa práctica. En realidad lo que existe es el oficio de traducir, traducir la realidad, sea como sea. Traicionarla. Saber traicionarla. Traicionarla a toda costa, olvidar su miseria descarnada por un instante. Blandir la espada impunemente. La pluma, la pluma… Sí, impunemente.
Lo único que se hace es interpretar. Crear algo, no es tan fácil como se cree. Crear algo de la nada, a eso me refiero. Nada sale de la nada. Piénsalo un momento. Por ejemplo, si escribes algo, lo que sea, y lo llegas a analizar verás que vino de otro lugar, inclusive si escarbas ahí sobreviene otra y otra y otra historia, probablemente sin fin. Atando cabos, relacionando unos con otros, hasta ver que no hay vacío, no existe lo que no existe. Lo difícil es el misterio del origen primero y el fin último.
Eso de que si lo copia o no sé qué. Esas son tonterías, traumas de propietarios. Lo que hacemos es ahondar en las huellas de otro. Tan las palabras están huecas de significado, esto es, son las hormas de significantes variados, cuyas geometrías si quisiéramos embonarlas en el significante del otro no caben. Y puedo usar las mismas palabras que otro sin que sean las mismas. Se resbalan, se caen, ruedan y en otros oídos quizá lleguen a tener otra vida, distinta. Todo es una copia, por decirlo así, descompuesta. La realidad es ese rompecabezas poliédrico móvil en cuya cada percepción en cada instante es única e irremplazable. Nos entendemos de milagro, justamente creyendo eso, que hay único y copia, único y doble. En la ilusión del sentido. Y sus taras.
Es muy gracioso cuando alguien dice que puede explicar la realidad mediante un sistema, simplemente es una gracia. O cuando alguien dice que un día la ciencia lo explicará todo. Vaya gracia. Abundan los comediantes hoy en día. Es un día muy gracioso para estar vivo.
Un ganso encabronado, dios. ni me le acerco. me mata.
A mí ya se me había olvidado lo que no me acuerdo, y ni sé.
Por ejemplo, sin querer, en el eco de mi inconsciente, arriba, lo que simplemente enuncié, se parece a la ley de Lavoisier: nada se crea ni se destruye, sólo se transforma.
Hará 6-7 años que no me agrada hablar. O hablar demasiado, necesito confianza y además me da pereza. En la pandemia recrudeció mi silencio, mi huraño. Me quedo pensativo u observo o escucho. No me agrada expresar nada. A veces siento que entristecí o que es la edad, o las dos. Después me vuelvo a reír de lo que sea y vuelvo a mi montaña rusa de emociones que nadie soporta y por la cual no me expreso y que sólo yo soporto. Luego ya al final pienso que solo soy un maldito neurótico histérico de mierda más que pisa este mendigo planeta perdido en la totalidad del espacio sideral y ya, sigo callado sin decir nada. Con mi cara de palo, sin que nadie imagine nada de esta aventura. Llorando o riendo por dentro, como todos lo hacen por fuera en este teatro de la vida, eso es todo. Eso es, dejé de ser el mejor actor de mi vida, perdí el libreto, me abandono la orquesta.

22 ganar o perder
Todavía es aún muy pronto para que lo sepas, pero quizá, a veces, perder es ganar y ganar es perder. Cuando lo comprendes, puedes dejar pasar todas esas «maravillosas» oportunidades que otorga la vida. Toda posibilidad tomada y ejercida, es el abandono de otra posibilidad.
Lo he pensado eh. Que las adicciones en realidad son como si fuese un germen en el que el paciente es el anfitrión de ese agente sustancia huésped. Fue a partir de un sueño, cuya lucidez aún recuerdo y su impacto me asombra porque me dieron escalofríos. Sucedió hará 8 años, estaban ahí todos estos conocidos siendo enmarañados por cierta planta, se los devoraba y los habitaba, la planta hablaba a través de ellos. Eran literal, su alimento, ella los consumía a ellos, y la planta se reía y me decía: nadie te creerá.
¿Qué es lo que pasa cuando se pierde en el juego? Pareciera que se es una fiera herida que vaga sin rumbo sangrando porque ha perdido a la manada. Una bestia que deja una línea punteada sobre la nieve de manera ondulada. Un rastro mortífero que va creciendo ensanchando la última morada. Esperando el fin con desesperación.
El 10 de noviembre del año corriente cumplo 2 años de no fumar tabaco. Nunca me lo propuse ni hablo con la perorata sobre la voluntad que los ex adictos suelen rememorar. Estaba en Niza a principios del invierno, hacía frío, tenía que salir a fumar a la puerta del hotel. Salía aterido de frío, se me entumían las manos, por la escarcha el cigarro se mojaba, la calada dolía en el pecho por el frío y al lado tenía otros tontos que habían salido a intentarlo. El cigarro se mojaba al primer tercio se acababa aquello y de nuevo para adentro. Fue por un coraje que dejé de fumar. El 25 de noviembre de este año cumplí 4 años de abstemio. Fui a unos quince años en Querétaro, le di 100 pesos de propina anticipada al mesero y me sirvió los jaiboles como para regresarme de rodillas desde allá, me puse la de nuestro señor jesucristo promoviendo la insurrección mediante la palabra del amor. Al día siguiente, dios, si con la borrachera te ofendí, con la cruda me salías debiendo, mi alma deambulaba por los suelos. La levantaba y se me volvía a caer. Tuve que llamar a los paramédicos, me dijeron, ¿esto es suyo? uy yo creo que ya se estropeó, mejor tírela, ya no sirve, no le prometo nada; para que con esfuerzos la revivieran del suplicio. Yo no he vivido eso que los adictos cuentan, un día me decido y ya está, no me cuesta el calvario prometido. No le doy el valor sobredimensionado a eso que me sujeta. Me molesta ser un esclavo de algo, dependiente de algo, de lo que sea. Me sacudo y me sigo. Llevo 2 y 1/2 de gimnasio de fuerza más cardio, y otra vez tendría que hablar de la voluntad o la disciplina o todo eso de lo que realmente carezco. Para mí, no es más que un placer, sentir el cuerpo y su actividad, su fuerza, su torrente. Sentir la energía fluir a través de su caudal, solo como un medium. (Y la música que me impulsa). A su vez, llevo 4 años de pedalear sin parar mi bicicleta, después de 18 años de haber iniciado a pedalear. Y otra vez, no es más que un juego, una maldita diversión secreta. Hasta el día de hoy, hoy por fin, puedo decir que al fin me siento bien. ¿Que soy un viejo nalgas miadas, apestoso aguafiestas aburrido y obsoleto, y así me quedaré? Es lo más probable. ¿Y qué?
Quiero desplegar un ejemplo de la magnitud y cariz de mi neurosis. La mayoría de las veces no soporto el formato del cine, de acudir a la sala de cine. Me obligan o me dejo manipular para ir. No lo soporto. Es una cita, con un horario estipulado, es como ir a tu boda, todo ese ritual y ceremonia del momento cinematográfico que tanto elogian me resulta un agobio, me asfixia. Ya ahí, por haber pagado me siento forzado a permanecer en la sala, me siento aprisionado a lo que saldrá en la pantalla, hasta parece que no se puede renunciar y todo será tolerar. Nada como el libro, el libro lo abres lo cierras a la hora que se te de la gana, si quieres lo arrojas al fuego para que todos se tapen la boca y aúllen consternados indignados escandalizados, (que todos griten, basta Gustavo Adolfo, no lo arrojes al fuego; y yo: ¡sí sí, al fuego!!!), al cine no lo puedes incendiar cuando ya te tiene harto la función, es un poco más difícil, digamos. Que al día siguiente apareciera en los titulares de los periódicos: no le gustó la película, y procedió a quemar el cine. Pero hablo de la experiencia del cine en Occidente, con sus historias de principio desenlace climax y fin, por resumir eh, no digo que todo sea así. Cuando fui a la India, el cine funciona como funcionaba antaño aquí, por permanencia voluntaria. Pagas una entrada, entras a la función que quieras a la hora que sea, realmente no importa. Es una concepción de la vida y la muerte, que como creen en la reencarnación, (de que suceda la reencarnación lo dudo, porque más bien puede que funcione como una metáfora de la continuidad en la descendencia), realmente no hay ni principio ni fin, las películas y sus historias transcurren en hechos insignificantes, anodinos, cotidiandos dentro de la pantalla. A lo mejor se lucen en el baile o qué sé yo, en la fantasía estrafalaria, en un sin fin de giros narrativos. Las producciones duran 3-4 horas y pasa tanto, pasa de todo y no pasa nada. Con entrar y dar un vistazo entras en la dimensión de esa connotación y no necesitas demasiado para hacerte a la idea de lo que pasa, ir armando la totalidad de la historia y sus vicisitudes. Entras y ves un beso, de repente los personajes recuerdan algo, aparecen de otras edades corriendo al lado de un río, uno de ellos tropieza se cae, no sabe nadar, el otro se clava en el agua y lo salva, vuelven a la actualidad, se abrazan con ternura y etc… Puedes salirte a la hora que sea, cambiar de sala, mezclar las historias, no importa. Pueden costar tres pesos los presupuestos para producirlas o ser archicostosas, lo que importa es el momento, la escena, no el desarrollo de nada, obviamente en conjunto aparece un juego de mosaicos de mampostería enorme, pero no importa el palacio perdido en la inmensidad de la selva. Occidente no, Occidente necesita propósitos, metas, fines. Necesitan ir a tirar la bomba, casarse, morir heroicamente por un pepino. Y por supuesto, planes y entramados para cometer sus atrocidades. En la sala de cine me angustio, inmediatamente siento que estoy sometido a un lapso de tiempo, sujeto al deseo de otro, etc. A mí el internet me otorgó una libertad que todos los días me fascina. Puedo saltar de un lado a otro sin orden ni sentido, de extremo a extremo. Es casi como jugar cuando se es un infante muy pequeño, sin palabras, que descubre apenas el mundo.
Ganar no siempre es esa apariencia de gloria y perder ni siquiera es tan grave. Y es que provenimos del engaño de una victoria, de un orgasmo. Ese triunfo de la unión del amor. Y es un engaño, porque desde luego, al día siguiente hay que levantarse, ponerse los zapatos, mirar el deterioro en el espejo, salir a la calle reptando o como se pueda, pagar las cuentas atrasadas y unirse al cretinismo del mundo con la frente en alto. Aunque por supuesto, para los hombres después de ese orgasmo deviene la deflagración, la detumescencia, nos asalta la pérdida, la angustia nos sofoca, se asoma la muerte para carcajearse. Una mano abraza una cintura, una cadera, y la otra languidece en el precipicio del borde de la cama sujetando esa pequeña muerte, hasta que la mano se abre rueda y cae. Y por el otro lado, en el reverso está la derrota, tan cerca a la verdad de la muerte. Morir es la pérdida total, perder para siempre la última batalla. Por eso perder suele asociarse a una catástrofe sin nombre. A lo mejor suena poco modesto o jactancioso, pero ni nuestra diminuta vida ni nuestra insignificante muerte es taaaaan importante taaaaaaan valiosa. Es más, en el último vencimiento, ya ni siquiera somos protagonistas de nada, se acabo.
Ustedes no lo saben pero, cuando veo algo así por la calle en secreto me digo: Ese es un trabajo para……. ¡EeenerrRgumenOoooón! Me meto a una cabina telefónica y me transformo, salgo disfrazado, para no salvar a absolutamente nadie. Silbo y me voy tarareando una cínica tonada bajando a alameda, mientras el sol se pone.
Que me hayan menospreciado en mi vida siempre me ha servido, aunque usted… no lo crea.

23 Anarquismo
¿Sabías tú, que el capibara está nominado a ser uno de los animales más felices de la tierra?
Pablo Picasso never was called an asshole, not like you. Pablo Picasso es el autor de la frase, que mas o menos dice así: «Los buenos artistas copian, los grandes artistas roban.» Como todos sabemos, Picasso le robó a Braque, y pseudo plagió el arte del norte de África impunemente, además de todo lo que mamó de la leche materna latina sin pagar la cuenta. De todos modos y a pesar del juicio de las nuevas generaciones (ellos tan justos, tan buenos, tan respetuosos, tan tan tan), fue uno de los mejores artistas del xx, aunque sea ominosa esa carga y les pese. Todavía hoy se les oye berrear por haber sido estocados, por lo que hacía, por lo que hizo.
Yo soy un hijo de la chingada, lo sé de sobra, pero no soy el hijo de la chingada que tú crees, o que vayan a decir que soy. Jajajajajaja.
A veces tengo visiones. Me hubiese gustado ser un jinete a la luz de la luna, que atraviesa la montaña a caballo sólo para ir a ver a la mujer de sus sueños. Quizá sí pasó. ¿Cómo saber?
Todo esto no es más que una poza a la luz de la luna. Las ranas y los sapos croan, los sauces susurran historias antiguas, los grillos entonan su tonada, los lagartos duermen bajo los coloridos nenúfares, los pistilos de los juncos se mecen y entrechocan con el aire que sopla apacible creando una sonoridad de plañidera. Un caballo del diablo pasa de largo haciendo una delicada línea en el espejo del agua. Esto es apenas una charca y hacemos de ella todo el mundo, todo nuestro juicio.
Es un pensamiento muy loco. Siempre me ha parecido muy loco las personas que le gritan a la televisión en una jugada a un jugador a un arbitro, como si la tele escuchara o los que participan de la escena dentro de la tele escucharan, etc… Es como un pensamiento mágico animista primitivo de creer que tendrán influencia en la jugada el jugador en un arbitro, etc. Le están gritando a un objeto. En última instancia es la declaración expresa de la impotencia, espejo de las frustraciones, depósito para el desahogo del fracaso personal. Supongo que eso significa ser hombre, sentarse en torno de la brillante luz de la lumbre, entre otros hombres, a gruñir y gritar como chango enfurecido a un punto luminoso. Que por cierto, nada que ver.
¿Que por qué no publico? ¿Acaso tengo cara de pendejo? Porque soy anarquista. Estamos en vías de extinción, acaso quedamos un puñado esparcidos por la tierra. He tenido noticia de que dos están en el polo ártico ideando realizando la conservación embrionaria de semillas, tres más en el África profunda dilatando el espacio social en la risa de los niños, una veintena que ya ni siquiera se hacen llamar anarquistas en Asia haciendo las tareas más diversas e inútiles posibles, uno en Oceanía mirando el cielo en busca de un mapa celeste posible e imposible, y tres en América, uno programa para desarticular las tendencias del algoritmo demencial de la red, otro busca estrategias para desarticular la máquina del deseo capitalista y un tercero que sólo hace café se ofrece para conversar en parques públicos. Ninguno tiene en la frenre el letrero: yo soy anarquista, por los cual… tarari tarara.
Para cualquier cosa que hagas, para cualquier cosa que te propongas, son cinco años, dice Marcel.
La narrativa del fin del mundo no sólo es agotadora e inútil. El mundo ya se acabó.
El llamado beef en el rap, trap, hip hop, qué sé yo. Es el arte del pugilato, el reto del golpe certero. Son los gallos enfundados con sus navajas, es la plaza de toros, es la poesía bélica. Es el juego violento por la reputación, la fama, el prestigio. Entre la insinuación, la intimidación, la amenaza, es la lluvia de navajas contra el cesar. Me les acerco en la plaza pública a esos muchachos de calzones cagados, a oír la juguetona ponzoña de sus lenguas viperinas bravuconas. Llevo una bolsita de maíz inflado para reírme a pierna suelta desde la banca. Dale dale dale. jajajajja.
descansa en tu cama, no descanses en paz… todavía no. disfruta tu casa de campo y el sol, ya laboraste por ella. y por toda esa vista verde. L. y yo nos ocuparemos de lo de aquí y si no sale pues ya buscamos una salida. y si T. te cansa, deja que se descarrile solo y él se levante solo, ya ni le digas nada, es inútil la repetidera de lo mismo por alguien que no se quiere cuidar… te veo mañana. puedes leer y tejer, para eso no hace falta caminar. a mí, cuando me embarga la tristeza pienso en lo que me gusta hacer en exceso… y digo, mañana me levanto y sigo, por eso, solo por eso… y… bueno, a veces digo, también que me gusta mucho chingar y nada más porque me gusta mucho chingar y no me voy a dejar, voy a seguir, sjsjjsjs, para que vean que nada más es por chingar… y que se chiiiiinguen, jsjsjsj. no te mates, aún no. 15 minutos más, no te bajes del tren todavía, sólo 15. no me voy a derrumbar, pero se me va a romper el pecho.
Le digo; – Ahora que estoy envejeciendo, se me pinta el bigote con una mancha de canas, es sólo una franja. – Me contesta; – Te da personalidad, no sé, se te ve muy elegante, como si te dejaras la mancha de leche del desayuno. – Jajajaja, me boté de la risa. Muchacho cabrón.
No tengo dios, tengo la música. Porque en realidad dios es el inconsciente. Porque cuando se delega la propia responsabilidad a la fe, a un poder superior, a el ente dios, se ponen en manos del inconsciente, pleno y en realidad nada indiferente, sino subterráneo, subcutáneo. Al flujo constante discontinuo, de mejor no saber porqué.

24 Ustedes no lo saben
Están muy chicos para saberlo, pero yo en mi primera juventud, iba a ser el físico non plus ultra que iba a descifrar las misteriosas entrañas de la mecánica cuántica. Me chingué la rodilla, y con eso, sepulté mi carrera, mi enorme e inconmensurable futuro pasado presente. Todo se fue por in barranco inhóspito.
Es tan desesperante hablar con alguien que no oye, o que no responde, que entonces se comienza a hablar con otro, solo. En un monólogo esquizoide. (de mierda).
Soy un escéptico empedernido. Hagamos de cuenta que la primicia kantiana es cierta: no puedo comprobar que dios existe, pero tampoco puedo comprobar que no existe. Digamos entonces que si dios es el amigo imaginario de una gran multitud de creyentes, en el supuesto de que sea así, lo que reina en general es una esquizofrenia colectiva. No digamos, hablar con alguien o algo que no existe, sino depositarle tu voluntad, lo cual raya en la psicosis. No solo palabras sino la responsabilidad de tus acciones, responsabilizar a lo etéreo sobre lo material. Dios dame paciencia, jajsjahhaja.
Tampoco estaría de acuerdo con la ideología triunfalista del imperio, de nunca rendirse. Porque en realidad es la idea del capitalismo de ganar por sobre todos como sea, aplastando y pisoteando como sea. Encubriendo el engaño, porque lo que oculta es que finalmente la guerra siendo un negocio, lo que pasa es que todos estos reclutas solo son una enorme masa de sacrificados movidos por la misma idea triunfalista. Vencer a toda costa, salpicado de sus tintes de heroísmo (nulo). Y la codicia real de unos cuantos gastando el excedente productivo en sacrificios. Ahora bien, rendirse tampoco es fácil. En los dos casos cuesta. Ni hay ganar gratuito ni perder como si nada. La cuestión quizá radique en salirse de ese sistema cerrado. Ganar ganar ganar ganar ganar, perder perder perder perder perder. Todo el tiempo. Abomino el exitismo y sus historias.
Ahora bien, eso no es fácil, porque el propio sistema tiene esas reglas fundamentales, porque la realidad material de la vida está fincada en la necesidad, y esa necesidad se abastece ganando, por supuesto, para perderlo en el desempeño energético. Por decir, el loco de la plaza lo intentó, intentó eludir el juego, creyó ganarles a todos, perdiéndolo todo. Pero, no creo que haya ganado nada y que, por supuesto, haya perdido todo. Le queda la vida, vida loca, en ruinas, de la locura extraoficial. Probablemente nos odie a todos con justa razón y sin razón. Eso sí, no se muere, ni querría morir en un salto si se le presentase la oportunidad. No hay borracho que trague lumbre.
Por lo regular, se me acercan a hablar de tal juego en el que se perdió por tal jugada. Por lo regular, el común denominador de los individuos, sólo ve el árbol, no ve el bosque. Por poner mi ejemplo predilecto en turno, el del béisbol que se ha vuelto un juego excesivamente administrativo. A la defensiva, en líneas generales se pierde porque no batean, porque no hay hombres en base y cuando los hay, porque no impulsan esas carreras y se ceban. A la defensiva, por errores, porque la economía del bullpen de lanzadores se maneja con indecisión o poca asertividad, en general por un ritmo y una secuencialidad dispersa o atrofiada, en todo eso hay una lógica y una probabilidad, y al final muy al final, la suerte, lo que ya no está en tus manos. No sólo se trata de la ejecución particular. Es una orquesta y en conjunto crean una armonía. El juego de beisbol no sólo se pierde en un momento. Claro, el instante es importante porque le da intensidad al interés del juego, pero no se va la vida en una jugada. Tanto la hoja que tirita como la tormenta que asola lo componen.
¿de qué eres culpable? por un lado no te sientes capaz de cobrar lo justo por tu trabajo, no crees merecerlo. y por el otro, no puedes pagar el trabajo de los otros, no porque cueste caro, o porque no valga la pena el trabajo de los otros. al principio creí que era esa la valoración. pero no, otra vez es porque no te lo mereces, ¿por qué no puedes pagar por las cosas? ¿de qué eres culpable? ¿a quién le debes tanto? nunca lo sabré, esa pregunta que lanzo, no tiene respuesta en mí. porque al «parecer» eso estaría enterrado, pero no hay crimen perfecto, alguien tiene que pagar. castigarte, eso es lo que haces contigo. y ni me meto, me retiro, porque me provoca repulsión. Afortunadamente nunca me he sentido culpable, menos de existir. Y nunca me dejo embarrar por esa mierda. Religiosamente sometidos.
no siento ninguna especie de drama por la muerte. el drama me da cringe o asco. Soy una bola de nudos tragicómicos. me gusta morir (porque no se muere en un momento sino a lo largo de todo el trayecto), porque me gusta vivir, y no tengo demasiadas explicaciones al respecto.
el gusanillo de la filosofía. sjjajajajjajajajsjjsjs…

25 Monolítico
Tenemos una ventaja del xxi sobre el xx, es que no ambicionamos ese pútrido totem monolítico y pulido. No sentimos la nostalgia y añoranza por el futuro. Una de las ventajas del xx sobre el xxi, es que éste se acabó. Está cerrado, y cualquier ornamento que le colguemos es una enredadera florida más en su santuario infinito. Lo curioso es que somos los parásitos de una roca ingrávida y encallada sobre la playa, que ya no dice lo que dijo. Ganarle al tiempo, vaya empresa insulsa, lo único que se hace es perder el tiempo, ver y presenciar el tiempo perderse.
Hay una serie de acuerdos tácitos, de lenguaje mudo, lenguaje hecho de gestos y señas. Hay juegos cuyas reglas y estructura crean una lectura previa, un sendero marcado. Por supuesto está el jugar improvisado «sin márgenes”, como los niños pequeños, que destripan el juguete. Cuidado.
Los sábados juego poliana en un mercadillo donde vendo mis piezas. Sobre una sillita, estamos como changos viendo pasar a los turistas mientras tiramos los dados en una esquina perdida de la jungla de concreto, un letrero cuelga del árbol: no alimente a los changos. Amaneció mi vida cuando mi abuelo me enseñó a jugar dominó. Una familia de jugadores. Juego al dominó, pero llegué a un tope de aprendizaje, porque los vergas viejas son demasiado berrinchudos para enseñar, sólo regañan algo que solo ellos entienden y me molesta su histeria, y falta de interés por hacerse entender. Abandono y donde yo no pueda desbrozar más conocimiento, que se hundan en la selva de sus disque saberes. Me gana la pereza. Ahora, desarrollar la destreza en la poliana es algo en lo que me he podido adentrar. Porque en realidad, el laberinto infinito de posibilidades que presenta, lo deduce e intuye el jugador individual a medida que juega y juega. La poliana se desarrolló y popularizó en el penal, al menos eso se dice de voz en voz. «No tiene un lugar de origen seguro». La metáfora que plantea desde ese punto de vista, es que se escapa de la cárcel, se va matando a los rivales en el camino para al final llegar sano y salvo hasta su casa y coronarse. Sentarse al sillón a ver la tele como un jeque mientras todo se arde en llamas. Esa es una subtrama, en apariencia general solo es una aventura de estrategia y suerte para salvarse y ganar, o anotar con las fichas en la meta y ganar. Vértigo, tensión y simulacro. Un maratón con obstáculos, escondites, rivales. Siempre mistificamos, dotamos de leyenda y adornos las figuras que adoramos, símbolos hechos de barro y agua. Como seres humanos no nos basta con la naturaleza contemplativa y la voracidad del otro. El prodigio de la atrofia perpleja que distanció a la especie, entre la risa y el juego, lo alejo en esa ficción, del terror descarnado de la naturaleza. Este juego, como otros, no carece de terror y adrenalina. De la ficción placentera de matar y morir. Asesinar y no ser asesinado.
Mas o menos que ofrece el «inocente» juego de la drogadicción; una aventura y una diversión, un desafío; hasta que ya no, hasta que se pierde la razón, la vida o la inocencia. No tengo un juicio moral al respecto, las drogas ofrecen un paraíso artificial en el uso de los placeres que la sociedad niega y prohibe. No tengo un juicio moral al respecto, por mí que se mueran, a la sociedad tampoco le interesan sus enfermos, a menos que sea como un negocio. Es decir, cobrar la renta excesiva y de muerte a los drogadictos. La fantasía apocalíptica de los zombies no está tan alejada de esos paraísos artificiales.
Es un extraño y perverso juego el del capitalismo. Sus competencias y rivalidades, su nula colaboración. Además de su expansión sin límites, la agresión con la que empuja y arroja lo que no le sirve.
(en el chat de wattsapp que mi padre tiene con sus amigos, viejos rancios y gorrones, en el cual me tienen harto por venir al lugar en que habito a jugar su dominó). – A lo mejor soy de otra generación, pero siempre me ha resultado muy sospechosa una reunión de puros hombres. Se les va a otorgar permiso de venir a donde habito, con dos condiciones: la primera es que vayan rotando el lugar sede; y dos (la más importante): usen condón por el amor de dios, no quiero sorpresitas.- (crónicas en un mundo de ofendiditos).
Hace unos meses, veo la red que está plagada de gente que muere y empiezan las ovaciones, los lamentos, las anécdotas, los homenajes, las exclamaciones, los que desean salir en la foto colgados del muerto, las lloronas, los llorones, la procesión interminable de diatribas, soliloquios, el internet rebosado de muertos anónimos para mí, de los que me hablan. El internet está repleto de muertos anticipados ¿y el muerto muerto? campante en la eternidad, suelto como si nada, hecho polvo, como iba a ser.
Cuando no te oigan, oféndelos, a ver si se pueden quedar tan tranquilos.
Una vez caí enfermo por una semana. Afiebrado y débil, me encaramaba en un sillón viendo un documental de 18 horas sobre el holocausto, lo vi completo. Analizaban al dictador. Por supuesto la perversión de un sujeto no actúa sola en esos escenarios macabros. La mitad la dedicaban a desglosar la locura hitleriana. Cómo esa locura no se detenía ante nada, al führer no se le podía cuestionar jamás. El führer, según él, siempre estaba en lo correcto. La historia narra como es que fue asesinando a todos los congéneres de alto mando. Iba siendo devorado por la paranoia, a la par de aniquilar a sus socios. No digamos señalarle un error, a nadie en su sano juicio se le ocurriría contrariar al führer. La consciencia hitleriana es aquella que no se da cuenta del otro, de lo exterior, del objeto o de otro sujeto. El otro no existe. No es que hitler no tuviera consciencia, claro que tenía, la suya. En ese tipo de psique solo existe la propia consciencia, en este caso, la perversión hitleriana. La locura hitleriana es no reconocer lo otro. Me explico, hitler no sabía que no sabía.

26 Condicionamiento
Todos creemos o asimilamos o asociamos el juego a una cierta inocencia primera de la infancia. A la matriz en desarrollo del aprendizaje y la relación con el mundo. A cómo el juego crea en el infante una noción y percepción sobre la realidad, le construye una concepción sobre su entorno. Pero, todos mal que bien hemos presenciado el patetismo con el que se juega en los concursos que prometen un premio, que dotan el juego de recompensas, a lo que los jugadores están dispuestos a hacer con tal de llevarse una bicoca «gratis». Todos aplaudimos porque se llevó una licuadora. Quizá el ejemplo más claro y conciso de esa ilusión de sentido sea la fábula del asno y la zanahoria, nadie sabe para qué o para quién trabaja. La curiosidad rusa fue la primera en investigar las pautas del comportamiento humano y sus implicaciones, ese juego de intereses y condicionamientos a los que se podía someter un comportamiento determinado, inducir una conducta. Hoy día, repetir decir que las sociedades están inmersas en el condicionamiento, en la competencia educativa, en la competencia laboral, etc, no es nuevo. No es reciente la perversión siniestra del condicionamiento en los ámbitos de la cultura social, el sencillo y efectivo laboratorio social que representa el premio y el castigo. Breve repaso, el experimento que Pávlov realizó, consistió en poner a un animal privado de su libertad en una jaula, en ese caso un perro, al que se le accionaba una chicharra cada vez que se le servía una ración de comida. Se acciona el estímulo auditivo, el perro saliva, y se le otorga la ración de comida. Después de un tiempo, el perro se acostumbra al procedimiento y al momento de activar el sonido, el perro saliva, el perro obedece al llamado, ya no se le pone comida, pero el perro ha adquirido el hábito de salivar al esperar su ración. Por más veces continuas en las que se activa el sonido el perro saliva a la espera del alimento, así el perro finalmente está condicionado en un comportamiento repetitivo en el cual obedece al estímulo adquirido. Yo estudié la licenciatura al inicio de los 2000’s en la universidad pública cuando el apogeo neoliberal se encontraba en su purulenta cúspide e inminente decadencia. En esa época, sin hablar del condicionamiento que existía desde siempre aplicado a los estudiantes con el sistema de calificaciones, aprobación reprobación, rechazo o derecho a continuar, a los maestros se les comenzó a aplicar un sistema similar. Los ponían a escribir a marchas forzadas artículos, a producir mamotretos infumables de investigaciones burocráticas, a realizar tareas forzadas, a realizar conferencias al vapor, impartir cursos extracurriculares de dudoso nivel y calidad, en resumidas cuentas a fingir que hacían algo y rellenar boletas de sellos, y otro tanto de farsas que sólo les quitaban el tiempo de su verdadera labor, que era enseñar, para recibir los mentados estímulos económicos (ni vergüenza tenían en llamarlos estímulos), en una traducción simple, recibir el salario completo, mediante la acumulación de estos comprobantes extras. Los tenían como a ratones de laboratorio empujando objetos inútiles, distrayéndolos del verdadero objeto de estudio que era avocarse a crear los instrumentos de aprendizaje en sus aulas, la tarea de por sí extenuante y complicada de impartir cátedra. ¿Qué es lo que sucede con estas macabras estructuras sociales? Lo que sucedía en ese momento, como consecuencia inmediata, por un lado, profesores desgastados, agotados, realmente vencidos por el sistema, atrapados en la sobre explotación de sus capacidades, que deploraban su trabajo, gente aminorada, acabada y en realidad destruida por lo que era inabarcable, repetidores incansables de la misma cantaleta, impartían en gran parte clases como merolicos mnemotécnicos. Gente que regurgitaba la misma atorrante lección por años. Y por el otro lado, grupos de profesores que creaban mafias de subalternos, que les hacían los trabajos, a cambio de favores, o a la larga de plazas de trabajos, o de promesas a cuenta gotas, incentivos o en efecto un modesto lugar en la plantilla de profesores de la puta que los parió. Con lo que aseguraban que no hubiese cupo para quien quisiese aplicar para ejercer de profesor sin tener que pasar por todo ese filtro de palancas y conectes, con lo cual, lo que hacían era acordonar y secuestrar a la universidad con su red de favoritismos, tráfico de influencias, acaparo de puestos, apaño de funciones, allegados colocados, advenedizos en primera fila, elección de prestos lamebotas y un largo y ruin etc. Lo que sucede a otra escala es que se crean sujetos que no puedan reflexionar, que crean que no pueden renunciar al premio, que no se puedan detener a cuestionar, que no puedan decir nada en absoluto, exigir, reclamar, temerosos de que les quiten su estímulo, sujetos que solo puedan obedecer para merecer el premio, compra de voluntades y asociación (delictiva). O en última instancia, desobedecer, ser castigados, expulsados y desechados por dicho sistema.
Nada peor que una bola de putos reprimidos . Una bola de putos es muy divertida, son en extremo la gracia y la algarabía. Una bola de putos machitos reprimidos es nauseabunda. Puedo tolerar una tarde de personajes decadentes diciendo estupideces, una vez cada cuatro meses, tres al año, cuando más. Me provocan diarrea.
Nada como tener de esos amigos idiotas que sólo te dicen lo que quieres oír y que sólo te ayudan a confirmar y sostener tu estupidez; sí sí hiciste muy bien, tú sigue siendo el mismo pendejo de siempre amigo, nunca cambies, tú tienes razón, sírveme más de eso. Ah, qué buenos amigos, yo quiero tener de esos. Vómito nuclear. Margaritas a los cerdos.
De cómo tener sangre fría inclusive cuando se tiene sangre caliente.
La sociedades crean sus dogmas, sus estereotipos, los moldean y después los usan en la esfera cotidiana para normalizar sus creencias culturales, a fin de cuentas, «para estar fuera de peligro». Del qué dirán, lo qué vayan a hablar a sus espaldas. En una de mis familias, tengo varias, ocurría el fenómeno de época, que si te dedicabas al cuerpo, al ejercicio, a la vigorexia, eso no podía compatibilizar con esa vida intelectual de la que se jactaban. De esto hace 50 años. No sé si se veían como en una postal, en un café parisino, repleto de otros pedantes, codeándose con la crème de la crème prepotente en boga, cigarrillo en una mano y librillo en la otra. Claro que no sucedía. No tengo ni idea, condenaban a simple vista, dedicarse al cuerpo era o para bailarines putos o para tontos. (yo no le encuentro lo tonto dedicar una parte del tiempo a la salud y a la belleza, le doy vueltas y no le hallo lo tonto. (en cambio, sí le hallo lo completamente estúpido a no cuidarse). Yo no venía con todo esto de fábrica, ja. La sociedades inauguran una y otra vez nuevos y más relucientes prejuicios para denostar lo distinto, lo otro. Para reproducir su poder, ejercer su propio poder y dominación en corto, así, a diario, de modos cotidianos. La realidad es que como seres limitados, tampoco se puede hacer TODO. Al hacer algo dejas de hacer otras tantas labores. No se puede hacer todo, no da tiempo ni energía, con la edad menos, todo eso va decreciendo. Juventud divino tesoro, te vas para no volver.
Solicité una beca-apoyo gubernamental para el proyecto de archivo que realizo. De no ser que me lo concedan, haré lo que el flautista de Hamelin. Y sí, sí los estoy amenazando. Se los advierto eh, se las vacío.
¿Que si me duele la herida que el arte me ocasionó alguna vez? Sí. ¿Pero a poco crees que estoy tan pendejo o iluso para querer curarla?
Logro intuir y vislumbrar que hay dos tipos de afiliación a una cierta creencia. En un plano general, los que desde muy pequeños se les inculca el dogma de fe y los conversos. Por un lado, los que desde niños recibieron esa instrucción, esas palabras esa guía y los que dadas ciertas circunstancias de pronto o después de un largo proceso se convencen del dogma de fe. Yo no puedo ni fingir creer en algo que ni me imagino ni puedo saber, no lo recibí de niño, no se me presentó en una epifanía de arrepentimiento, ni por un largo martirio solicité a una fuerza superior que viniera en mi salvación, ni nunca he creído estar condenado a nada ni nada. A lo mejor mi vida es más sobria en ese aspecto, no he tenido que aceptar en un delirio ninguna creencia, no me he podido entregar a esa demencia sin freno. Y eso que he sido un experto en extravagancias. Tampoco puedo pensar en alguien que sí salga de ahí indemne o fácil o que se pueda salir de ahí, para pronto. De poder, está demostrado que no se puede, si ahí el problema radica en la voluntad que se cede. ( la frase dice, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, lo que viene siendo, que des lo que dios quiera). De ahí solo se sale a voluntad y no creo que puedan. No se trata de que venga otro a decirte, como si fueras un niño pequeño metido en un hoyo, del cual no te alcanza, salté de ahí, eh. Siempre han ido a matar en el nombre de dios, del que sea, que también ha sido una manera de lavarse las manos, y no responder por lo que se hace por lo que se hizo. ¿cómo voy a convencerme de algo así? Si no creo en dios, ¿cómo voy a creer en el diablo o en otra locura semejante?
Sobre reencarnar, prefiero incluso creer que no, para valorar esto, lo que sí hay, lo que sí existe, este momento. Sobre lo otro no hay evidencia alguna. Desde niño detesto las promesas.
A un necio le das más material y es como una chiva, con más ahínco la masca.
Una vez más, comprobando que lo barato sale caro.
Me caí del caballo por hacer corajes, jsjsjsjsj.
maníe, maníe, vendo maníe, compre maníe.

27 Lógica
Juego de lógica y paradoja. Si digo que soy un mentiroso. ¿Digo la verdad o digo una mentira? Si digo la verdad, falto a la primicia de mentir, entonces puede que no sea un mentiroso. Y si digo eso como una mentira, entonces estoy siendo honesto, lo cual pone en duda que sea un mentiroso.
Este señor ya no cabe en su propio cuerpo. jejje
¿ustedes saben cuántas putas hay en el internet? no van a caber en mi mansión, estoy consternado. me duele el corazón de no poderles dar alojo a todas. Claro que les presto las llaves de mi corazón, que es lo único que me queda.
cuando paso frente al espejo claro que me espanto, no reconozco al señor que aparece de frente. lo saludo, tampoco es para ser tan descortés.
Deseo sin dilación tratar el asunto del espectador. Digamos que en la vida adulta, pocos logran seguir jugando, y los que no, se convierten en los espectadores de los jugadores. El peculiar privilegio que consiguen unos cuantos, dadas sus posibilidades, dados sus recursos constitutivos, los hacen ese puñado de personas afortunadas a las que los otros observan jugar, mientras estos otros se dedican a la vida del deber, (como si eso, y sólo eso, fuera la vida adulta). Al parecer, solo los niños juegan con esa seriedad que impone la ficción y el simulacro de recrear lo que sólo es un espejismo. Y por supuesto, los profesionales que menciono, que logran hacer que los espectadores crean en la importancia y seriedad de su juego. Todos observan a los políticos en su jueguito insignificante, en el que han logrado situarse llegando a ocupar ese lugar gracias a los codazos que han propinado ascendiendo cuesta arriba. Todos miramos con asombro, a los deportistas fungir con esa aura mágica lo que cualquiera quisiese ejecutar en sus sueños más lúcidos. Todos estamos atentos a los malabares del chismorreo en los programas, vemos ir y venir dimes y diretes, entre fulano mengano sutano y perengano, no nos perdemos una minucia, un cariz del juego, la rivalidad y sus enconadas envidias. No es una sociedad del espectáculo, es una sociedad de jugadores y espectadores, de activos y pasivos, de emisores y receptores. Todos vemos cabalgar la retahíla de los noticieros, sus carnavales, su marcha irrefrenable, escuchamos la musiquilla del periodismo que es como una cuchilla cortando embutidos, hipnótica, monótona, monotemática, problema tras problema, cortando cortando cortando el embutido de la vida.
Lo único que he aprendido en la vida adulta es a decir que no, no es mucho, es cierto. Pero aún veo muchos estúpidos que no pueden decir que no.
A la entrada de los campos de concentración nazi, donde hicieron lo que hicieron por todos conocido, hay un letrero que versa así: El trabajo os hará libres.
Los boxeadores entrenan frente a su propia sombra, es irónico observar que dicha destreza consistiría en ganarle a la réplica exacta. Superar contestando, ir adelante del imposible, esperar el siguiente movimiento, tratar de engañar a ese rival que nos ha anticipado.
La obra siempre acaba del otro lado, de no ser así, ¿no sería un solipsismo?
Pongamos en juego la gran elipsis de la literatura amorosa, morir por amor. A Shakespeare no le tembló el pulso para escribir lo que escribió. Por siglos fascinados los amantes se entregan al delirio en la conmoción de esa batalla, de ese juego sin tregua, esa pulsión infinita de la sangre bulliciosa. Perdería la vida por ti, se dicen, lo apostaría todo por una noche, se repiten, y vuelven a caer en la embestida descabellada de la pasión, en la locura del amor. Amar es perder-se. Dicen que murió de pena, yo sé que murió de amor.
Estoy parado en un semáforo y de pronto rompo a llorar por un poema que leí ayer. Pasa un señor de frente, me ve, en su rostro leo que piensa que lloro por un pariente muerto o por una mujer, en su mirada veo que se muere de vergüenza ajena. Yo no tengo tiempo de pararme a explicarle que lloro por un poema que leí ayer.
Me caí de la bicicleta, y ahora sí que… tengo la muñeca resentida.
hereuse

28 Enojo
Hay algo soberano en el juego que he descubierto, (no lo he descubierto, está ahí para ser observado, todos los sabemos y lo olvidamos de continuo) y consiste en no enojarse, ni como espectador ni como jugador, una suerte de temperamento. La cuestión de la tranquilidad imperturbable al estar inmerso en la jugada, a la escucha, observando o hablando y/o ejecutando una acción. Impávido, impertérrito. Se suele decir, el que se enoja pierde, yo añadiría que hace un poco el ridículo porque en ese aspaviento, los otros se aprovechan del furor del momento. Te cogen en el estallido mientras flotas en la ira, el otro se adelanta a asestar el golpe certero, ahí, en el centro, donde duele. Las cámaras ahora, durante un juego de béisbol pueden enmarcar el rostro de un lanzador, su expresión, con agudeza nos muestran sus emociones. He observado, pongamos, que ocurre un error en el cuadro, un batazo simple, el cuadro comete la pifia, el corredor se pone en base por una equivocación. El lanzador ahora tiene más trabajo no solicitado. La cámara capta el gesto del lanzador, sea novato o veterano, a veces no se puede controlar ni ocultar el enfurecimiento. No fue su culpa y se rompió la impoluta partida. Una mancha sobre la tela blanca. En el siguiente bateador, entonces se expurga el coraje, y claro, es en su propia contra. Lanza, agobiado y abrumado por ese repentino odio, entonces ocurre, se desconcentró y la pelota es un bon-bon para el bateador, éste le da, la vuela, entran dos carreras de home-run, y ese suceso no fue sino gracias a ese resquebrajo interior momentáneo, a esa rabieta. En realidad, a pesar de que el béisbol, se vea como un deporte tranquilo, lento, sin emociones, es un deporte en que gana el que tiene estómago, monstruosas viseras, una templanza, sangre fría. Obviamente es psicótica toda esa contención, todo ese estrafalario mutismo. No hay el despliegue excitante o el estallido eufórico de otros juegos.
El yugo del tiempo. Cronos insaciable. Nadie puede detenerte, acaso podemos marcar un ritmo para salirnos de la marcha fúnebre de tu cadalso. Acaso podemos bailar. Ahora bien, fuera de la danza, la danza está en todos lados. Por los menos en todos los juegos de movimiento corporal. Y en los juegos de mesa, está la música que marca la pauta de las jugadas, la cadencia. Si nos aturdimos de pronto, regresamos al lugar seguro del ritmo, a la casa del tum tum del pulso sanguíneo, el sobresalto vuelve a caer, toda interrupción regresa al tum tum del corazón. Toda tormenta, toda tempestad, vuelve a la calma, a las aguas navegables.
Confesión. Soy un payaso como los hombres de estado. Soy una broma pesada como los jurados y legisladores. Soy un hazmerreír como los directores de cine. Soy chusco como los generales del ejército. Soy ridículo como los hombres del banco. Soy una graciosada como los directores de los colegios ecuménicos, rubicundos, rozagantes, parlantes, instructivos, delirantes. Soy un bufón como los reyes o las reinas y sus descendencias por los siglos de los siglos, incluidos sus lacayos. Soy el humor negro de los doctores. Soy el chiste de todos los sacerdotes en la misa.
Cioran dice, «a mis amigos los deseo cerca y a mis enemigos aún más». La creación del enemigo, su invención, la energía que provee el rival, ese caudal sin el que no podríamos continuar. ¿Qué seríamos sin nuestros enemigos, sin su veneno, sin su infamia? Queremos que vivan, que no se mueran nunca. Adorados ídolos.
Me es extraño que inclusive entre los artistas se haga esta confusión del artista y la obra, como si fueran lo mismo, o una suerte de pedazo extraído del ser o un hijo. Porque inclusive un hijo con su genética mezclada es totalmente otro distinto a los progenitores, y en cuanto ese hijo existe tiene otra vida y otras experiencias por completo distintas y quizá otras nociones conocimientos saberes etc… otro tiempo otro espacio. Así la obra en cuanto se desprende. Me resulta extraño, yo nunca he pensado que soy LA obra, si ni siquiera sé quién soy al cien por ciento seguro nunca, ni nunca me he definido ni identificado con nada. Antes, en la obra me burlaba de eso, aparecía socarrón disfrazado, fingiendo, siendo el mejor actor de mi obra de mi vida, sin categoría ontológica, perdido, sin nunca acabar de ser, siendo un turista incauto de mi propia obra. Me es muy extraño que crean que son eso que hacen, de una enajenación bárbara. Inclusive, quizá, en mi locura, soy tan libre que en la obra puedo ser lo que no soy en otro lugar, en la realidad, y en cuanto está hecho se acaba, se cierra y esa obra rodará y correrá su suerte, mala buena, ya no me importa si será juzgada o demolida u olvidada. Ni siquiera sabré frente a qué mirada se posará como una mariposa colocada ahí por la suerte, por un encantamiento del devenir sin nombre, ni destino para mí.
¿Sabes qué veo en los televisores aleatorios que veo en cualquier lado mientras pasan el futbol? Veo el verdor del pasto, el tono de verde que tiene el pasto, en eso me fijo, si lo hicieron como a mí me gusta. Veo el color de los uniformes, me distraigo viendo esos monitos recorrer la pantalla. Luego le da una patada uno azul a un rojo, y me digo uh ya le pegó, se cae y se revuelca, se le acerca y lo levanta de la mano.

29 CHANGUITO
Pasa la jirafa, el changuito sacándose la mugre de las uñas con su filo,¿pero, tú qué haces aquí changuito? Esperando al león para partirle su madre. Pasa el hipopótamo, el changuito con su filo así midiendo el horizonte, ¿qué estás haciendo aquí changuito? Aquí esperando al león para partirle su madre. Pasa la zebra, el changuito rascándose con el cuchillo la espalda, ¿changuito qué haces? Nada, nada, aquí esperando al león para partirle toda su pinche madre. Llega el león con el pecho en alto, ¿que me estabas buscando changuito, qué haces? Nada, nada, ya sabes, aquí de culero y hablador…
A mí y a mis hermanos, mi madre no nos dejaba jugar juegos o mejor dicho, deportes de contacto. O procuraba que fueran de otro tipo. Claro que se nos metía la idea repentina de ir a los golpes, a la riña. No sé qué fue, si nos protegió de lo que abunda, que es la intimidación de unos y la vulnerabilidad de otros. Claro que los jugábamos a escondidas, sin entrenar en forma, cuando no nos veían, en los colegios o en las tardes sin supervisión adulta. Representábamos las luchas, mi hermano era rudo y yo técnico, nos dábamos hasta con la cubeta. Siempre lo traía en salsa, pobre, me padeció.
Alguna vez estuve perseguido por mis fantasmas, pero me olvidaron o se fueron. A mis demonios los aburro, me ponen una cara larga cada vez que los convoco. A mis fantasías las tengo hartas, a todas, o están colmadas o raídas que da pena.
Los romanos preferían la tranquilidad a la felicidad, no ponían ninguna clase de felicidad por encima de la tranquilidad. Para esa civilización la locura estaba en los intestinos. No sacrificarían la calma por ningún placer. Luego vinieron los cristianos con su estúpida promesa del paraíso, se acabó la tranquilidad y ahí vamos, directo al abismo.
De niño fui receptor, nunca fui lanzador. Jugué 6 años de receptor. Tenía que estudiar todas las características de los bateadores. Ese era mi trabajo. Examinar las proporciones corporales para decidir qué señal enviar al lanzador, para solicitar el tipo de lanzamiento. Estaba en juego algo de psicología básica, la que un infante puede entender. Veía reacciones, observaba su atención, su viveza, la ansiedad o la temeridad de algunos. Tenía que oler el miedo o la valentía. Tenía que, si podía, robar señales. Tenía que leer, leer el momento del juego, leer las posibilidades, mi tarea sigue siendo la misma, observar. Ese puesto tiene ventajas y desventajas. Juegas en activo todo el tiempo, el jugador que más juega, sentadillas, mil al día, es el puesto más agotador de ese juego de gordos simpáticos, que se dan nalgadas con el guante cuando celebran y felicitan al otro.
Mi melancolía, vivo embriagado de melancolía.
Oye, yo sólo quería invitarte un café ahí abajo. Yo no sé nada y quería saber. Al fin y al cabo tienes demasiados ovarios y me lo puedes decir a la cara. Yo soy obstinado y sensible. Yo no soy fuerte, eh. No soy valiente ni presumo de serlo, ni tampoco soy cobarde. Soy duro y sensible, un problema para mí, y para nadie más. Sólo te quiero conocer a ti, para serte sincero, no me interesa nadie más, soy un solitario. Es así. Si no, pues no, y ya está, a otra cosa mariposa. Hice toda esta faena solo para conocerte a ti, acercarme a ti. Y lo sabes. Yo sembré esa tarjeta para ti y funcionó. Por cierto, hermoso nombre, hermosa mujer, hermosos ojos, hermoso pelo, hermoso talle, hermoso andar, hermosa sonrisa, hermoso coraje, hermosa tú.
Yo no sé que interpretan, no lo puedo imaginar, no lo puedo adivinar, y por supuesto escribo acerca de lugares a los que acudo a los que acudí, sobre lo que veo en la red, de lo que vivo de lo que sueño de lo que leo de lo que investigo, de lo que me sale de los huevos. Y no puedo dejar de hacerlo, probablemente es mi condena.
¿Que si estoy loco? Claro, como todos.
Yo no soy antipático, solo todo el tiempo estoy pensando en esta maraña que escribo, me es inevitable. Es la montaña mágica. No me apetece lo que los anglosajones llaman el small talk, soy en exceso torpe para eso. Puedo pasar una tarde con un amigo conversando, sobre todo, escuchando.

30 explicación sin justificación
Los indios del norte de américa al arribar a una aldea desconocida o enemiga, a veces, para manifestar que vienen en son de paz, levantan una mano a la altura del pecho y muestran la palma que trae las líneas de su vida.
Gatito, gatito gatito gatito gatitooo. Gatito, gatito gatito gatito gatiiitoooo.
Estaba ahí, detenido en el tiempo. Estaba un tanto harto de las miradas, de los gestos, no sé, de un juicio quizá inmerecido. Como si yo fuera un mamón (antipático), por mi aparente indiferencia. Sí y no, eh, todo el santo día muelo estos escritos. Todo el día tamizo estos escritos, eh. Todo el día tejo esta telaraña desde mi nube. Soy tímido hasta que no, eh. Iba a una máquina de caminar después de mi rutina y un día te vi ahí. Peculiar. Otro día sobre la marcha ahí me surgió la idea, ¡eureka! Me dije, quizá funcione dejar una tarjeta aquí, como un huevo de pascua, me lo formulé, total, si llega a ella será la suerte. No se me cayó por casualidad, eh. Y si no llegaba a tus manos, lo volvería a intentar las veces que fueran necesarias. Faltaba más. Y así comenzó esto. Ya ves que cúpido me hizo el enorme favor de compartir la tarjeta, ja. Estaba harto, eh. Querían que jugara y juego, pero en mi mundo pongo mis reglas. Trazo mis límites y juego a lo que yo quiera. Yo no desprecio a nadie y no me iba a dejar despreciar por mi aparente indiferencia, solo estoy ido, ido, lo que se dice ido, estoy y no estoy. Por otro laaaado, robo señales, te he robado todas las señales, puedo robar una señal a 15 metros, mas o menos sé leer los labios un poco. Leo los movimientos de las manos, leo una mirada, puedo sentir lo que sienten con solo verlos a los ojos. Tengo en el rabillo del ojo un espía. Creo que tonto no estoy del todo, eh. Esperé y esperé, eh, soy paciente hasta lo desquiciante. Cada vez que pasas frente a mí y haces una exclamación, una mueca, alcanzo a saber qué dices, eh. Siento. Aunque tenga mis audífonos. ¿quieres saber por qué me fijé en ti? por algo muy tonto, como yo. un día haz el siguiente experimento. voltea a ver a todos ahí, ve los colores que usan al vestir, y ve los colores que tú usas, en eso me fijé. en los colores, en una paleta de color. desde el primer día que te vi, dije: esa paleta de color. no fui más lejos.
Al gato y al ratón, jugaste con mi amor. Sin consideración.
Tengo una hipótesis acerca de mi ceguera. Uso unos lentes de contacto especiales con 11 y 12 dioptrías en cada ojo respectivamente. Encima unos anteojos para la presbicia. Tengo la vaga teoría evolutiva de ese error genético y de las circunstancias que lo ocasionan. Nunca estoy presente. Siempre miro para adentro, me es inevitable pensar antes que percibir. No vivo afuera como el resto. Y siento que esa falta de ejercicio muscular del ojo lo atrofió. Alguna vez leí a Huxley que recomendaba ejercicios visuales para recuperar la visión. Cada vez estoy más ciego, es una contradicción ontológica pintar y ser ciego. Buuuueno, leer y las pantallas todavía agravaron el problemita un poco más. Como no veo bien, escucho. Escucho todo lo que puedo. Por eso mi adicción a la música.
luego soy un tipo que funciona con la relatividad de haber fracasado un millón de veces, lo puedo volver a hacer. no tengo nada que perder. a mí me vale verga todo, igual soy mortal y feneceré un día. ¿qué puedo perder? un día perderé la vida.
No les miento. Durante tres meses 8 horas al día envié correos con una animación gif, si mal no recuerdo un párrafo y el enlace a mis páginas, a todo el directorio de galerías de ART BASEL, lo hice así, en bruto, sin recomendaciones de ningún tipo. Obtuve cero respuestas. Cero. Tres meses, a veces hasta 12 horas, incluidos los fines de semana. Envié más de dos mil correos. Cero. Soy un estúpido.
En otra ocasión, un año antes de la pandemia, en la feria internacional de arte contemporáneo de la ciudad, repartí una postal tamaño 5×7 de un cuadro mío inspirado en el origen del mundo de Courbet. Consiste en una mujer de piernas abiertas mostrando el impúdico sexo. Me puse un saco para parecer alguien decente, una gorrita, quería parecerme a Harry Dean Stanton en esa peliculita de Paris Texas. Entregaba la postal en cada galería, se ruborizaban, miraba su cara de vergüenza, y me iba. Así, más de 300 galerías. Nadie me llamó, por supuesto.
Mi madre un día me dijo, de que se enojen ellos a que te enojes tú, que se enojen ellos.
Hoy que vivo enloquecido.
Nunca es como siempre.


31 y siempre
… y siempre es como nunca.
como siempre me termina pasando, hago un laberinto de escritos y no sé si he pasado por aquí, me digo, sí sí, eso lo dijiste, luego dudo de haberlo dicho porque todo es diferente y todo se parece aquí. todo esto no es más que un sueño. todo esto para decir del suspenso. el suspenso en el juego. ese breve lapso que nos ahoga insoportable. queremos saber, antes que nada saber, asegurar el destino de la partida. no soportamos el suspenso, nos mata.
una vez tuve un amigo, que se convirtió por un breve periodo de tiempo en mi enemigo, y después decidí que ni frío ni calor, suprimí cualquier pasión, odio rabia rencor, lo que fuese, era demasiada entrega inútil, un exceso, demasiado desgaste. (y puede que el otro sólo esté en un paseo de verano, importándole un bledo nuestro debate interno). punto y aparte, con él hablaba sobre juegos de video. para él el juego de video era la nueva literatura, una aventura literaria en acción. De niño, yo no fui muy adepto a los juegos de video, claro que los jugué, pero me eran tediosos y frustrantes, al perder estar obligado a volver a comenzar. Para mí, de adulto, en efecto a raíz de esas conversaciones, los veía como un diagrama de flujo en el que eliges el camino, pero que igual está condicionado al momento de la ejecución, la habilidad, destreza, las nimias posibilidades que otorga, opciones inducidas, preguntas con respuestas dadas, etc. en la lectura, puedes bajar el libro e imaginar o reflexionar, o qué sé yo, la polisemia de los libros. El juego de video no me atrajo demasiado, su repetición. A él siempre le dije que los programas de edición de imágenes y video, habían sido mi juguete, inclusive de adulto. Los pinceles sí, pero toda esa mugre, acabar todo mugriento, con lo puerco que suelo ser con los materiales, no era lo mío. La computadora resolvió el laboratorio que siempre soñé, su eficacia inmediata.
Antes de la pandemia iba a un gimnasio a hacer caminadora. Hacía dos horas, ponía el celular en documentales, siempre he sido un obseso. Me obsesioné con el imperio romano. A una amiga le dije un día, habrás visto un rinoceronte en una escaladora mecánica, así yo. Los romanos eran la conjunción del conocimiento de varias culturas, eran la cosmopolis de la época, y esa reunión de saberes los apuntaló para desarrollar mejor en conjunto dichos saberes. El cesar, una vez, se dirige hacia el norte para desplegar el imperio hacia los bárbaros. (toda región no conquistada por el imperio era nombrada bárbara, como decir, extraño). Llega a un río del norte, ahora no recuerdo cuál es, los bárbaros están del otro lado observando a las legiones romanas llegar, escondidos entre el pinar. Esperan que crucen con balsas, los espían, esperan para asediarlos en el desembarco. El cesar, sólo para que observaran su imponente poderío, en tres días tala el bosque y hace un puente de 4 km para cruzar el río. Para la época es un trabajo de ingeniería sorprendente, nunca antes visto. Al ver las tropas cruzar en marcha a pie, los bárbaros huyen despavoridos. El cesar, llega al otro lado, al ver que no hay nada ni nadie, regresa al imperio para pasar el invierno tranquilo.
la muerte no es para tanto, nunca nada es para tanto.
Era un drama y se convirtió en una tragedia. Novena entrada, ganan por 3-0, Yamamoto está lanzando un juego perfecto sin hit ni carrera, dos outs, Hollyday novato de 21 años al bat. Dos bolas un strike, el lanzamiento, ¡home-run! 3-1. Se rompe el excelso juego inmaculado. Deciden quitarlo, traen a Trainen, el primero le da un batazo de doble. Insisto sólo falta 1 out. Da dos bases por bola, se llena la casa, ¡corredores en todas las bases! Da una cuarta base por bola, entra una carrera de caballo, 3-2. Lo quitan, traen a Tanner. La lógica indica que a cualquier batazo corren sin ver nada los corredores porque hay dos outs, pase lo que pase se trata de llegar a home. Lo tiene en dos strikes, el lanzamiento, pega de hit miserable al central, entran las dos carreras del gane. Cuando quitaron a Yamamoto, volteé a ver a mi padre y le dije, va a ocurrir la ley de murphy, sólo lo presenciaremos, hazme caso: todo lo que pueda salir mal, saldrá mal. Cuando se abre un pequeño porcentaje de probabilidad y va creciendo progresivamente, es como una avalancha, una pequeña bola de nieve puede sepultar un poblado.
Alguna vez, hemos comprobado lo que se dice acerca de la crueldad infantil, si no en carne propia, con algún conocido, un compañero. Hemos presenciado el linchamiento de un insecto, cómo le arrancan los miembros, como aquel los encierra en un frasco para ponerlos a pelear, o aquel otro hace que se piquen e inyecten con su propio veneno. Se suele decir que la naturaleza es cruel, pero no, la naturaleza no goza con el dolor ajeno. La naturaleza lucha por su vida. A todo eso, se le ha llamado el fascinante juego cruel de la infancia. Todos saben que ocurre, todos lo dejan pasar, como si nada.
Caí enfermo del estómago. Antes tenía un estómago de acero cromado, pulido y ornamentado, era un portento. Ya no estoy para estos trotes. No es lo mismo los tres mosqueteros, que 20 años después. Es de esos días en que ya no entiendo ni en qué país estamos Agripina.
Sobre el odio. Qué puede ser una fuente de energía enorme e inagotable, lo es. Qué puede ser perjudicial para el que lo siente, lo es. Que al parecer no se puede evitar, así es. Qué del odio al amor hay un ápice, así es. Que del odio nace el amor, ustedes díganmelo, yo no sé nada.
Lo crucial del odio es no pasar al acto. No es necesario ningún acto. Sentir odio puede ser inevitable. Tiene que operar la castración simbólica y de tajo frenar el cometer un acto infame. De no ser así, a donde vamos ir a parar. Salgo a la calle, ah sí ya vi a dónde hemos ido a parar, veo la calle rumbo al infinito.
Es raro que sienta odio, cuando lo siento, lo transformo en una obra, tampoco es que lo piense incubar o podrirme sólo como si nada.
¿hacer una obra para sacudir? o ¿hacer una obra para el aplauso?
Siempre miro a los ojos, soy un catador de almas. Sería yo un supremo Caronte.



32 el poeta
Fernando Pessoa dice: el poeta no siente lo que escribe, que sientan los otros, que sientan los que leen.
Volviendo a Yamamoto y su último out fallido. Es el deseo irrefrenable de fracasar. No sé si se acentúa con la cultura japonesa y la persecución de una desmedida perfección. De lo intacto, personal y cultural, una experiencia traumática del deseo de perder. A punto de ganar y… fracasar suena mejor, fracasemos, fracasemos a lo grande, fracasemos mejor. ¿qué ganan los que pierden?
ya vi cuál es el problema, ya vi el error, estoy quince minutos adelantado a mi época, por eso no me entienden un carajo.
todo lo bueno tarda.
De la manera más atenta y encarecida le suplico no se pruebe los ridículos y horrendos trajes que yo confecciono, no le quedan. Lo aprecio. Abrazo.
a los latino americanos nos siguen viendo como niños o silvestres o salvajes o sin alma o sus pendejos. No, nosotros, en américa, no vivimos en abstracto. No hay las condiciones materiales, como dinero y tiempo, para deprimirnos y frustrarnos a nuestras anchas. ¿frustración? ¿de qué megalomanía ilusoria me hablan, no logro deducir de qué ficción me hablan? Aquí solo los ricos se deprimen, the «happy» few ones. Cada vez que estoy a punto de deprimirme ya se me hizo tarde para llegar a mi depresión. Uy ya no llego, ni modo, para la otra sin falta.
Aquí decimos. Por la boca muere el pez. En boca cerrada no entran moscas. Se mordió la lengua.
Veo una cápsula. Juan Soto (el jugador que rompió récord de contrato monetario este año), relata su primera vez a la caja de bateo en las mayores. Cuando supo que iría a esa cita con el destino, de inmediato, revisó por internet la experiencia de otros jugadores. Y como mensaje divino un rayo de luz lo alumbró, notó que todos, sin fallo, en esa primera vez: mascan chicle. Así de insignificante, dios está en los detalles. Dios bajo y con su dedo todopoderoso le dió la respuesta para romper el acuciante nerviosismo. Momentos antes de pasar al paredón se aventó un paquete de ocho chicles a la boca. Naturalmente se ponchó, pero sobrevivió a su primera vez.
pido un disculpa pública a la filosofía, no vaya a ser que por un malentendido, un pequeño roce, que no un altercado, nos vayan a volver a exiliar, a expulsar de su amable tiranía. y qué haríamos sin ella. ahora que me hallaba tan a gusto subido a este poste de luz. Quizá debí haber dicho Sócrates y su método seductor. Bien podría haber un libro-lado B sobre sus conquistas amorosas a la par de su despliegue filosófico. La generalización que realicé resulta hasta burda. Iba a hacer que pagaran todos por el rábano. Una disculpa, fue un despropósito. Ustedes saben que siempre he odiado la vil hipocresía de la filosofía, me es inevitable sentir aborrecer su baile de máscaras.
Mi mamá, cuánto me ha amado mi mamá, y eso que he sido de lo peor, me ama tanto como yo a ella. Es de esos amores locos, jamás lo comprenderían. No es mi culpa que no los quiera ni su madre.
Hay una clase de jugadores honestos. Si les interesa el juego y no sólo ganar, si les agrada deslumbrarse en el juego, en su morada remolino emocional, hacen cumplir las reglas del juego. Que lo que importe sea la diversión de ese momento alado. Los hay, eh. Ah no, ¿o será que todos quieren ganar, entonces todos celosos, cuidan que el otro no gane, todos vigilan a todos? Ja.
Se asegura sobre lo que no tenemos ningún medio para saber. Los indicios o evidencias de que, el arte prehistórico son una muestra de la consciencia ritual, sacra, divina, etc, no son ni contundentes ni fiables, todo eso no es más que una especulación. Los rasgos, las claves, etc, son de un malabar loco para dar ese sentido a los rastros. Pienso que la idea de dios es un invento aún más reciente que el juego, está más elaborado, y requiere mayor comprensión que la simple risa. Dios es una idea en exceso sofisticada, orar en un imaginario cósmico una fuerza interna que es motor de las cosas, es una idea que requiere el entendimiento de una construcción especulativa por lo menos de que existe una causa, aunque sea desconocida. Necesita haber pregunta. (por cierto, ¿no es detestable la súplica? ¿no es deplorable e indigno el ruego? he preferido morir de pie que vivir arrodillado). El juego no, todos hemos visto un chango aventar frutos escondido a sus compañeros y divertirse de que nadie sepa qué pasa. La naturaleza tiene sus juegos, sus encantamientos, su picardía, por ejemplo. En ese tenor, las huellas rupestres dejadas por nuestros antecesores, para mí, son eso, un juego, sin la magia que la antropología ha querido dotar esas muestras de alegría. Es una escena velada, no estuvimos ahí. Toda esa parafernalia intelectual occidental (hombre blanco barbado sumido en sus cavilaciones con cargo de culpa y redención, heredero de la jerga judeocristiana) de atribuir unos dibujos a un ritual rezo mística es solo una interpretación falaz, de que la humanidad ahí se sentó a implorar, a crear una conexión entre el mundo abstracto y el concreto. Yo no creo en nada y no veo ahí esas relaciones, esa retórica de lo sagrado. No encuentro esas claves, lo que sí logro ver es la proyección del deseo de dicho hombre intelectual transfiriendo su bagaje cultural a unos trazos en las cuevas. A su vez, en los dibujos, en el vestigio, veo la diversión, el juego, la risa, quizá en un discurso más elaborado un intento de comunicación (en el sentido de comunidad entre otros). Veo el arte, el arte que juega.
En méxico, no sé si en otro lugar del mundo, existe el juego de palabras de connotación sexual, le llamamos albur. Los varones de las tribus urbanas, hacen prevalecer su virilidad mediante la exposición de su lengua de doble sentido en una suerte de volea poético erótica. Nadie habla al respecto de manera literal, es la metáfora la que trasluce en ese juego de apariencias. De lo que nadie habla es del deseo que subyace en ese juego ampuloso y desnudo. El juego del deseo y la pulsión reprimida, ¿por qué reprimida? porque jamás lo realizaran, llevaran a termino, se contenta con la excitación del juego. quizá sea una válvula en la denegación del vértigo que produce el deseo verdadero. El que habla nunca percibe ni lo que dice, no lo analiza y no se detiene a saber, cree decir lo que dice en su propia vehemencia.
Los juegos articulados y preestablecidos, a veces, tienen su estructura, sus reglas, y esto hace propenso la formulación de las tiradas. Ahora, no hay que ser dogmáticos y rígidos en el juego, el juego es sobre la marcha, el juego tiene su movimiento, su flexibilidad y una suerte de muelleo. Justo para no casarse con las fórmulas, para ser ahí.

33 Jugar con fuego
Hay pocas cosas que yo detecto que odio de forma severa y que no pueda cambiar en su continua repetición; odio los gritos del fútbol. Los odio, odio la exaltación, la bulla, la arenga, la provocación, el espoleo, el reto, el arrebato, la bravuconería. Quien te diga que no odia nada, te miente. Un día haré un libro sobre el odio, éste no es el momento.
Yo tenía un truco en la escuela. Era lo que se dice un pillo por mi método psicopedagógico. Estaba y estoy, es evidente, por completo loco. Consistía en no tomar apunte, poner atención en el léxico para desarrollar mi memoria, para agudizar mi escucha y que primara la oralidad sobre lo escrito. Me era un tedio seguir el dictado automático, copiar un pizarrón era una tortura, un fiasco. En mi táctica, me dedicaba en exclusivo a escuchar. Oír. En la secundaria, un par de semanas antes del examen, copiaba los cuadernos de algún compañero en una sentada, de paso estudiaba. En la prepa, en la universidad, sacaba copias y releía en el transporte público. Eran mañas, mañas para aprender mejor, según yo. Amo la experiencia de escuchar. Si es un arte la oratoria, a su vez escuchar lo es, para completar el círculo de compenetración común, humana. Ahora, no piensen que el discurso termina en lo que dicen, y que yo no hago nada ni haré nada con lo dicho, lo utilizo para pensar.
Ahora existe una atrofia en el juego con los niños. Por comodidad se les cuelga a una pantalla y se los abandona. Se los engancha a una tableta, se los encalla a un televisor, se los amarra a un videojuego. Sin supervisión alguna, los padres se libran en el agobio de sus propios problemas existenciales nimios y paupérrimos, para qué nos hacemos pendejos se les va el tiempo en naderías. No sé qué efectos pueda tener ni me interesa indagarlos, el mundo ya nos discapacitó en algo de antemano, lo que sea, por algún lado hay una falla, una falta. Inclusive, a lo mejor los beneficia dicha atrofia patente, toda falta genera un acto, la necesidad crea el órgano. Yo tuve demasiada suerte, en una familia era el primero y mis tíos jóvenes ávidos de juego estimularon mi vida en un circo continuo y variado. Por el otro lado, estuve repleto de primos mayores y menores que ambientaron los juegos sin cesar, con sus experiencias particulares fuera de casa. Es raro el adulto que se presta a la recreación versátil de una fantasía infantil. Es raro el adulto que se empequeñezca, se vuelva diminuto, humilde y a la escala de un juguete para ser el vehículo de un niño maravillado de ver y tocar la reciente existencia.
Ya no sé si lo vi en una película o es un sueño, pero me gustaría adaptar la escena a la metáfora que pienso del arte acerca de mí. Mientras cada cual está en su trinchera con su batalla y su gran no sé qué, yo bailo un vals tenue en medio de las balas, en mitad de los estallidos, por entre las detonaciones, yo bailo un vals que sólo yo puedo escuchar, mientras todos ustedes están en sus trincheras haciendo lo que hace la gente dentro de una trinchera: picarse los ojos.
la figurilla de la venus de milo, y el resto de figuras femeninas… que si la fecundidad que si la fertilidad, que si dadoras de vida, que si la agricultura, otra vez no. es el juego erótico, la obsesión por la mujer, la obsesión por el sexo, por el amor, por adorarlas, carnosas, sin ser diosas ni nada, así, tangibles, corpóreas, materiales, admirables hermosas frondosas. ese hombre está más cerca de un tigre que de nosotros.
En algún punto planteé la dialéctica del espectador y el jugador. Mi intención quizá resbaladiza o inconexa, era que se relacionara con el texto acerca del trabajo. Una semana de 24 horas laborales, 4 días efectivos de seis horas y la posterior dedicación a un recreo de juegos. Quizá así habría mayor cantidad de jugadores y se abriría la oportunidad a muchas carreras que quedan truncas de jugadores profesionales. Me explico. Cuántas historias no hemos oído de aquel que brillaba como el sol en la cancha y debido a N circunstancias jamás pudo continuar con ese sueño olímpico de convertirse en un titán. Al haber mayor cantidad de parques, canchas, mesas de juego, muchos más se desarrollarían, no sería exclusivo de los garbanzos de a libra que propone el capitalismo. Al extenderse la oferta de jugadores la demanda se puliría, podrían ampliarse las ligas. Lo que propongo en última instancia, es una sociedad de jugadores sin espectadores. que no sea un puñado de privilegiados seleccionados el que juegue por el resto.
En los juegos de azar, no existe la suerte, sólo la probabilidad, se trata de medir y acotar dicha probabilidad, reducir al máximo la probabilidad del error, reducir los posibles daños.
Nunca he hecho una obra para complacer a nadie, este año me deteste, me odié en verdad, algo aprendí, jamás de los jamases, ni una mínima concesión nunca más. yo no hice ni haré nada que no quiera hacer. putísima madre.
Imaginemos la siguiente locura juntos. Que el mundo físico que tocamos fuera en todas sus partes, peligroso. Que fácil cortara a cada tacto. Tendríamos sumo cuidado todo el tiempo, de no herirnos y por supuesto, abundaría una esfera psíquica masoquista. Seríamos propensos a acostumbrarnos a ese dolor. Esto, lo deseo relacionar con, aunque no se evidente, el mundo de las afecciones. A pesar de que las afecciones sean transparentes, invisibles y aparentemente inocuas, en realidad no son así. Nos hemos acostumbrado a tolerar afecciones, a ser insensibles, y por otro lado padecemos «al parecer» afecciones de motivos «sin importancia», solemos vivir afectaditos, en el sentido peyorativo del término. Por un lado nada nos afecta (la tragedia humana) y por otro, una simple brisa nos congela (una comedia sin valor).
A mí me molesta cuando postean su comida, ¿a nadie más le pasa? Me pasa que cuando veo su comida, que es suya y de nadie más, sólo veo mierda, la mierda que van a procesar.
Voy a la merced y por todos lados: sí patrón. De entrada si me llamas patrón, desconfío, eh.
Jugar con fuego. El fuego abrasador. El fuego que todo lo consume, el juego que todos jugamos. Deslumbrados por el destello enceguecedor del fuego ir a su encuentro, atravesarlo con una sonrisa pintada en la cara.
En la vida del entendimiento común, de lo que hablamos, siempre hablamos en relación a… En un triángulo móvil que se transforma. Nunca hay una comunicación entre dos, iguales, etc, las pretensiones empáticas de la época. Inclusive a veces se amplía el diálogo, a cuatro, cinco, N mil, en una geometría compleja, en un juego de relaciones olas de mar en su vaivén infinito. No existe conversación bidimensional, fija, estable. Las conversaciones están atormentadas por ojos que ven, examinadas por oídos que juzgan. Es un juego de espejos y reflejos, de miradas que devuelven el gesto transformado.
Algo interesante. Antes de ir a dormir, veo el resumen de una pelea de box. El mexica… contra el norteamerica… qué sé yo de eso. Se dan con todo. El veterano calado contra el joven en ciernes. No puedo dudar de que es un diálogo de golpes, un intercambio de saberes. El joven se desgañita a través del encuentro con toda potencia, el otro con experiencia es una pared de hierro un maldito muro de sangre y agallas. Era una pelea tan buena, a todo o nada, sin mañana, sin tregua ni rincones dónde esconderse sin refugio. Los golpes contados y certeros del viejo, la ráfaga inclemente del muchacho. Al final el nene se desploma, creo que más por los duros golpes del rival que encontraron huecos, cae por su propio desgaste.
Lamentablemente y afortunadamente, no soy adivino. Me encantaría leer la mente, de eso que no les quepa duda. Lo que sí sé de sobra, es que soy un cínico. bajo advertencia no hay engaño.
Si quiero, puedo perder todas mis canicas. De querer las pierdo eh. Me vale una chingada, son mis canicas.
Quedé como un tonto. jajajajja. Quedé como un estúpido. jsjsjsjsjs, era lo pronosticado. Ponchado en tres lanzamientos. Dios me ampare, viene de vuelta. ajjajajjajaja. soy feliz de que hayas llegado hoy. tu cara de empute (el demonio, virgen santa, dios nos proteja). me fui riendo como un caracol al que le tiran un puño de sal. jajajajjajja. Ah, entonces no me pasé…. creí que ya me había pasado, perfecto. Qué bueno saberlo. Todo va de maravilla. jsjsjsjsjsjs. He hecho peores ridículos en mi vida, eh. no sabes ni con quien estás hablando. jjsjsjajajjajajja
…. en el fondo, muuuuuuuuy en el fondo, soy un agradable sujeto, eh.
soy muy pequeño, muy muy pequeño, me tienes en la palma de tu mano. si la cierras fuerte y de golpe, fenezco. ay, me mató.

34 Paranoico
El juego casi siempre es paranoico. Se mueve en función de la paranoia. Se mueve en función del advertir, del acecho, de la sospecha. Es acerca del otro, de la mirada del otro sobre de mí, sus oscilaciones. La vida lucha todo el tiempo contra la muerte en una esgrima letal. Casi siempre la vida gana cada partida, aunque la muerte espere paciente la última estocada de cada vida. En la dura fragilidad de la naturaleza, su equilibrio pende de un fino hilo tenso que si fuésemos conscientes de su fina precariedad nos aterraría. Vemos a las leonas cazar en una manada de zebras, apreciamos lo descarnado de esa lucha, lo desgarradora. La naturaleza se defiende a mansalva. La naturaleza se cuida todo el tiempo. Todo el tiempo está en alerta. Sólo espera el error del otro, un pequeño descuido y ahí sí, no hay piedad ni compasión, eso no existe ahí, o se está lúcido o se muere. En ese ataque y defensa, se trata de lo que me puede pasar a mí, y lo que puedo hacer para que no me pase. Para el depredador es un husmear continuo en busca de un hueco. En ese sentido en el juego, en su simulacro, en su ficción, el juego permite ser inclemente, no es la vida la que se apuesta en un juego. A pesar de que al día siguiente, digamos, de una derrota importante, no se pueda ni respirar, oprime el pecho. Pasa y pasará, tampoco es el fin del mundo.
Me encontré a la muerte ayer, con sus ojos de pescado muerto, me miró de fijo, me pregunta, ¿verdad que no me tienes miedo? acércate… acércate… Ven, siéntate a mi lado.
Si quieres un día me agarras de una oreja y me preguntas de qué o sobre quién escribo en cada párrafo que he escrito, eh. El día que quieran me arman un expediente y me piden que entregue cuentas de cada letra que he puesto aquí o en cualquier otro libro. No se me olvida nada, tengo ese enorme defecto. Arman el tinglado con el policía malo y el policía bueno, me interrogan, me amenazan, me chantajean, me extorsionan, nada debo. No se les olvide llevar el tehuacán, soy duro de roer.
Estoy encerrado en un manicomio, y me pregunto… ¿cómo debería ser el mundo? Corro por los pasillos gritando esa pregunta, los locos y los doctores «cuerdos» me miran con asombro, mientras yo corro y pregunto a grito pelado… ¿cómo debería ser el mundo? ¿cómo debería ser el mundo?
Se lo he dicho a algunos amigos. Me es inevitable reírme por dentro casi todo el tiempo. Por supuesto, en la vida laboral, frente a la sociedad, en sus áreas comunes, no se vería muy bien un fulano riéndose a carcajadas de toda esta situación absurda en la que estamos metidos. Mi alma, o eso que bulle salta por dentro y borbotea de risa como un géiser, no se está quieta, yo no tengo la culpa. También lloro sin ningún gesto aparente, a veces sin motivo. Tengo esta cara enjuta y por dentro se lleva a cabo el peor de los conflictos, el que me está matando.
… de cuando el cazador se convierte en presa.
Bueno, ya tú sabes que eres bienvenida a la isla. ¿qué te sirvo? hay agua de coco, coco rayado, coco picado, helado de coco, ceviche de coco, coco horneado, coco flambeé, fajitas de coco, y una gran variedad de platillos elaborados adivina… sí, así es, con puro coco.
A Tanner Scott se le tiene que abrir una carpeta de investigación para prevenir y comprobar si no está coludido con apostadores. Este año ha perdido 13 salvamentos y el año pasado sólo 2. Es demasiado raro, a ese muchacho la mafia lo tiene de los testículos. El rostro descompuesto en total angustia.
Frederich Nietzsche dice que habría que pensar con la seriedad con la que juega un niño.
En realidad, en el juego, cuando juego, casi nunca río. Porque el juego tiene sus reveses, sus remates. ¿Habrán visto al ciclista que celebra antes de la meta? Y entonces ocurre, viene un rayo y le roba la meta.
Mi padre está completamente sordo. Entonces, ustedes lo saben, el teléfono celular es una maquinita de sonidos cuando se navega hacia abajo viendo videos. De pronto me pregunto por qué me estoy poniendo de mal humor. ¿qué pasa? Él está ahí viendo videos en su cuarto con la puerta abierta y no oye. No oye las risas macabras del internet y luego la musiquilla, las risas macabras y luego la musiquilla, más risas macabras, más y más risas macabras y luego la musiquilla. Es como una pesadilla y él está por completo sordo.
¿Por qué me hacen esto? ¿Por qué hacen que en cada libro que escribo lo repita y que lo subraye mil veces? Yo escribo libros de ficción, ficción, ficción. Aquí nada es real.
Al fin, me he suturado. Es hora de volver a las tinieblas, a la barca que me espera.
¿A qué me refiero con que no hay conversación entre dos, bidimensional, etc? Te está mirando tu papá, tu mamá, tus herman@s, tu profesora, el padre de la iglesia, tus amigos, los que no son tus amigos e igual dicen conocerte, te mira tu propia historia, te mira dios que en todo se mete, te mira el señor de la tienda, te mira el gineco-obstetra, te mira la señora que todo juzga a esa hora tan temprano de la mañana en la esquina porque no tiene nada qué hacer, te miran los chismes del mercado, te mira la gente en el metro, te miran los reflejos de todos los programas de televisión, te miran los famosos aunque les importemos un bledo, todos así con los brazos cruzados esperando a ver qué dices. Yo nunca he podido con tanto. Me vale verga lo que diga el papa en el vaticano.
Yo sólo tendría un dron para que fuera a ver si ya está la peluquería abierta, si la tienda no ha cerrado, si el zapatero tiene listos mis zapatos. Tendría un dron para que me trajera tacos a altas horas de la noche.
Todo el mundo odia reconocer que tengo razón, para mí no es nada nuevo bajo el sol.
La palabra cínico proviene de kynikos, palabra griega que quiere decir perro. Diógenes el perro, pertenecía a la secta de los perros que se jactaban de vivir como animales. Cada día que conozco más a los hombres, quiero más a mi perro, decía. Se dice que un día el hombre más importante de la época se le presenta, el rey Alejandro Magno en carne y hueso. Todos dicen que eres el hombre más sabio de estos tiempos que corren. Enséñame y te puedo dar lo que me pidas. Diógenes, sin dudarlo ni un instante, tirado en el piso dentro de su barril, rodeado y abrazado por sus perros, le dice: hazte a un lado, que me estás tapando el sol.
Eso no era lo que quería contar sobre Diógenes el perro. Antes de ir a Atenas y cobrar la fama por sus hazañas irónicas, fue expulsado de su natal Corintio. ¿El motivo? Su padre que era banquero y él, falsificaron la moneda local, más por motivos políticos que económicos. Diógenes toda su vida se rió de haber hecho fraude a la moneda.
Ya siempre juego en silencio, es una locura. Me gusta concentrarme en mi silencio a la hora de jugar. Quiero expandir una percepción en el momento, es una locura. ¿Por qué adoraré tanto el silencio?
Lo acepto, perdí. Repártanse mi cuerpo, perros.

35 Tuve suerte
¿Diógenes por qué dices que eres como un perro? Porque le muevo el rabo al que me da, le ladro al que no me da, y muerdo al malvado que me maltrata.
Capitán, estamos a punto de colisionar. Apaguen las máquinas. Detengan las máquinas he dicho, es una orden. Abran las compuertas. Preparen los botes salvavidas. Niños y mujeres primero. Un capitán se muere con su barco. Una rosa es una rosa.
De entre todas las estrellas del firmamento, te encontré a ti. Tuve suerte. ¿Acaso crees que la soltaré? ¿Me quieres ver la cara de estúpido?
⁃ Para ti todo es un juego, me tienes harta.-
⁃ Pero si solo tengo 8 años, ¿qué quieres?-
De todos modos, detrás de esta cara inmutada, a veces, estoy a punto de estallar en llanto de felicidad y tristeza a la vez. Me detengo, qué va a decir toda esta gente alrededor, de este pobre señor. Ja. De inmediato frenarían la rotativa de la prensa en la madrugada para publicar de última hora: señor estalla en llanto, dice que es de felicidad y tristeza a la vez. Y saldría mi cara de idiota en la primera plana de todos los diarios.
Te van a nalguear. Te van a nalguear… Síguele, tú nomás síguele. Te van a nalguear.
Los artistas sabemos de una forma u otra, que al morir, vendrán otros que nos amarán como nosotros a ellos, porque, ¿acaso no lo hicimos para ellos? Así como los que pasaron lo hicieron para nosotros y los amamos y nos amaron sin saber cómo seríamos ni nada.
Hace alrededor de 12 años decidí que no iba a esperar a las instituciones. A las editoriales, a las galerías, a los museos, a los curadores, a toda la fauna de este carnaval de esperpentos. Tenía unos centavitos en la bolsa, compré un terrenito en el cielo, me lanzaron a esta ladera, antes todo esto era monte. Y me los fregué, día y noche, sin parar. Me los fregué. Que se fueran a la fregada, día y noche. Fregadera tras fregadera. Es día que todavía no acabo.
Salió bien perra la cabrona.
¿Sabes cómo me gusta? Como dos fieras…
Entonces… coco flambeé. Voy a avisar a la cocina. Vuelvo en un momento. Lo siento, es un día muy raro, me acaban de informar que por azares del destino, justo hoy, nos hemos quedado sin coco.
Me fascinan tus ideas canibales. Cómeme.
Estoy en una edad en que sólo espero que me inviten a despotricar.
Me iba a mear en el cementerio, pero entonces pensé, y si mi orina se vuelve un puente para todos estos espíritus y por la noche vienen entre sueños a orinarme a mí??? Orinarme en campo santo.
Te mentí, te mentí otra vez. jajajajjaaja Yo no pierdo. Hasta cuando pierdo, gano. ajajajjajaja. Resurjo de las cenizas… jsjsjjsjs Soy un ave fénix, volando voy, volando vengo, por el camino, yo me entretengo. Siempre encuentro una cueva para lamer mis heridas.
Estar enamorado es rendirse, rendirse al destino cruel. En lo personal, comienzo a estar en modo estúpido. Olvido las llaves, se me quema el arroz, voy al centro a todo galope sobre la bicicleta, me cae una tormenta en la cara, y cuando llego a imprimir los archivos de mi obra, olvidé la usb, regreso mojado, aterido de frío, y por completo contento. Hecho un verdadero estúpido. Entonces, me produce ñañaras la realidad, estoy a su merced, me he quedado al descubierto por un segundo. Busco la sombra de un árbol, estoy hecho nudos, necesito que me corten la cabeza lo antes posible.
Una vez, entré en una cantina, una cantina enorme, dentro habrían 300 personas. No quiero dar el nombre. Adentro estaba la mujer que me atraía en ese entonces. Llegué briago, al verla a lo lejos, sin previo aviso y no sé el porqué, silbé lo más duro que pude. Se hizo un silencio sepulcral de cinco, diez segundos. Todos me miraron. La miré a los ojos, ella me veía a los ojos, me reí como un loco, poco a poco volvió el ruido a llenar la cantina como un vaso que se vuelve a llenar.
lo sé de sobra, sólo necesito una tirada.
Se los advertí. Yo me puedo adjudicar gran parte de la tarea de limpiar la ciudad de las ratas. En vista de que el pago por los servicios prestados quedó en adeudo, se las cumplo. Les encantaré y robaré a todos los niños de esta pútrida ciudad de hierro. Regresaremos, y solo con el uso exclusivo de piedras los tumbaremos. Regreso a ser su enemigo o es que realmente nunca fui un aliado. Es una declaración de guerra. Nunca me han dejado entrar castillo, lo destruiré, con lacayos adentro y todo. Volveré y seré millones. Me vengaré de todos y cada uno, estén atentos. Todos sabemos que el sistema de apoyos del arte en méxico es por padrinazgo. Quien se quiera hacer pendejo es libre de hacerlo. Sólo no se acostumbren porque se quedan así, eh.
No te creas, en esa capillita con sus dos sirios encendidos yo sí me hinco.
No te creas, a veces me digo, métete a una oficina a poner sellos y olvídate de todo. Así, orgulloso, con tu camisita y tu matasellos. Pluck plam, pluck plam, todo el día, pluck plam. La frente en alto y la bilis rebosando, pluck plam, pluck plam.
¿Cómo puede la mafia extorsionar a un jugador para que colabore en los resultados de las apuestas? Es muy sencillo, la mafia, le hace una oferta que no podrá rechazar. Plata o plomo. O recibe una suma de dinero o le matan o secuestran a alguien, lo amenazan. Por miedo o conveniencia te coercionan. Al momento de acceder a recibir por la presión un dinero, con una vez que digas que sí, de inmediato ya te embarraron, te embaucaste. Creerás que es muy difícil zafarse, y lo es. Te empiezan a extorsionar con que eres cómplice y que irás a la cárcel si te denuncian. Te tienen de los testículos, hasta que, como es natural, confieses y de todos modos vayas a la cárcel o no sé si habrá arreglo. Averígualo.
Siendo un rey poderoso, soy un mendigo, si me faltan las llamas de tu cariño.
Cioran: «Amor es ese afecto desengañado que sobrevive tras un instante de baba».

36 Cariño
Mi madre siempre ha silbado o cantado estrofas sueltas o tararea así por la casa como si nada. Mi padre toda la vida ha repetido frases en voz alta que sólo él inventa, que sólo a él (o quiénsabe) le hacen sentido. Es evidente que están locos, tendría que realizar una subrepticia llamada anónima al psiquiátrico para que vayan por ellos a sus respectivas direcciones. Esto no puede seguir así, tienen que entender que la vida es seria. Espérenme, un momento, me comunico…
R.I.P. por jugarle al vergas.
Cuando escribo, a veces, la sensación que tengo de mis posibles lectores, es la de percibirme como un criminal. Me hacen sentir como un culpable, cada vez que levanto la pluma, de inmediato estoy pecando, cometiendo infracciones, delitos, siendo violento, infame, me hallo perseguido por las leyes de los hombres al pensar. Oigan. Ustedes vivan sus vidas livianas y superficiales, ¿yo qué?
Yo no voy a sufrir. Yo no tengo vocación de mártir.
No hay narración inocente. Tengo que confesar cómo odio a los narradores de los deportes televisados. No, ese equipo no ganó ayer porque fueran mejores, ganaron porque los otros eran peores, porque los otros fueron unos pusilánimes, ¿por qué quieren engañar a la pobre gente ingenua con sus cuentos baratos?
la envidia, dos formas generadoras. en francés al deseo se le llama envie. el psicoanálisis dirá que el deseo es el deseo del otro. Nos interesa lo bien que el otro está o pudiese estar, en realidad desconocemos que el otro tampoco está tan bien como suponemos. hacemos del otro un modelo. un modelo a seguir. nos atrae, nos encanta, lo volvemos en nuestra fantasía un héroe, (en realidad no sabemos que el otro es una ruina anticipada más del paisaje). Es ineludible, caemos fulminados por la belleza ajena, la inteligencia del otro nos abruma, la fuerza monumental extraña nos ensimisma. Nos molesta estar a su merced, convertirnos en sus víctimas. Para mí, quizá existen solo dos maneras de proceder, o a grandes rasgos es lo que sucede de modo general. Por un lado esa envidia que entonces actúa para estorbar, para impedir, en contra del envidiado, se le imposibilita por todos los medios, la envida es tal, que por debajo del agua se le odia, es un rival a vencer, la envidia que crea un enemigo ficticio. Y por el otro lado, una envidia un poco más sana (de todas maneras es insana, es un veneno y como tal incrementa nuestro sistema inmune), ese veneno ayuda, sea como sea, a refulgir, a moverse en esa dirección, entre inspirados entre imitando, entre reptando para acercarse a ese prodigio que se ve tan alto e inalcanzable. Por supuesto nadie se da cuenta que el otro es mortal y está jodido, encumbramos pelmazos, nos deslumbramos de un saco de papas. Deseamos convertirnos en esa apariencia que nos ilusionó, que nos cautivó.
Hacerse pendejo es deporte nacional. No sé cómo no lo integran ya en las olimpiadas a modo profesional.
Todos nos tranquilizamos en la mezquindad de ver los problemas de otro. Eso pasa cuando somos espectadores de una comedia en la que no se burlan de nosotros. Eso pasa cuando creemos que no nos toca la tragedia en la que otro se ve abandonado.
Si existe una falla constante, hay que revisar el circuito, hacer caso al síntoma, a esos indicios infraleves, para detectar por dónde vienen los cortos. Localizar el foco de donde irradia el contagio. En el juego nunca existen las condiciones ideales, el completo y total control. Nunca se está preparado para lo impredecible, por más confianza que exista o solidez, el juego se sostiene y compone de ese vértigo.
Lo que no me atañe, no me concierne, viajo al margen de los márgenes. Otros días no pongo ninguna atención a las notas al margen, candente y frío como un ave rapaz.
Escribiré sobre algo que no hablo con nadie, hará dos años que no acudo al psicoanalista y no tengo a nadie a quien contarle. Sólo lo sabe mi hermana y yo, se lo mencioné a mi papá. A veces rompo a llorar de la nada. Mi madre se quiere morir. Un día me dijo que se quería bajar del tren y que no me fuese a poner triste por ello. Yo creí que no fuera a ser tan fuerte y yo rompo a llorar cada que nadie me ve. Mi mamá tiene las piernas mal hará un año, un desgaste de meniscos, un dolor insoportable, ni con medicamentos lo aguanta. Ya no quiere vivir. Cada vez que la veo llora inconsolable. Se lo conté a mi papá y lo único que dijo es que mi mamá sí se atrevería a hacerlo. Al mes y medio de que empecé este libro mi madre me lo dijo. No lo soporté, me cambié de gimnasio porque no quería que nadie me viera triste por un motivo que desconocen. Después regresé porque tampoco soporté estar en otro lado. Toda la mañana de este jueves lloré por mi mamá.
Siempre creí que me iría a morir yo primero. Hice todo lo posible para vencerme y no pude conmigo. En realidad, quería huir, huir del dolor de verlos morir. Quería doler, porque soy sádico como no hay idea.
Hay un cierto lanzador, que no diré el nombre, no quiero generar estigmas, que es un genio psicótico. Está como estamos todos en medio de todos sin que veamos ese rasgo que a mí me salta a la vista. La cámara lo enfoca cuando acaba de realizar un ponche. Grita y habla solo hacia el cielo. Al tirar, la mirada es de un psicótico. A lo que voy, si no fuera así, con esa psicosis, no podría con todo el talento que desborda. No lo soportaría. Esa psicosis le ayuda a lanzar y gracias al destino es un lanzador y no otra cosa.
En todo libro hay que omitir algo. Es necesario llevarse algo a la tumba, no se puede llegar al reino de los muertos con las manos vacías.

37 Elogio a la normalidad
Como diría Jorge Luis B. no se es poeta o escritor (o como quieran llamarle a este oficio de arañar las paredes) de 6 a.m. a 9 p.m. se va uno a almorzar, se vuelve a la oficina de los poetas, continúa la jornada apurado, atribulado por los asuntos y elucubraciones de narrador. Se sale por un refrigerio a medio día, se regresa al puesto a cumplir con una tarea engorrosa, agobiante, de relator. Hasta que se sale al ponerse el sol, se checa tarjeta y completa para esperar la quincena del ser este farsante cuenta cuentos. Se llega a casa, se cuelga el sombrero, el saco de mentiroso. Se pone la bata negra de maldito, las pantuflas viejas de diablillo. No hay un horario fijo, cada cual lo hace como le viene en gana, cada cual es soberano de su deseo. En lo personal, no sé hacer demasiado, me encantaría trabajar en una fábrica haciendo tornillos de precisión, creo haber errado la profesión. Yo estaría ahí día y noche abocado a algo de verdad importante. Haciendo todos los tornillos que le faltan a este mundo. En vez de eso, elegí esta inutilidad gastrointestinal. Este fiasco de 24/7, hasta cuando sueño estoy en este hechizo maldito encerrado. Ahora, es cierto, que quien quiera pasar a leer las líneas que escribo debe pagar, pagar por cada palabra cincelada, por cada letra a pulso. Ya no escribiré para quien no esté interesado, y no hay otra forma de saberlo que así. Con que paguen por ver, como en el póker, para ver, hay que pagar la apuesta. No la pagan, se la pierden, quizá para siempre como clavos de ataúd. A mí me ha costado, y es probable que no tengan ni idea de cuánto. La vida.
¿Qué tal la creación del personaje? Y en tiempo real, eh.
No le vamos a dar ninguna oportunidad…. Jajajajjajsjjsjsjsjs… well, i’m just the fucking dumb of the town.
Yo desconfiaría de la gente pequeña. Hitler era un hombre disminuído, Napoleón era un enano. Solo hay que mirar a donde llevaron a su pueblo.
No me apoya el gobierno, no me apoya la inversión privada, a ver si me apoya la sociedad. La misma sociedad a la que cuestiono, critico, y ataco. Porque yo no hago responsable a dios ni al gobierno ni a las empresas, del paradero de las plantas de mis pies. Como si puedo pensar en una fuerza mayor y ésta es, la sociedad. La sociedad responsable de nombrar a dios como causa, al gobierno como responsable de sus destinos y a las empresas de su miseria.
Siempre he estado a favor del suicidio. Es una crueldad de la modernidad obligar a vivir a los otros. Hacer vivir. Obligar a vivir al que no desea seguir vivo. Es una de las sofisticadas torturas de la modernidad.
La humanidad es estúpida. Me agobia estar rodeado de tontos.
Es complejo, porque la ley no opera en ese nivel del juego, no hay un deber por el que tendrían que actuar los participantes de determinada forma para hacer cumplir sus objetivos. La ley son las reglas, la estructura del juego, sus parámetros y límites, incluso la utilería impostada, su cartonería ilusoria. En cambio, en el momento lo que opera es el deseo, indómito deseo. El deseo atrapado en el laberinto único y entrañable de cada ser, empujando por emerger a la luz. Por decirlo así, no hay un patrón de conducta que trabaje en el deseo. Es el deseo libre de cumplirse al pie del sujeto. Y puede ser incluso, deseo de perder, de morir, de que lo maten, etc.
Debí realizar un elogio a la gente normal, porque ellos sí sueñan. Los artistas no, los artistas siempre están entre la vida y la muerte, en el lapso entre el nacimiento y la muerte, para toda la eternidad. La gente normal no, la gente normal sí sueña. Ellos sí se olvidan que están vivos y que morirán, tienen la habilidad de fantasear que todo es para siempre, que durará, que toda esta evanescencia no caduca nunca. Es para elogiarlos, jajaja.
A veces imagino que soy un muerto de la guerra de otro tiempo, otra vida, la reencarnación de un soldado. Cuando estoy en el gimnasio, me veo yendo entre los otros, hacia la refulgente batalla, cuando la pelea era cuerpo a cuerpo, ir al encuentro de la muerte. Me veo extrañando a mi familia abandonada. Me veo matando a otros no por fuerza, nunca por fuerza, sino por una habilidad para ocultarme, matando del modo en que después los hombres a fe de «honor» llamaron a traición, y en esos tiempos sólo era como fuese posible, de caza, sabiéndose por siempre inferior a toda fuerza. Ocultándose, dando muerte por la espalda, o como fuera, en la oscuridad, en secreto.
Se está haciendo cada vez más tarde. Me regreso antes de que empiece a ponerse el sol.
Le cuento a mi mamá que estoy programando el sitio para que sea por suscripciones, que el archivo visual y los escritos hay que ir página por página configurándola. Me dice… ¿qué no hay botón que lo haga todo??? jajjajaja… Yo también llevo siglos buscando el botón que me haga un desayuno continental ¡mamá!, no lo he hallado, es como el santo grial de los botones… jsjsjsjajjsha
Existe ahora una modificación casi imperceptible de nuestras conductas, propiciada por el entorno digital y sus procesos. En lo digital, «no existe el error», siempre se puede destejer el proceso, regresar y enmendar. Hay regreso a través de las huellas. Eso ha causado, digo, a mí me pasa, que se nos revuelvan los procedimientos. Son tantas ventanas las que se abren, las pulsiones, sus desordenes. Se revuelca la secuencia de lo que va antes, de lo que va después. En el juego de béisbol lo veo continuamente. El fildeador, desea anticiparse, agarrar la bola antes de tirar y pifia. Por ese querer ahorrar un paso, hacerlo rápido, inmediato. La impronta es tan repentina, es tanta la urgencia que el cerebro acomoda de modo incorrecto el proceso, primero una cosa y luego otra. El zen dice: una cosa a la vez. No se puede nada de golpe y al instante, hay un proceso, una serie de pasos, etc…

38 Libros manoseados
La gente encuentra estos libros en el tiradero del internet, los manosea y los vuelve a tirar. Lo normal. X.
La noción del gasto la leí en Bataille. No sé en qué libro, revuelvo todo, soy un desastre. E igual George, revolvía todos sus libros. Un libro que era sobre erotismo podría estar de pronto hablando sobre el gasto. La noción de pérdida, del derroche, más allá del gasto necesario y cotidiano. De la apuesta por todo en la fiesta, en la celebración, de la necesidad del sacrificio «de la cosa». Del arte que es un gasto innecesario, del arte que es un gasto del excedente, en la economía de flujo corriente, la poesía es un exceso. De esa algarabía en el gasto por el gasto, esa euforia de perderse en el juego de amor, de lo que es para siempre y nunca volverá. Por cierto, hay un párrafo que si mal no recuerdo está en el libro del erotismo, en el que menciona tiernamente que el corazón más grande del siglo xviii es el marqués de Sade. Lo dice de tal modo que es liberador tanto para él como para Sade como para el que sea capaz de leer eso. Sólo el que haya leído al marqués comprenderá lo que se dice ahí, fuera de las leyendas que se forman en torno a un personaje, fuera de la mitomanía culpígena que la humanidad suele cultivar.
Yo tengo la triste, no sé si verdadera idea, de que a todos los mataron en la escuela. De que la escuela es una fábrica procesadora de carne humana. Los trituran y los moldean. Metafóricamente hablando, como es natural. Hoy todos, sin excepción, son vendedores de seguros de vida. Lo cual no está mal, así es la vida. Hay que estar seguro de algo, de que nos vamos a morir, sin duda.
Cuando se hace visible, se corrobora, y se propagan los puntos débiles de un jugador, los chacales no se hacen esperar, los carroñeros llegan en segundo lugar. En el béisbol, es muy agudo, pero un manager que detecta un punto débil del oponente, va ahí, golpea ahí. Propaga esa información, los otros equipos corren presurosos al encuentro de fagocitar.
Cuando muera, reencarnaré en los ángeles california. Quería que lo supieran. Me agrada pensar que si eso fuese posible, el alma sale volando hacia el infinito, entra en una especie de tómbola y rebota al instante. Ni siquiera hay lapso entre ser y no ser.
La primera vez que penetré una mujer, ella era una mujer y yo era un infante de infantería. Tendría yo 16 años recién cumplidos, ella, mi maestra de artes plásticas 27. Estábamos en su cama, ella me mostraba videos de performances y no sé que del arte. Yo me aburría sobremanera, pretendía entender algo, y lo único que hacía era olerla como un animal. Hasta que, la volteé a ver, fijo, hasta que dirigiera la mirada hacia mí y supiera lo que iba a pasar. La besé, le agarré las nalgas e hice que me rodeara con sus piernas. De pronto frenó, no no esto no está bien, dijo aturdida. Recordé la canción titulada: rompe a través hacia el otro lado. Le dije, ya estamos del otro lado. Le arranque los pantalones y cabalgué hasta llegar a resguardo entrada la noche.
Sin presumir, si vengo teniendo un aire de Pakal, eh.
De lo que era una hoguera, sólo cenizas quedan.
Hoy el cielo lloró por mí. Me reemplazó, y se lo agradezco. Pude trabajar.
Los no incautos yerran. Esto lo dice el psicoanálisis. Lo traduciré para que se entienda. Los que no se dejan engañar, se equivocan. Yo me aburro, me muero de tedio de leer y predecir un juego, del que puedo saber su lógica y los niveles de lectura que me ofrece. La mayoría se ilusiona en el juego, lo vive. La mayoría cree ciegamente en el juego que observan, se extasían en carne propia. Yo me equivoco, a veces no puedo, mi curiosidad me da las pautas del porqué pasan las cosas, cómo pasan, me mato de pereza al analizar y deducir. Por ejemplo, sé cuando un juego está vendido, o de antemano arreglado, para alargar una serie de juegos y vender más boletos, anuncios, etc. Cuando ilusionan a la pobre gente para que apueste y pierda su dinero. Entonces predigo el resultado porque es evidente lo que sucederá, el proceso, los modos que emplean para que suceda. Conozco el engranaje y su funcionamiento al verlo, me muero de aburrimiento. Ya no está la sorpresa inesperada, o el giro repentino. No, está este agobio de ver a los ricos engañando a los pobres con el juego y las apuestas. (Eso sí, ricos y pobres son felices con su respectiva participación en el juego). Presentir a los dueños de un club estrenar un ferrari en una noche porque apostaron incluso en contra de su propio equipo, etc. Es el capital vendiendo, vendiendo credibilidad y todos cayendo redondos. Y yo me muero de tanto bostezar al ver los movimientos y cómo engañan. Yo me equivoco. Así me pasa en el amor, lo confieso, le veo la costura. Volteó a ver mi trabajo, la música, los libros, y me olvido. Creo que yo me he equivocado toda mi vida. En el siguiente capítulo explicaré a detalle dos series de juegos de béisbol amañados para las apuestas, la venta de boletos, fruslerías, etc. Me tienen harto. Juegan con la ingenuidad de los otros.
¿por qué no me cuentas? ¿cupido si se enamoró? ¿por lo menos tenemos un final feliz en este multiverso?
Espoleo.
Me iré cuesta abajo, a pie, como me corresponde.
Hay que revolver los papeles, volverlos confusos, abiertos al pensamiento. ¿Para qué quieren un estudio plausible? ¿Para poder usarlo, para que puedan abusar con su razón, para enjuiciarlo desde sus narices?

39 Maravillosa poesía
Hablamos de la polisémica poesía o la multiplicidad de sentidos en la poesía. Como un diamante con muchas caras todas la misma y distintas a la vez, sin principio ni fin. Escuchen la frase «Soy feliz, soy un hombre feliz, y quiero que me perdonen los muertos de mi felicidad». Yo al oírla lloro. Explico. La frase es de Silvio R. habla de que es feliz, probablemente feliz por el amor de una mujer, me aventuro a conjeturar. Y al mismo tiempo se siente culpable de esa felicidad por todos los hombres de la historia que se sacrificaron, que murieron, que dieron sus vidas luchando por la justicia social y la humanidad. Para que él finalmente, esté sobre las plantas de sus pies, siendo feliz por una pequeña flor del destino. A mí me puede hablar de eso y… por supuesto, tocarme en otros sitios, de mi propia historia, lugares encontrados, porque las frases sueltas de la poesía que no guardan una relación directa con nada, que dan rodeos, se meten en lugares recónditos de los otros. Por cierto, eso no está muerto, no me lo mataron, ni con la distancia ni con el vil soldado.
Voy a hacer como los indios de norteamérica, publicar un capítulo, dejarlo colgado en lo que publico otro, e ir borrando el rastro, borrando mis huellas al pasar. Las ocultaré.
Yo fui receptor de béisbol. Tengo tales reflejos, que si se me cae algo, no necesito hacer aspavientos ni voltear a ver nada para cacharlo. Lo atrapo. Una vez me identifiqué con un personaje de una película. Zatoichi, un Samurai ciego, que no necesita ver para percibir nada. Me da risa, porque esa película es impactante y raya en lo ridículo por ser ultra exagerada. Es una tontería. Cuando la vi, me quedé atónito, como si tuviera 8 años otra vez.
¿No les da escalofrío sentir su cuerpo, como el cuerpo de muchos otros cuerpos atrás, hacia atrás, muy hacia atrás, cuerpos y cuerpos, hasta este cuerpo?
Tengo un truco. Hará dos años, tuve una amante. En la retozadera postcoito, le conté que cuando estoy subido en una máquina dentro del gimnasio, hago como que veo una pantalla, obvio no veo nada. Sólo escucho música o navego en mis recuerdos o en esto que escribo. Jajaja. Claro que percibo, pero es muy tenue. jsjsjsjjs…
Todos fantaseamos más de la cuenta, sobre la vida de los otros. Un signo nos habla de algo y quiensabe ni qué es eso, probablemente una fantasía y nada más. Imaginería que elaboramos. Nada más.
México sigue viviendo en la colonia. Por un lado, unos sólo dicen lo que los otros quieren escuchar. Y por el otro lado, los otros sólo escuchan lo que quieren oir que los otros dicen. Eso es mÉjico un teléfono descompuesto y arreglado a la conveniencia de cada cual, para no herir susceptibilidades. Para que monseñor de aspeitia no se vaya a disgustar y el vizconde de ruvalcaba pueda dormir a pierna suelta.
Se dice que a veces, los narradores viven embrujados como fantasmas. Una bruja, en la cúspide de una montaña, junto a los escarpados riscos y el viento inclemente, cuida un árbol de cerezas escondido entre la bruma. Cada cereza es un contador de cuentos y su vida dura lo que la bruja desee mientras dure el deleite al probarla. A veces las muerde y las tira al abismo. Otras veces las prueba y las arroja, para que su águila calva las capture y termine con ellas.
Lo único para lo que sirven los concursos y sobre todo los premios literarios, es para decirnos a los otros, al resto, que estamos descalzos, que somos unos estúpidos, que pertenecemos a la medianía, al promedio, al bulto. Y también para hacer desgraciado de por vida con el agobio de una fama desmedida e innecesaria la vanidad de un pobre fulano. ¿Se imaginan cómo se desborda de mierda ahora la agenda de ese insignificante sujeto?
A Pascal Q. no le atrae ni agrada el Quijote porque él es otro hijo de las mil y una noches. Como todo hermano menor (por el tiempo, no por grandeza), siente algún celo. Y grita, mamá mamá, yo yo.
Ah, el jueves cómo me pesa. Ah es viernes, entonces es el viernes el que me pesa. Ah, el viernes cómo me pesa.
No hallé otro medio, no tuve oportunidad de hablarte y quiero volver a decirte que te pido una disculpa. Estoy cansado. He ido demasiado lejos y encandilado sin enterarme de nada. Tú me ayudaste, me ayudaste a comprender mi vida, este momento. El día que tú y tu amiga desplegaron un teatrino me diste ternura. Las vi, entrecerré los ojillos y me dije, ¿queeeé? Comprendí, al fin, porque soy muy torpe, que eres muy pequeña, y yo ya no me cuezo al primer hervor. Alcancé a oír lo que decían, y me diste ternura porque tengo la piel muy gruesa y tus garritas son muy chiquitas. Yo esa mañana había llorado por mis problemas, por mi vida, (lo he mencionado y no quiero repetirlo). Tenía la caja torácica honda y me reí quedito sin malicia ni sorna, enternecido por su juego. Eres un malvavisco rosa, jsjsjs.
Siempre me lo repito, eh. Mañana me levanto y escribo a lo Balzac. Y punto. Me dejo de fregaderas. Nunca lo cumplo. A ver si mañana lo logro.
Esta es la historia de un hada tan pequeña como una estrella, y un gigante que se quedó petrificado 473 años, por un hechizo fortuito. Unos polvos derramados por accidente sobre su frente lo eclipsaron. El hada revolotea a su alrededor, le trae historias de lo que pasa por otros lados, para pasar el tiempo en lo que se sacude el hechizo. Si es que se logra mover algún día.
Tú no defiendes la originalidad o la propiedad intelectual, lo que defiendes es el capitalismo, amigo mío.
Yo digo que la gente que se dice ser «espiritual», en realidad es sodomita, y no se acepta. Imagínate, el espíritu penetrándonos a todos, por cada agujero, por cada poro de nuestro cuerpo. Así habla el inconsciente. El supuesto llamado espíritu dentro y fuera de todo, uno más de los totalitarismos de… los impotentes. jajajaja. Y claro, quisieran penetrarnos a todos con su palabrita. Falta que queramos.
Jugó contigo amigo. Yo te dije, amigo.
Tú me ayudaste. Yo miento, yo no soy neurótico, me estaba burlando de los viejos neuróticos. Lo puse en primera persona para inentar una ofensa diferida. Y lo logré, soy un hijo de la chingada. Soy un tramposo. Soy muy tranquilo por fuera. Soy calmado y no tengo deseos de pelear con nadie nunca. Me gusta estar apartado para no tener que hacer que se me resbale lo que digan. Si me llego a molestar, no me molesto, y es después de demasiado tolerar que me perturbo a tal grado que, estallo y arraso con todo. Pero en realidad paso largas temporadas hibernando como un oso glotón que duerme y sueña, con el río y los salmones. La miel, la dulce miel.
No sé si les pueda servir la siguiente metáfora. (Esto es para las reacciones de la gente que me alude, diciendo que son depresivas, espero les sirva). El psicoanálisis va a decir que no hay no loco. Traduzco, no hay nadie que no esté loco. De una u otra manera, todos estamos locos. Como en el país de las maravillas. La locura, por largo tiempo, para mí es ese agujero en el que Alicia se pierde, entra en otra dimensión, la de los sueños, la del inconsciente. No hay teoría sin práctica, así como no hay objeto de estudio sin sujeto, parcial, único, con su propia historia personal, nimio, íntimo. Para mí, decir «soy depresivo», «soy paranoico», «soy esto o lo otro», en realidad no cobra ningún sentido identificarse con esa nomenclatura, sin ejercicio de esa «labor». Labor de neurótico, labor de psicótico, labor de depresivo, etc. Es entrar en el agujero de esa locura particular, enrolarse en actuar ese guión, percibirse en esa dimensión, como en un juego en el que se olvida que se está jugando. Claro que, intervienen otros factores, no sólo una actitud ante la vida o lo que sea. Está por ejemplo, la realidad física, el cerebro genera sustancias a través de ciertos actos, hábitos, el consumo de sustancias, etc. Está la historia personal, infestada de detalles, hechos, características, que sólo conoce el que pueda hablar de dicha historia. Dicha y por donde lo vean, dichosa historia, por desgraciada que pudiera ser. Aclaro, no soy un optimista, soy quizá alguien sólo lucha contra la nada, la nada que nos come a diario. La nada que gana terreno día a día. Contra la maravillosa nada que un día lo disolverá todo, fundido en el infinito.
Es que yo sólo estaba haciendo una obra de arte, y claro que si quedaba tiempo, conquistar Manchuria. ¿Por qué no?
I can be that kind of guy you teach to be another kind of guy, and never fail.

40 Juego bonito
Haré dos costales de tipos de juego. Haré el costal aristócrata y el costal proletario. Sólo haré un par de ejemplos, mencionaré quizá algún otro. Desde luego hay otros costales y subdivisiones de algunos juegos que pertenecen a más de un solo costal. Lo divido así, porque así estaría dividido el ejército, en hombres de acción y en hombres que toman decisiones, por supuesto hay una franja gama de técnicos en medio, éstos son sólo los extremos. Pero no me voy a detener en eso ahora. El costal de los juegos proletarios, de fuerza, acción, habilidad, el rugby del que deriva el futbol americano, que en realidad son la actualización de los gladiadores romanos en el coliseo, con la furia de los participantes fuera y dentro del campo de juego. Tiene sus estrategas, eso es evidente, hacen pizarrón, porque hay unas reglas y después está la fuerza, agilidad, y destreza de los jugadores que dentro de ese marco tienen que sobrepasar al oponente. Los juegos los ganan, supuestamente los jugadores, no los dirigentes. La guerra se ha sofisticado a tal grado que sabemos que no tiene que ver ninguna aptitud que pudiera tener un soldado de a pie. Un soldado actual casi no tiene acción, en realidad, todo son androides, drones, misiles, la técnica de matar es la que predomina, una especie de quirófano para administrar la muerte, etc. El sueño del videojuego a pie aniquilando zombies es poco probable, salvo en un tiroteo de escuela norteamericana, esa escena se duplica ahí, y en ningún otro lado. En el fútbol americano la intensidad y las explosiones de fuerza son tremendas, así en el soccer, etc… los balones por ejemplo, en el soccer no son por turnos, sino al arrebato, el que gana el esférico tiene la posibilidad de ir a atacar, y por supuesto, la mejor defensa es el ataque, tener el balón e ir al frente. Todos sabemos que hay estilos de juego, donde equilibran con mayor o menor, un plan concertado y lo que es la improvisación. Ahora, está el esquema, y después está en juego la posibilidad de hacer lo imposible, en lo particular, en la jugada. Ese equilibrio puede hacer flanquear el equilibrio que el oponente presente. El juego es una batalla. En los juegos donde interviene más la maestría de una táctica, es crucial no sacrificar la guerra completa por una batalla. En el béisbol, se juega un equilibrio entre riesgo de juego, premeditación y panorama. Ahora, los juegos suelen ser extensivos, no se juega sólo una partida, sino una serie de juegos eliminatorios. Por eso es un juego de amplitud. Claro que también es a la jugada, y una serie de jugadas hechas con precisión milimétrica, suelen mermar la moral del oponente. No se habla de un gol, como un trébol hallado en el campo santo. El béisbol es un juego más cercano a la psicopatía, hay un plan maestro, y los mejores jugadores y managers, vuelan alto para observar todo el campo de juego en el tiempo y en el espacio, preven lapsos de tiempo mayores a un juego, tienen sangre fría al ejecutar esos planes, y limitan la suerte, el imprevisto. No quiero dar las claves exactas que he observado, eso, que cada cual haga el desentramado, no me interesa hacer más fácil o comprensible el juego a los amateurs. No me interesa la boba alegría de un batazo. Para el soccer, lo que ahora se hace es cultivar un jugador, como se cultiva un caballo, una manada de caballos, esos son los mejores equipos ahora, los que maquiavélicamente hacen unos jugadores desde la cuna, como en un «cuento de hadas».
Todos los cachorros de la especie que sean, aprenden a sobrevivir jugando.
Me la jugué, tuvo que ser así, de otro modo hubiese sido imposible nada de nada.
Zapatero a su zapato.
Lo explicaré otra vez, qué más da. La envidia es un veneno, pero como todo veneno, en la dosis adecuada y bajo supervisión, puede actuar de modo homeopático, puede ayudar, incentivar, ser un aliciente. Quizá la religión, al observar los problemas morales lo primero que hizo fue crear las prohibiciones. Una especie de… ahí no te metas. No lo vamos a resolver, no te metas ahí. Sospechaba de lo irreparable en cuanto a la pasión humana. Si envidiabas al vecino por su mujer hermosa o por su prado reverdecido de vacas, oye no, eso está mal, está prohibido, eso acarreará conflictos. Era la solución rápida y efectiva con la ayuda del castigo divino, del observador omnisciente que representa dios. Ahora bien, no somos unos santos, nadie es puro, y todos envidiamos todo el tiempo, es inevitable. Somos serpientes devorados por serpientes. El deseo es incontenible, desear el prado con las vacas del otro, la mujer del otro, su casa, lo «bien» que se le ve. La religión abogó por la prudencia y creyó en sus siervos, obedientes, honrosos y generosos de la palabra del señor, que con eso bastaría. A ultimas, dejar de desear ni los monjes tibetanos con la nulificación de sus afecciones, lo que se puede evitar es el acto infame. ¿Por qué esa mujer y no otra? ¿Por qué ese prado con esas vacas y no otro, u otra cosa? No no no no, esa mujer, ese prado con esas vacas. En realidad ni sabes ni conoces cómo es la mujer del vecino, en apariencia son felices, amables, se aman. No lo sabemos. Esas vacas podrían estar enfermas, ese prado ser un gasto ser un calvario, una condena, etc. Siempre el pasto del vecino luce más verde. Ahora, prohibirlo creo que incentiva el problema, avienta más leña al fuego. La tranca pide ser destruida, exige la transgresión. Lo que pasa, fácil, en dos patadas, es que somos estúpidos. Hay más prados, vacas, y mujeres en el mundo. La envidia siempre ha existido, la envidia por el amor de los padres, entre los hermanos e incluso peor, por al amor de uno de los padres, así de loco es el inconsciente. Bastaría ver el ejemplo de Abel y Caín para aprender algo. Pero ni así, con la lección moral que la religión imparte, no es un problema resuelto, la competencia por el amor de dios. Yo puedo ver y saber quien me envidia, y sé con claridad qué envidio de quién y de algún modo me reprimo y redirijo esa envidia. Es una potencia, no la tiraré, la usaré a mi conveniencia. Así es. Sé que no puedo tener la mujer del vecino, es más, la mujer del vecino quiere a su marido y piensa que soy un zoquete, ¿para qué insistir? O no sé, a lo mejor la mujer del vecino es gruñona, un verdadero energúmeno y el vecino sólo sonríe para que nadie se entere del infierno en el que se metió. Son ideas, son ideas. Esa sonrisa podría ser una sonrisa de auxilio desesperado, quién sabe, ¿tú qué sabes?
Yo siempre he sido un tlacuache, cargando un tambache.
Nadie sabe cuántas veces me he caído. Mil.
Cada día estoy más menso. ¡Dios mío! ¡Auxilio, alguien sálveme de mí!
Volviendo a eso de los premios en las artes. Hará diez años participé en una bienal, me seleccionaron dos cuadros. Estaba, lo que se dice entre otros artistuchos, ufano, orgulloso, al igual que los otros no cabíamos en nuestros trajecitos ajustados y raídos. Un tropa de idiotas creyendo que era una fiesta hecha para nosotros, en nuestro honor. No mis queridos idiotas, esa fiesta era para que se parara el cuello la organización inmunda de esa empresa que deducía impuestos con sus disque altruistas operaciones de alto reconocimiento social. Ja, éramos los títeres de esa siniestra y ridícula expresión de pompa y poderío, patética.
Yo creo que no me entienden. No es su culpa, pero tampoco mía, así que a seguirle.
Tú te ríes de las películas de horror porque eres medio psicótico y medio. Yo no las tolero. Nunca las he tolerado. La mayoría goza, goza con ser la víctima, es decir, sufren al identificarse con la víctima y gozan. ¿Si no qué chiste? Yo no las tolero desde mi niñez. No me agrada ponerme ni de un lado ni del otro. Me apartaba del enjambre de niños pegados a la fuente lumínica del miedo. Vagaba solo por la casa donde estuviera, iba a explorar. De tonto me quedo a ver esa estupidez.
¿Paranoia? No te metas a temas que no conoces. Estás hablando con alguien, que por lo menos es considerado un especialista en esa área. Tú no lo eres, tú no lo eres. jajsjsjjsjsjsj
Ahora que hago ejercicio, me han vuelto a decir joven. ¿Qué quieren, causarme problemas de identidad? Soy su padre.
Además de que ya perdí la cabeza por usted. ¿Por qué me quiere hacer perder? ¿Qué más quiere usted que yo pierda? Es lo único que yo tenía.
Cada cual cree que su vida es lo más importante, su mentada experiencia. Las trascendentales tonterías de un pepino de mar.

41 Apuntar
Necesito apuntar para no perder el hilo.
ellos jugaban a la carambola, y yo al pull… creí que jugábamos el mismo juego.
Ese chiste era un poema.
a mí qué me va a dar vergüenza el libro que escribí. servirá para nivelar la mesa en la que comen, el sillón en el que se recuestan a descansar.
Tengo el pleno derecho a ser un viejo pendejo, un viejo ridículo. La abogada ya me dijo que procede. Conozco mis derechos.
Llevo años roto, apenas ayer me di cuenta, y no deseé reunirme y salvarme, deseé seguir roto y callado. Al fin supe que nunca me volveré a formar.
No estaba enamorado, sólo estaba drogado. Sólo fue un fallo en la matrix.
Estaba diciendo sandeces, mientras agonizaba.
Necesito amputarme la cabeza.
Como cuando te asestan la estocada final, y solo sueltas un pequeña risita, patética.
El cordero es el único animal que no se defiende.
A él lo matarán, ¿acaso crees que en la guerra gana alguien alguna vez por siempre? La ley del talión.
Voy a ir al cirujano plástico para ver si me pueden quitar esta cara de idiota, ya no puedo más con ella.
El carrito del camotero es un animal prehistórico.
Claro que ya lo sentí, si somos siameses, tonta.

42 Tasmania
Ser un poeta es una de las labores más arduas y difíciles que la humanidad puede afrontar. ¿tú sabes cuántas solicitudes de empleo tengo que rechazar al día?
Cerdo marrano, puerco australiano.
Saeta.
Revanchas, traiciones, desilusiones, desencantos, lugares extra terreno en los que se juega el juego. Tener un intruso, un polizón dentro de la organización, puede convertirse en una especie de traición. Un espía, un secreto en fuga revelado, los corredores por los que la información desencadena advertencias. Saberes que el contrincante puede utilizar. Ojos sigilosos, movimientos silenciosos. El sabotaje, en lugares aledaños al tablero, parecen inocuos. Otro espacio que parece velado al juego. Esa filigrana hecha de pequeños actos, de pequeñas colecciones de saberes sobre el otro. Cuando el intruso entra, hay que darle las claves para que las sepa, y después estar atentos para el momento de la caída libre. Para el momento en que nada será como se dijo que sería, para el momento del juego. Cuando se defrauda la confianza, lo que queda es el golpe inesperado, o que hayan creído que sabían. Todos vimos al traidor entrar y salir por la puerta con la coartada que no era. Ahora que tiemble.
El traidor me acusó de traidor. Y me expulsaron a mí. Accedí a irme, porque no podría vivir entre traidores. Esto sucedió en otra vida, a la que no pienso volver. Hace demasiado tiempo.
El camarada Stalin mandaba desaparecer de las fotografías a sus aliados de los que sospechaba una traición. Su paranoia no tenía límites, una mirada, un susurro, un pequeño gesto, provocaba el desgarbo, el desmoronamiento de una serie de… Poco a poco las fotografías de grupo, las comitivas registradas por la cámara en celulosa blanco y negro se iban despoblando de personajes de la corte rojo carmín. Se iba minando de huecos hasta que un día sólo apareció el camarada frente la lente. Sabe tanto, lo tenemos que eliminar, profería en un silencio casi imperceptible el camarada.
te abrazaré cuando perdamos.
Ella dormita, se avienta a un cenote. Luego vuelve, no te apures. Se avienta como no sé quién.
Partiré el libro con el cuchillo de la mantequilla, con la motosierra, con un filo enorme, inconmensurable. a dos aguas.
Abrazsar
Poner cloro y mitad agua en una botella de cocacola, hacer un agujero en el techo y colgarla para expandir la luz del sol.
aaaaauuuauaaaaauuuaaAAAaAAAAAAAAhhghgghhgghhhhh
Perseo entra en el laberinto. Lo llevan vendado de los ojos, conducido por dos manos. La de Ariadna y el Minotauro, lo adentran al laberinto, sin que sepa ni cómo entró, ni por dónde está. Ariadna lleva en su mano un hilo, muy al fondo del túnel oscuro, húmedo y frío, el Minotauro lo ciega y deja ahí a su suerte. Vuelve Ariadna conducida por el hilo fuera de la isla, toma una barca y se adentra en el continente. A Perseo le siembran un árbol del que come al tacto arrancando los frutos. El Minotauro vaga por siempre en el interior del laberinto para comer del fruto que cae del árbol, come frutos fermentados.

43 Desdisgustarse
¿Usted sabe cómo se hizo el caldo primigenio? Con un chingo de clicks.
Nunca hay territorio neutral.
Vivo en el culo del mundo. Me dedico al vestigio, que significa en latín, el desperdicio. Soy investigaciones escatológicas, es decir, lo que ya no sirve. Lo que queda después de amor. Hago colecciones de lo que ya nadie quiso.
La escalera eléctrica, es la pared de embriones soñadores. ¿Ser ahí? ¿Dónde quedó el jugador? ¿El momento?
Se puede morir de calor, de frío, de amor, de pena, de risa loca, de hambre, se puede morir de cansancio. Es la temporada en la que me he muerto y sigo aquí. Qué enfado, yo quería a morir.
Juncos.
Libros y libros y luego splash.
La fe me la jugó tantas veces, que preferí el azar y el vacío. A vida o a muerte.
Él es muy mal mentiroso, sólo roba. Es muy mal mentiroso. Bueeeeno, no roba. Te vende lo que sea. Un teléfono, lo que sea… Eso sí, no sabe mentir. No puede decir mentiras. No es como yo. Yo sé decir mentiras. Él te vende lo que sea. Jsjsjsjsj… no es cierto, te lo acabo de vender, varias veces.
Johnson…. Johnson…. diles que no supe que decir en mi último momento.
Yo soy el mole verde.
Si dios existiera, no twndría porqué preocuparme u ocuparme por que exista.
Voy a ser todo a la vez todo el tiempo.
¿querían lágrimas de unicornio?
Jorge Luis, una mañana como otra, regresaba de su empleo en la biblioteca municipal, estaba aturdido por las voces de su cabeza. Antes, pasa a casa de una amiga. Al subir las escaleras, mirando hacia abajo, no se da cuenta que una ventana está abierta. Su cabeza pega contra el filo. Cae hacia atrás. Tres días queda tendido sobre la cama de un hospital. Al despertar no ve nada. Ha quedado ciego. Y ese hecho no se puede cambiar de ninguna manera.
Desdisgustarse.

44 Ese viejo
Ese viejo que sabía que la guerra estaba perdida. Desde una loma veía su pueblo destruir. Ardía. Y dijo, -de estar allá a estar aquí, aquí-. De todos modos no puedo hacer nada por lo que de antemano está perdido.
Siempre estamos juegue que juegue, entre la fidelidad y la traición, en la cuerda floja sin red. Nos miran con asombro. Me querrá, no me querrá, me ama no me ama.
Un gato por silencioso. Un perro por alegre.
Rebasé por dos minutos la línea de todo lo permitido. Michael, tengo dos segundos para salir de aquí.
Habló de más, lo tuvimos que eliminar.
No quiero pensar en el plan fallido de mañana.
Una a la vez, a menos que quieras una orgía con los tres.
Todos siempre queriéndome enseñar algo. Y yo con pena. Ay no no me lo enseñes, me da pena.
Me voy a contratar para DT de la selección mexa. Un equipillo de un paisucho de quinta. Una organización a mi altura.
En lo salvaje, el macho por un instante de nada, le pregunta a la hembra, ¿te violo? y la hembra huye, sin miedo, para después dejarse alcanzar. es un juego.
Melena de troya nada más nos está mirando hacer aquí el tonto. A ver Héctor, vamos a arreglar estos tú y yo por la vía pacífica más por acá. Vente.
El toro queda fijado en el rojo de la sangre que se mueve y ondula frente a su frente bravía. Hipnotizado pro la danza que lo alienta a pelear. Una y otra vez extenuado por ese Baile erótico. Baila ese juego violento perpetrado por las dagas de amor hasta caer vencido.
Dice Gonzalo Rojas que ya todo estaba dicho cuando Vallejo dijo, todavía, todavía.

45 LA risa
Es que me ataco de risa, pierdo los años, hasta ser un bebé. Nuevecito y de paquete.
Cada obrero es un pequeño dictador. Cada obrero que produce una serie de balas al día es un pequeñísimo dictador. Día a día recibe su ración de comida, su dosis de droga y prosigue, porque iremos a la guerra a liberar un pueblo encadenado en la cadena de producción de balas para…
se me acabó la risa…
Con el que no pintaba para nada que haría de héroe. Del que nadie desconfiaba de que pudiera fracasar una vez más. Al que no vieron que venía para cometer lo cometido. Ese, ese en la última entrada, al que no hiero ni al pasar, ese, ese, se los hizo, para que no vuelvan a olvidar. Y sigue siendo desapercibido.
Le disparé al techo de la casa del señor, para impedir tu boda. Pendeja.
Me voy a casar un día, y nada más.
En mi funeral les pido que se rían no que lloren.
Crimináááleeee.
Otro otoño.
Le dije que era un poeta y se molestó. Como todos los hombres.
¿quién me metió al reino? yo no lo pedí. a ese rey me le cortan la cabeza.
fueron vinieron ya se divirtieron ya hicieron esto lo otro ya se revolcaron ya lo volvieron a hacer. ya no saben qué hacer.
Sí hay un cazo y todavía hay fuego.
Estos pendejos, creen que soy de hule.
Con una gotita, menos, con una molécula de agua que se quede encapsulada dentro de mi vertido de resina, sería nuestro seguro de vida para siempre.
Me encontré un volcán, mira, ¿por qué no lo despertamos juntos?
Era el muñeco de mi tía. Me vestía, me bañaba, me hablaba. Un día cobré vida de la nada, o casi nada. Mis padres jugaban al amor en un cuarto contiguo, cuando ella por casualidad, los oyó. ¿qué oyó? Oyó los sonidos del amor. Y yo, como si nada desperté a la vida. Hoy día no soy un objeto, no soy tu cosa.
Qué chiste el de ayer.
¿de dónde voy a sacar más risa? ¿de dónde? es lo que me preocupa del mañana.

46 Informamos
Informamos que hoy el gran autor de… y de las obras que constan de… ha muerto hoy, debido a una roseta de maíz que se le atoró en la garganta, dejándolo irremediablemente sin oxígeno, morado.
me descalabro todos los días ahí frente al espejo.
se cayó de un escalón para pegarse en otro, rebotar en un tercero y acabar tendido sobre el suelo, mordiscando el polvo.
-¿que se va a casar la próxima semana? ¿qué no le dijeron que no había yo muerto en la guerra? Nooooo.-
Dios quiero que lo sepas: creaste un genio.
El narcisista cree que todos los otros son el culpable.
Glande está cabizbajo.
Esta cara seria enjuta maligna, fueron años en los que nadie supo ni sabrá que yo era una fiesta por dentro.
Gracias a la poesía y este banano que tengo en la mano…
todos ponemos una cara feliz dentro de instagram, todos ponemos una cara de amargados fuera de instagram.
El día que lo irían a ejecutar, porque sabía que ese día llegaría. Había reído del reino y de todos en secreto, hasta ser descubierto. Ese día, se untaría el cuerpo de grasa, saldría esquivando el abrazo de la multitud, entre los guardias y la gente enfurecida. Escaparía al duro y tonto brazo de la ley, untado el cuerpo con grasa, como un puerco.
Me encanta todo a la vez. Y nada a la vez. Soy una histérica.
Aproveche, últimos días, el gran circo se va, se va, se va, se va…
Mira, en caso de tener que fornicar en tu casa cuando es una fiesta familiar, realizar los siguientes pasos. Te encierras, le pones cinta de aislar al borde comisura de la puerta, con unos tablones y martillo los clavas, después blindas con acero de buena calidad, no cualquiera. Rematas con caja fuerte, combinación de máxima seguridad y secreto. Te tragas la llave. Ya después te encueras y pateas el cajón a todo lo que da.
Las jugadas son una serie de estallidos energéticos. Hay juegos de distintas intensidades, índoles, modulaciones, temperancias. El temple y después el arrebato. La bocanada y después la voluta. La estocada y la reacción. Asestar el golpe fatídico.

47 La obra de arte
Uh lala, la princesa del videojuego. Uh lala la enfermera. Uh lala al rescate, uh lala…
En el juego de la imagen, la imagen fue antes que la palabra. Se puso en juego antes lo aparente, que el signo con su significado y su posterior significante. ¿o su a la par? La imagen revela el significante, y el sonido gutural del mamífero, su ladrido lo eclipsa por un instante.
Aaaahhhh uhhhh tengo que ir al banco a recoger algún escrito que haya dejado algún pendejo ahí tirado. Me lleva la chingada.
Me regalan a su hijo de tres años. Lo crío. Claro que lo pongo a trabajar, me vuelvo millonario, hago que los odie. Regresa
El feto que perdimos iba a ser ingeniero que iría a construir un puente de amor entre tú y yo.
¿Y si hacemos un lucero?
Orgasmearnos de risa.
mi caballo siempre me quiso me ha querido.
el que no habla, dios no lo oye. lo dice alguien que no habla, ya nunca.
díganle que desteja todo.
la perra de las mil tortas.
ni tú eres tan puta, ni yo soy tan santo.

48 yo merengues
El señor de los merengues pasea por la calle buscando con quien apostar. Deambula si aparente propósito. Un cliente sale a la vista, un prospecto a timar. Sólo necesito un tonto, se dice. Se juega en un volado una pieza de merengue o una moneda. La moneda vuela en el aire a cara o cruz, el ganador obtiene un dulce merengue y el perdedor vuelve a su casa con los bolsillos vacíos. La mujer del merenguero no necesita preguntar al ver la cara de su marido al entrar, para saber si el día fue bueno o malo para su suerte.
Todo pasó, como eso que no dices.
Imagina que alguien pudiera pensar por ti. En todo instante, estar antes y después de ti, en un juego loco, de persecución de cada palabra, de cada acto, como una ley que te precediera. Como si tu vida fuese una ilusión premeditada por un pequeño demonio. Un demonio del cálculo. Un demonio de la planeación. Un demonio cifrado en una maquinaria engranaje sin principio ni fin. Absurdo.
Son demasiados guerreros juntos y separados. Haré un hoyo grande. Cavaré y cavaré.
Antes, los baños no estaban divididos por género. Hombre o mujer, etc. Había un juego de miradas. Entre el agua, los vapores, los aromas, se reposaba y meditaba. No había inhibición, ni violencia.
Te diré que hacía yo hace mil años. En mitad del desierto, cubiertos por harapos mugrosos, largos rojos, comerciaba con los objetos traídos y llevados por la arena maravillosa. Su carga la ponía en las manos de otros, pasaban como pasa el agua que no había, entre sus manos. Soñé con un oasis alguna vez. Pagué a mujeres tapadas de pies a cabeza para que levantaran sus mantos y me enseñaran su sexo, sus culos, las tetas. Jamás les vi la cara. Era prohibido tocarlas o tocarse. En las noches cálidas con aurora las imaginaba sentadas a mi lado, gimiendo, sofocándose de vaho, calientes húmedas.

